Papa Francisco: «Los niños nos enseñan a reír y a llorar, pues a veces los mayores somos incapaces»
«Dan preocupaciones y problemas, pero es mejor así que una sociedad triste y gris»
En cuanto el Papa Francisco dijo a veinticinco mil peregrinos que iba a hablarles de los niños porque son «un gran don para la humanidad», los participantes en la audiencia general rompieron en un gran aplauso. Conmovido por la reacción, el Papa les dijo: «Gracias por el aplauso. Son un gran don para la humanidad. Pero son también los grandes excluidos, porque a veces ni siquiera les dejan nacer ».
El Santo Padre les adelantó que en la audiencia general del próximo miércoles abordará «algunas heridas que, por desgracia, hacen daño a la infancia». En los dos encuentros anteriores había hablado de los ancianos, dentro del ciclo sobre la familia, que es el tema de las catequesis de este año.
El Papa afirmó que «los niños son una riqueza para la humanidad, para la Iglesia y para nosotros: nos hacen ver que, en cualquier situación de la vida, todos continuamos siendo siempre hijos, necesitados de ayuda, amor y perdón, que son las condiciones para entrar en el Reino de Dios».
Según Francisco, los niños «traen consigo la capacidad de recibir y dar ternura», y ayudan «a ver la realidad con una mirada confiada y pura, todavía no contaminada por la malicia y la doblez». Pero, sobre todo, «nos enseñan a reír y a llorar, dos capacidades que a veces los adultos perdemos». Al margen del texto escrito, el Papa invitó a «hacernos dos preguntas: ¿Yo, sonrío espontáneamente, con frescura, o mi sonrisa es artificial? ¿Yo, todavía lloro, o he perdido la capacidad de llorar?».
Con realismo, el Santo Padre reconoció que «los niños tienen también el pecado original, y sus egoísmos, pero conservan la simplicidad interior». En la misma línea comentó que «los niños dan vida, alegría, esperanza. Dan también preocupaciones y a veces problemas, pero es mejor así que una sociedad triste y gris porque se ha quedado sin niños».