La odisea de Christelle, 24 días retenida en Barajas tras su fuga de Camerún por ser lesbiana
Su fotografía salió publicada en un diario local y temía ser asesinada. Intentó entrar en el país con un pasaporte falso y el Gobierno le denegó el asilo, aunque de momento podrá quedarse en España «por motivos humanitarios»
Christelle Nangnou, la mujer camerunesa retenida desde hace 24 días en la sala de inadmitidos de Barajas, salió anoche del aeropuerto madrileño tras recibir una autorización de estancia en España por motivos humanitarios. Nangnou, que huyó de su país al considerar que su vida estaba en peligro por ser lesbiana, entrará en alguno de los recursos de acogida de las ONG que reciben a extranjeros en situación de vulnerabilidad. La autorización de estancia tendrá vigencia mientras la Audiencia Nacional decide sobre el recurso que presentó contra la denegación de su solicitud de asilo. Durante este tiempo, ella podrá permanecer legalmente en el país, aunque no trabajar.
Se da así el primer paso para que la camerunesa consiga lo que durante los 24 días de estancia en Barajas ha soñado: quedarse en España, aunque también ha vivido con el miedo a que en cualquier momento la engañaran, la metieran de nuevo en un avión y la devolvieran a su país de origen. Ella no puede volver allí, de eso está segura. Si lo hace, corre el riesgo de ser asesinada.
Su fotografía fue publicada hace poco en un diario local donde la identificaban como líder de un grupo de homosexuales, una «práctica» que la propia publicación tildaba de «satánica». Camerún es uno de los países africanos más beligerantes contra la comunidad LGTB. Estas relaciones están penadas con hasta cinco años de cárcel y, aunque solo se puede detener a una persona si se la encuentra en situación de «flagrante delito», es muy normal que la policía lleve a cabo detenciones arbitrarias. Christelle lo sabe muy bien. Unos agentes interrumpieron en su vivienda hace escasas semanas para arrestarla bajo la acusación de que era lesbiana. Fue así como su familia se enteró de su orientación sexual y ahora no quieren saber nada de ella. «El asunto se extendió de un día para otro, recibí cartas amenazantes, algunas de muerte, y por eso decidí huir», ha contado Christelle. Atemorizada y sin el apoyo de su entorno familiar, cogió un avión y voló a Nigeria, donde permaneció nueve días escondida. De ahí salió para Madrid, camuflando su identidad a través de la documentación de otra persona.
«En este país la legislación es favorable a los homosexuales, por eso decidí venir aquí», relata. Pero la joven no tuvo suerte: el engaño fue descubierto antes de pasar la frontera aeroportuaria. Una vez atrapada en el limbo de Barajas, Christelle pidió a Interior asilo político. Lo ha hecho en cuatro ocasiones, uno de ellos tramitado por Acnur, pero siempre se ha encontrado con la negativa del Gobierno español. : El Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, finalmente, paralizó su expulsión hasta emitir una resolución definitiva.
Otra camerunesa desapareció tras ser deportada
Durante los 24 días de estancia en Barajas, Christelle denuncia que las autoridades españolas han intentado repatriarla en cuatro ocasiones, la última vez el día 7 de abril. La vistieron «por la fuerza» y la subieron a un avión. Ante su llanto y gritos, la tripulación y los pasajeros se solidarizaron con ella y pidieron a los agentes que la desembarcaran. Durante el forcejeo, dice la peticionaria de asilo, sufrió desgarro en las uñas y sangró, por lo que fue trasladada a la enfermería del aeropuerto.
«Estamos muy preocupados por su situación y tenemos que al final la deporten», asegura Rubén López, activista en defensa de los derechos de homosexuales, que recuerda el caso de otra lesbiana camerunesa a la que España negó el asilo hace dos años. «Se llamaba Carine, tenía una orden de arresto en su país por su condición sexual y pidió quedarse en España. Tras diez días en la sala de inadmitidos de Barajas fue obligada a subirse a un avión con destino Estambul porque fue su puerta de entrada a Europa. Desde entonces, no hemos vuelto a saber nada de ella. Como si se la hubiera tragado la tierra. Tememos que haya tenido un fatal destino y no queremos que esto le pase también a Christelle».
68 asilos concedidos a homosexuales desde 2011
El caso de Christelle no es algo aislado. El gobierno ha concedido 68 asilos desde 2011 en casos de persecución por orientación sexual, aunque muchas otras solicitudes se han quedado en el cajón. Hoy, podría sumarse un nuevo caso. Un joven de origen iraquí ha llegado este miércoles al aeropuerto de Barajas procedente de un país nórdico con la orden de ser deportado. «Es un chaval joven de 25 años cuyos padres emigraron a Europa. Ellos después regresaron pero él se quedó. Ahora, le han denegado el permiso de residencia y como entró en el continente a través de España es el gobierno de aquí el que tiene que decidir sobre su destino final», relata Rubén López. «El chico tiene novio y sus padres no saben nada sobre su orientación sexual, así que vamos a intentar que también logre quedarse en Europa».
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