Los cuatro pilares de la obesidad, a juicio
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Día Europeo de la Obesidad

Los cuatro pilares de la obesidad, a juicio

La que está considerada una de las epidemias del siglo XXI provoca más de 3,4 millones de muertes anuales

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La que está considerada una de las epidemias del siglo XXI provoca más de 3,4 millones de muertes anuales

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  1. El Día Europeo de Obesidad

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    Desde 2010 el tercer sábado de mayo se celebra el Día Europeo de la Obesidad. Con este motivo y «a raíz de la preocupante evolución de las estadísticas», el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) organiza una semana dedicada a esta enfermedad que, de acuerdo con los datos que ofrece la Organización Mundial de la Salud (OMS), causa la muerte a 3,4 millones de personas adultas además está detrás del 44% de las diabetes, el 23% de las cardiopatías isquémicas y hasta el 41% de la incidencia de algunos cánceres. Pero, al contrario de remitir, esta tendencia va en aumento y la OMS prevé que en los próximos 15 años habrá perdido la vida 7 millones de personas por enfermedades no transmisibles, debido a factores de riesgo comportamentales y físicos como el sedentarismo, el sobrepeso y la obesidad. Las previsiones para la próxima década son devastadoras: dos de cada tres personas serán obesas.

    Según un estudio publicado en la revista «The Lancet», se calcula que el 29% de la población mundial tiene exceso de peso y más de la mitad de estos 671 millones de obesos viven en 10 países: Estados Unidos, con más de 13% de los obesos, China y la India, donde suman el 15% de las personas con sobrepeso, Rusia, Brasil, México, Egipto, Alemania, Pakistán e Indonesia. En Europa es Gran Bretaña la que tiene las tasas de obesidad más altas según las cifras ofrecidas por el Health and Social Care Information Centre en febrero de 2014 con el 67% de los hombres y el 58% de las mujeres con sobrepeso u obesidad. Una cifra a la que se acerca España, donde de cada 100 adultos 17 padecen obesidad y 37 sobrepeso, casi un 10% más que 25 años antes, según los datos de la Encuesta Nacional de Salud del INE de 2012.

    «Hoy en día sabemos que las personas severamente obesas viven 10 años menos que las de peso normal y que cada 15 kilos extra aumentan el riesgo de muerte temprana en un 30 por ciento», explica Rubén Bravo, experto en Nutrición de IMEO, quien además reclama una «estrategia organizada para erradicar el problema para que no se cumplan los más negros pronósticos», tanto «desde arriba», a nivel institucional y a través de los organismos públicos y privados, como «desde abajo», utilizando la conciencia y los conocimientos de la propia sociedad por el bien de su salud.

    Hace tiempo que la obesidad dejó de ser «problema ajeno» para convertirse en un asunto de índole social que arrasa tanto en países con escasos recursos económicos, como en grandes potencias. «Cuando hablamos de tales niveles de pandemia, habrá que mirar más allá del individuo y llegar a fondo de la causa, en gran parteresultado de las fallidas políticas económicas, sociales y alimentarias que afronta la sociedad actual», sostiene Bravo. «Desde IMEO consideramos necesario revisar la situación a fondo desde un enfoque actual, identificando las causas actuales que provocan obesidad y apuntando posibles soluciones» reclama.

    El Instituto Médico Europeo de la Obesidad organiza una semana dedicada a la obesidad del 18 al 22 de mayo, cuando ofrecerá de forma gratuita 30 estudios de Perfil de Obesidad que consisten en un análisis metabólico personalizado, completado por un estudio emocional y hormonal completo a las que pueden acceder sólo personas con obesidad que reserven su cita.

  2. Una mala dieta rica en azúcar

    Aunque no es una costumbre muy extendida, es recomendable leer la etiqueta con la información nutricional de cada producto al hacer compra ya que es el lugar donde mejor se ve que todo contiene azúcar. Todo, todo. Hasta una loncha de pavo de 0% grasa tiene 0,5 gr de azúcar, igual que una tostada de pan, 100 gramos de salchichas de pavo 1,8gr; un yogur desnatado, 4gr; 45gr de cereales, 14gr; una barra de chocolate infantil de 100gr contiene 55gr de azúcar... y así producto por producto, lineal por lineal...

