Las recetas de los campus españoles para escalar en los rankings mundiales
Vocación internacional, excelencia docente y más interacción con la industria en el desarrollo de proyectos de investigación, claves del éxito
¿Se puede ser Harvard o Berkeley con seis veces menos de presupuesto? Las universidades públicas españolas son conscientes de que no. Sin embargo, pese a disponer de menos fondos para docencia e investigación, los principales campus de nuestro país siguen escalando posiciones en los rankings internacionales. La receta para seguir «aguantando el tipo» pese a la crisis es triple , según coinciden los vicerrectores de algunos de los campus más reconocidos en los tops mundiales: la apuesta por la excelencia docente , «una firme política» orientada a la proyección internacional y una mayor interacción con la industria del país para desarrollar proyectos de investigación. Reconocen, sin embargo, que «esa triple receta no hubiera sido efectiva sin el sobreesfuerzo realizado por profesores e investigadores, que han mantenido la excelencia en condiciones realmente adversas».
Los dos últimos rankings internacionales hechos públicos esta semana (el U-Ranking y el QS World University) señalan a varios campus españoles como líderes en productividad e investigación.
La Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona destaca como la más productiva, en general, de las españolas en el U-Ranking 2015, elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE). Encabeza, además, el listado de campus españoles en el QS World University 2014-2015 con la posición 166, seguida de la Autónoma de Barcelona (173) y la Autónoma de Madrid (178). Todas ellas han mejorado de posición respecto al curso anterior, cuando ocupaban los lugares 178, 177 y 195, respectivamente.
Carles Ramió, vicerrector de Planificación y Evaluación Institucional de la UPF, centro que, además, ocupa el puesto 13 en el ranking mundial de universidades con menos de 50 años, atribuye el buen posicionamiento del centro al espíritu de proyección internacional y a una «firme y continuada» apuesta por la calidad docente.
«Somos una universidad que solo tenemos 25 años pero desde el principio nuestras miras siempre han estado puestas en el exterior y eso ha tenido su fruto», explica en declaraciones a ABC. El vicerrector de la Pompeu destaca la política de contratación, que prima la excelencia, como otra seña de identidad del centro que le ha beneficiado a la hora de posicionarse en el mundo.
Los centros mejor posicionados reconocen que han resistido gracias al sobreesfuerzo de profesores e investigadores
«A la hora de seleccionar a nuestros profesores tenemos en cuenta, más allá de los sexenios, el currículum que tienen, el nivel de publicaciones ...Siempre hemos contratado a profesores muy competitivos tanto en docencia como en investigación», apunta Carrió. Admite, no obstante que, ni la marcada vocación internacional de la UPF ni el nivel de su Personal Docente e Investigador (PDI) hubieran servido de mucho si las plantillas no hubieran realizado un «sobreesfuerzo importante» en estos últimos años en los que las partidas de las universidades han caído «drásticamente» a raíz de la crisis.
«Que hayamos aguantado el tipo hasta ahora no significa que podamos hacerlo durante mucho tiempo más. Si no hay más recursos, no podremos mantener el listón de competitividad y en cinco años caerá el nivel», vaticina Carles Ramió.
«Impacto retardado de la crisis»
El vicerrector de Planificación y Evaluación Institucional de la UPF está convencido de que las universidades no han percibido aún el impacto fuerte de la crisis. «Hemos resistido gracias a la apuesta que hemos realizado durante años pero todo se agota. La plantilla de profesores envejece y no hay fórmulas efectivas para garantizar su relevo sin que empeore la calidad», dice Carrió.
El vicerrector de Política Científica de la UB, Enric Canela, suscribe tal afirmación y coincide con Carrió tanto en las claves del éxito como en el diagnóstico para los próximos cinco años.
La Universidad de Barcelona , la segunda en productividad por volumen de resultados según el U-Ranking 2015 -después de la Complutense de Madrid-, y una de las españolas más aventajadas en los tops académicos internacionales, ha aplicado también desde hace años criterios de selección exigentes a la hora de co ntratar a su Personal Docente y de Investigación (PDI).
