El obispo de Mallorca aparta al prior de un monasterio acusado de abuso sexual
Javier Salinas ha decidido apartar de sus funciones al prior del monasterio de Lluc, Antoni Vallespir por la denuncia de abusos sexuales de un antiguo miembro de la escolanía de niños cantores
El obispo de Mallorca, Javier Salinas, ha decidido este viernes apartar de sus funciones al prior del monasterio de Lluc, Antoni Vallespir, por la denuncia de abusos sexuales presentada contra él ante el tribunal de la diócesis por un antiguo miembro de la escolanía de niños cantores.
El denunciante acusa a Vallespir de someterle a abusos continuados en los años 90, cuando era uno de los adolescentes internos en el monasterio, informa en su edición de este viernes Diario de Mallorca.
Un portavoz del Obispado ha confirmado a EFE que la decisión del obispo, que será firme en las próximas horas, tiene carácter cautelar mientras se lleva a cabo la investigación sobre los presuntos abusos .
Salinas aparta preventivamente al prior, que en la época en que supuestamente se produjeron los hechos denunciados era preceptor de los niños del coro de «blauets», ante el «escándalo» generado por la acusación de la presunta víctima, han indicado las mismas fuentes.
El tribunal eclesiástico ante el que se ha planteado la denuncia ha abierto el procedimiento de investigación previa, del que se derivarán las consecuencias previstas en el ordenamiento interno de la Iglesia.
Ayuda psicológica
En paralelo, según la información de Diario de Mallorca, un despacho de abogados prepara una denuncia penal que interpondrá en los próximos días.
El denunciante, que ingresó en la escolanía del principal santuario mariano de Mallorca con 10 años en 1990, asegura que tres años después comenzó a sufrir tocamientos por parte del sacerdote que actuaba como preceptor de los internos que formaban el coro infantil.
Los asaltos del religioso, miembro de la orden de Misioneros del Sagrado Corazón que se hace cargo del monasterio, se prolongaron varios años y generaron a la presunta víctima graves secuelas que le han impedido denunciar los hechos hasta que, quince años después, el tratamiento psicológico especializado le ha ayudado a afrontarlo y a reclamar justicia, según relata en su denuncia
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