Papa Francisco: «No podemos tratar con ligereza los lazos íntimos del cuerpo sin abrir algunas heridas duraderas en el espíritu»
El Santo Padre invita a «revalorizar el noviazgo»
«La alianza de amor entre un hombre y una mujer no se improvisa, no se hace de la noche a la mañana sino que es un trabajo artesanal», afirmó el Papa Francisco el miércoles en su encuentro con ochenta mil peregrinos entusiastas en la plaza de San Pedro. En una audiencia general desbordante de optimismo, el Santo Padre invitó a «revalorizar el noviazgo, el tiempo en que el hombre y la mujer se descubren recíprocamente poco a poco».
La revalorización social del noviazgo se ha vuelto necesaria ya que, según Francisco, «nuestras coordenadas sentimentales han empezado a sufrir confusión. Quien desea obtener todo y enseguida, después cede todo y enseguida a la primera dificultad o a la primera ocasión».
El Papa advirtió que no puede haber confianza ni fidelidad «si prevalece la costumbre de consumir el amor como una especie de ‘integrador” del bienestar psicofísico. ¡El amor no es esto!». Dirigiéndose a los peregrinos de lengua española, insistió en que «la cultura consumista de ‘usar y tirar’, del ‘todo y enseguida’, imperante en nuestra sociedad, tiende a convertir el amor en un objeto de consumo, que no puede constituir el fundamento de un compromiso vital».
Una relación equilibrada necesita de un período de noviazgo «para poner a prueba la voluntad de custodiar algo juntos, algo que no puede ser comprado ni vendido, traicionado o abandonado». Debe hacerse con cuidado pues, según Francisco, «el cuerpo es la llave del alma. No podemos tratar con ligereza los lazos íntimos del cuerpo sin abrir algunas heridas duraderas en el espíritu».
El Santo Padre constató que «la cultura y la sociedad de hoy se han vuelto indiferentes a la delicadeza de la etapa de noviazgo», y lamentó que «por otra parte, no sean generosas con los jóvenes seriamente decididos a establecer un hogar y traer hijos al mundo. Al contrario, ponen mil obstáculos, psicológicos y prácticos».
Los cursos prematrimoniales bien impartidos son, según el Papa, «la primera ocasión -¡frecuentemente la única!- para reflexionar sobre el noviazgo y el matrimonio en términos no superficiales».
Paradójicamente, «muchas parejas que conviven, incluso durante mucho tiempo, no se conocen de verdad. Parece extraño, pero la experiencia demuestra que es así. Por esto es necesario revalorizar el noviazgo como el tiempo para conocerse recíprocamente y compartir un proyecto».
Como hace siempre, el Papa dirigió al final del encuentro un saludo especial a los recién casados. Esta vez añadió: «Y a todos los prometidos que estáis en la plaza: ¡Buen camino de noviazgo!».
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