El Papa introduce «los rostros de quienes pasan hambre» en la apertura de la Exposición Universal de Milán
Pide que «la humanidad del siglo XXI deje de abusar del Jardín del Edén»
Desde una inmensa pantalla gigante situada frente a las autoridades, el Papa Francisco intervino el viernes con un mensaje en directo en la inauguración de la Expo de Milán, que tiene por lema “Alimentar el planeta. Energía para la vida”. Francisco tomó la palabra como “la voz de tantos pobres que, con dignidad, quieren ganarse el pan con el sudor de la frente”.
Ante una Exposición Universal centrada en “Alimentar el planeta”, el Papa pidió que ese objetivo “no se quede solo en un ‘tema’ sino que vaya acompañado por la ‘conciencia de los rostros’ de millones de personas que hoy tienen hambre, que hoy no podrán comer de modo digno de una persona humana”.
La inmensa Expo de Milán, que durará hasta el próximo 31 de octubre, se presenta como “el mayor acontecimiento mundial de la alimentación” con un aire de cierto triunfalismo por la presencia de muchos pabellones nacionales suntuosos y espectaculares a pesar de la crisis. España y el Vaticano, en cambio, han preferido construcciones sencillas y centradas en lo esencial.
Ante las máximas autoridades políticas de Italia y de muchos otros países, el Papa recordó “una presencia escondida pero que debe ser la verdadera protagonista del evento: los rostros de los hombres y mujeres que tienen hambre, que enferman y que incluso mueren a causa de una alimentación insuficiente o nociva”.
La paradoja de la abundancia
Sus palabras eran serenas y no de reproche, pues la Expo tiene un enfoque constructivo en sus dos vertientes, la de la alimentación y la de la energía sostenible. Pero en un mundo en el que 800 millones de personas –el 11 por ciento de la población- pasan hambre, era necesario que alguien recordase la “la ‘paradoja de la abundancia’ como la llamó san Juan Pablo II”: el planeta produce más alimentos de los necesarios, pues casi un tercio del total se echa a perder, pero todavía muchas personas pasan hambre.
En la línea positiva, el Papa aplaudió el esfuerzo “de tantos trabajadores e investigadores del sector alimentario”, para quienes pidió al Señor “sabiduría y coraje, pues su responsabilidad es grande”. Al mismo tiempo invitó “a los empresarios, comerciantes y estudiosos a sentirse implicados en un gran proyecto de solidaridad: el de nutrir a cada hombre y mujer del planeta respetando el medio ambiente natural”.
El Santo Padre, que hará pública su encíclica sobre ecología a principios de junio, afirmó que “el gran desafío al que Dios llama a la humanidad del siglo XXI es dejar por fin de abusar del jardín que Dios nos ha confiado, para que todos puedan comer de sus frutos”.
En el día uno de mayo, fiesta del trabajo, Francisco rindió homenaje al “trabajador desconocido”. El que ha hecho posible, junto con miles de compañeros y compañeras, construir la Expo y los pabellones de 145 países que, en conjunto, representan al 94 por ciento de la población del planeta.
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