    Según la OMS consumimos más azúcar de lo que debemos, entiéndase el azúcar refinado, la glucosa y la fructosa y no del azúcar contenido de forma natural en frutas y verduras. En 2012 el consumo de azúcar anual per cápita en el mundo era de 24,6 kilos de media, es decir unos 66gr diarios cuando no debería ser más de 50gr para los adultos y 37gr para los niños, aunque por el bien de la salud, los expertos recomiendan no sobrepasar los 25gr. «Esta cantidad equivale a 6 cucharaditas de azúcar contenidas en una lata de refresco endulzado», apunta Bravo que explica que «debemos tener cuidado no con el azúcar que añadimos a nuestra comida, sino el que ya contienen “escondido” los alimentos envasados que compramos en el supermercado».

  3. El sedentarismo

    «No se trata de un concepto abstracto, sino de la suma de una serie de hábitos o condiciones que, a la larga conducen a obesidad», apunta Rubén Bravo. En España, además, «tenemos el inconveniente de una jornada laboral muy poco saludable y cenas muy tardías que difícilmente encajan en un estilo de vida saludable». Es un error pensar que la obesidad es cosa de amas de casa o personas en el paro. Un estudio epidemiológico apunta que más de la mitad de los trabajadores del estado español sufren sobrepeso u obesidad, como se refleja en el artículo «Alta prevalencia de obesidad en una población laboral en España» publicado en la revista «Endocrinología y Nutrición». Un estudio publicado en European Heart Journal afirma que las jornadas laborales excesivamente largas fomentan la depresión, el estrés y el mal dormir, además de aumentar el 60% el riesgo de sufrir un padecimiento cardiaco.

    Dormir menos de 7 horas o tener sueño de poca calidad es otro factor que tiene relación directa con la obesidad ya que afecta los niveles de energía a lo largo del día, incide en la falta de ganas para hacer ejercicio e induce a comer ciertos alimentos, como café, dulces o hidratos de carbono, que proporcionan energía rápida, aunque temporal. Por otro lado, la falta de sueño ralentiza el metabolismo y aumenta los niveles de ghrelina, hormona que no sólo estimula el apetito, sino que también favorece la acumulación de lípidos en forma de grasa visceral, aquella que se sitúa en la zona abdominal y tiene más riesgo cardiovascular.

    El especialista en Nutrición apostilla que «debemos apostar por realizar cambios que nos permitan llevar una vida saludable, con una alimentación adecuada y actividad física diaria». Esta actividad es preferible realizarla por la mañana, «porque el ejercicio a primera hora activa el metabolismo y ayuda a quemar más calorías a lo largo de la jornada» explica Bravo que concluye que todo esto «nos ayudará a lograr un bienestar emocional sin ansiedad, ni estrés», resume Bravo.

  4. Los métodos milagrosos con alto riesgo de efecto rebote

    Cuando hay un problema de salud, debe ser diagnosticado por los profesionales, y no con autocura o dietas milagrosas con posterior efecto rebote. No acudir a un especialista es un error capital y a la medida que pasa el tiempo, el problema se hace más grande y la solución está cada vez más lejos. Hoy en día existe un amplio abanico de soluciones, diagnósticos precisos, tratamiento multidisciplinar y grados de cirugía aplicadas a la obesidad con atención personalizada. "Con la ayuda de la tecnología médica podemos determinar con precisión las hormonas del paciente, su estado emocional, sus hábitos alimenticios, su metabolismo basal

    y hasta sus polimorfismos genéticos, es decir las mutaciones en los genes relacionados con obesidad, todo esto nos permite proponer recomendaciones dietéticas adecuadas a cada individuo", apostilla el portavoz del IMEO

  5. Falta de costumbre para cocinar y cultura nutricional pobre

    Los obesos de ahora están creando gran numero de obesos para el futuro. Lo confirman las estadísticas con el disparo de la obesidad infantil en las últimas décadas. "Tenemos suficientes razones para creer que los jóvenes de hoy serán la primera generación que no sobrepasará la edad de sus padres, debido a enfermedades cardiovasculares y la diabetes", afirma Bravo. Es el triste legado que dejaremos a nuestros hijos, al no inculcarles desde edades más tempranas los conceptos básicos de la nutrición. Los padres tienen la responsabilidad de enseñar a los pequeños que en casa es donde mejor se come, y no en los establecimientos de comida rápida. Y la mejor forma de enseñar es dando ejemplo

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