«Tenemos profesionales de mucha calidad, aunque llevan mucho tiempo trabajando en condiciones adversas y no sé hasta cuándo resistirán», apunta Canela. A su juicio, el actual modelo de financiación es insostenible y también la situación de las plantillas. «La pirámide de edad de las universidades es muy alta. Los docentes han envejecido y dentro de unos años el 50% se habrá jubilado», advierte Canela, que no ve a día de hoy «las condiciones para que esta situación se solucione de forma rápida». El responsable de Política Científica de la UB advierte de que «si no aumentan los recursos los esfuerzos realizados durante estos últimos años no habrán servido de nada».
Además de la vocación internacional y de la calidad docente, Canela cree que las universidades van arañando puestos en los tops mundiales porque «hacen las cosas mejor». En este sentido, reconoce que la guía editada por el Ministerio de Educación que ofrece a los centros consejos para posicionarse mejor en los rankings internacionales «ha sido útil». «Es cierto que ahora se tienen en cuenta criterios importantes como saber firmar bien las publicaciones y que eso repercute positivamente en el impacto», admite Enric Canela.
Coincide con su homólogo de la Pompeu en que el efecto real de la crisis se notará dentro de unos años . Por eso, reclama una política valiente que apueste por fomentar la investigación.
Capacidad de mezclar disciplinas con éxito
Pilar Dellunde, vicerrectora de Investigación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), otra de las que mejor se han proyectado en las clasificaciones mundiales, destaca la internacionalización, la priorización de la excelencia en la contratación de docentes e investigadores y la mejora de las sinergias con la industria a la hora de impulsar la I+D , como las armas con las que su centro ha defendido su prestigio durante estos difíciles años. Añade un ingrediente más a la receta: la capacidad de mezclar disciplinas para con seguir una oferta de calidad. «Nuestro campus es sumamente interdisciplinar, es un hecho diferencial que nos ha aportado mucho», señala Dellunde.
Al igual que Carrió y Canela ve con preocupación el futuro inmediato de la universidad. «Se ha atacado mucho a la universidad pública pero nadie reconoce que hemos sido capaces de atraer talento extranjero y mantener la calidad con muchos menos fondos para infraestructuras y sueldos», subraya.
La Generalitat, por su parte, se congratula de que las universidades catalanas sean, junto con las madrileñas, las mejor posicionadas en estas clasificaciones.
«Si no hay más recursos, no podremos mantener el listón y en cinco años caerá el nivel», apunta el vicerrector de la UPF
Lluis Jofre, director general de Universitats de la Generalitat, se congratula del nivel alcanzado por los campus catalanes. Lo atribuye al buen hacer de los responsables universitarios y al peculiar modelo de contratación docente desarrollado por el gobierno catalán. «Desde hace años las universidades catalanas no tienen contratos de funcionarios sino laborales y las condiciones que se tienen en cuenta a la hora de hacer un contrato son mucho más exigentes», dice Jofre en declaraciones a ABC. Otra fórmula que ha hecho que las universidades catalanas estén bien situadas es su «cuidada y reducida oferta». «Está claro que primamos la calidad en lugar de la cantidad en nuestra programación . Nos interesa tener menos másters pero que sean potentes y capaces de atraer excelencia», explica el responsable de Universidades.
Respecto a la falta de financiación de estos últimos años reconoce que han sido tiempos complicados para los centros aunque cree que en los próximos cinco años éstos mejorarán sus ingresos. «La perspectiva es que la economía mejore y la financiación pública, que supone un 50% de la financiación total de los centros, también. Igualmente, se espera que aumenten los incentivos a proyectos de investigación y también a formación », concluye Jofre. Destaca, por último, la capacidad demostrada por los campus catalanes para desarrollar investigación junto a la industria en campos de gran proyección como la biomedicina.
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