Cómo conviven peatones y bicicletas en las grandes ciudades españolas
Ir en bicicleta por las aceras de Zaragoza es sinónimo de multa, en Barcelona no es posible en aquellas de menos de cinco metros
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Las competencias para regular la movilidad de las bicicletas en el casco urbano corresponde a los Ayuntamientos. Sin embargo, desde la Dirección General de Tráfico (DGT) se ha intentado buscar con el Reglamento General de Circulación , pendiente solo de ser presentado al Consejo de Ministros, una armonización normativa que se adaptase «a las necesidades concretas de cada municipio». ABC ha hecho un repaso a la regulación del uso de la bicicleta en las principales ciudades de España.
Madrid
En la capital de España, los peatones tienen siempre preferencia de paso en las aceras-bici para atravesarlas transversalmente, por lo que el ciclista adaptar su velocidad para que los peatones que hayan iniciado el cruce puedan completarlo con seguridad. En aceras y zonas peatonales se prohíbe su circulación. Solo en el carril-bici la prioridad es de las bicicletas. Aquí, los peatones tienen que atravesar transversalmente por los pasos señalizados al efecto.
Zaragoza
En Zaragoza, el intento de que las bicicletas pudieran circular por las aceras acabó en un enredo judicial que llevó al Ayuntamiento hasta el Tribunal Supremo. En el año 2009, el Consistorio de la capital aragonesa aprobó por unanimidad la Ordenanza de Peatones y Ciclistas que permitió la circulación de bicis por las aceras, en línea con la promoción que estaba haciendo al uso de la bicicleta —con servicio municipal de alquiler incluido—.
El asunto de inmediato protagonizó una polémica ciudadana entre partidarios y detractores. Y un particular, abogado de profesión, denunció la ordenanza ante la Justicia. El caso llegó hasta el Tribunal Supremo que, en línea con las sentencias previas, ratificó que esa normativa municipal era nula por contravenir el vigente Reglamento General de Circulación: las bicicletas no pueden circular por las aceras. Desde el año pasado, los ciclistas conviven con los coches, motos y autobuses sobre el asfalto urbano de Zaragoza. Quien vaya con la bici por la acera se arriesga a ser multado.
Barcelona
En Barcelona, una ciudad donde el uso de la bicicleta se ha disparado en la última década, la pretensión municipal es que en la medida de lo posible estos vehículos abandonen las aceras y circulen por la calzada. El pasado mes de febrero se aprobó una modificación de la ordenanza de Circulación que veta las bicis en las aceras de menos de cinco metros -prácticamente todas las de la ciudad-, dando prioridad a los carriles bici segregados o las calzadas de las «zonas 30».
Si la medida está pensada para proteger al peatón de los ciclistas imprudentes, la ordenanza también incluye un apartado para proteger a estos últimos del «acoso» de los vehículos motorizados, que deberán respetar una distancia mínima de tres metros.
Valencia
Valencia es pionera en la aplicación directa de una ordenanza que especifica las infracciones de los ciclistas y sus correspondientes sanciones, basándose en la Ley de Seguridad Vial y el Código de Circulación. La ordenanza prohíbe circular en bicicleta por las aceras y por los jardines no señalizados (200 euros).
Sevilla
En el mandato 2007-2011, la red de carriles bici fue una de las grandes apuestas del equipo PSOE-IU. Su construcción, la mayoría con espacio reservado en las aceras, generó conflictos por la invasión de los carriles por los peatones y la excesiva velocidad de los ciclistas. El tiempo, y una ordenanza municipal que prioriza al peatón, ha reducido las tensiones. Hoy, con el gobierno del popular Juan Ignacio Zoido, la red alcanza los 142 kilómetros.
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