ESTUDIO SOBRE FORMACIÓN Y EMPLEO
Más de 300.000 ni-nis con baja formación, en riesgo de «desempleo permanente»
El 58% de las oportunidades laborales de la próxima década será para aquellos con educación universitaria o de FP superior
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La recuperación económica y el relevo generacional darán más oportunidades laborales para los jóvenes en los próximos diez años. Entre 7,2 millones de puestos de trabajo en el escenario más pesimista a 9,7 millones en el más favorable. Pero no todos las aprovecharán igual. La diferencia estará en la formación.
Más de 300.000 ni-nis (jóvenes que ni estudian ni trabajan) que carecen de estudios postobligatorios, es decir, que como máximo cuentan con la ESO, pueden permanecer en esa situación en la próxima década, según apunta el informe «La formación y el empleo de los jóvenes españoles. Trayectoria reciente y escenarios futuros», presentado este miércoles por la Fundación BBVA y el Ivie (Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas).
El estudio, elaborado por los investigadores del Ivie y profesores de la Universidad de Valencia Lorenzo Serrano y Ángel Soler, alerta de las carencias formativas de los jóvenes de 16 a 34 años y sus perspectivas de empleo.
Los jóvenes con estudios postobligatorios (desde bachillerato y FP a universitarios) tienen una probabilidad mayor de estar ocupados. En el caso de los que tienen FP superior, su ventaja frente a aquellos con sólo estudios primarios o secundarios obligatorios es de 10,7 puntos porcentuales y en el de los universitarios se eleva a 12,9.
En la actualidad, en torno a medio millón de jóvenes menores de 25 años ni estudia ni trabaja en España. De ellos, un 63,2% no tiene estudios postobligatorios, lo que supone que más de 300.000 ni-nis se encuentran en riesgo de estancarse en esas condiciones. «Si los jóvenes no retornan a la formación, pueden quedarse en una trampa de desempleo permanente», alerta el investigador Lorenzo Serrano.
Apenas habrá trabajo para quienes sólo completen la educación obligatoria (un 2,2%); en cambio, algo más de la mitad de las ofertas (58,4%) serán para quienes tengan educación superior, universitaria o profesional.
Pero no todo es cuestión de obtener un título. Además de los años de formación, el informe resalta la importancia de las competencias adquiridas en ellos. Un buen aprovechamiento educativo aumenta la probabilidad de inserción laboral en otros 13 puntos porcentuales, es decir, tanto como contar con estudios superiores. «Los títulos actúan como señal, pero las empresas también evalúan qué saben hacer con un título», explica Ángel Soler.
Las destrezas que se echan en falta
A las carencias de idiomas, se unen otras que tienen que ver con el liderazgo, la capacidad de trabajo en equipo y la experiencia adquirida en prácticas en empresas. En general, se trata de competencias que, al margen de los conocimientos propios de cada especialidad, permiten «manejarse en el mundo laboral, comunicarse y tomar decisiones en el mundo real», explica Serrano.
De acuerdo con el estudio de la Fundación BBVA y el Ivie, España se diferencia de muchos países de la OCDE por tener porcentajes altos de jóvenes en los niveles bajos de competencias y porcentajes bajos en los niveles de competencias elevados. Incluso entre los jóvenes con estudios superiores, advierte, escasea el nivel competencial más alto, que sólo alcanza un 5%, frente al 14,7% promedio de la OCDE. Estos resultados educativos, que los investigadores consideran «pobres», son «preocupantes» tras los esfuerzos realizados para facilitar el acceso a la educación y que apenas dejan margen de mejora para aumentar la cantidad de años de estudio, señalan.
Los investigadores no sólo cargan las culpas sobre las espaldas de las instituciones educativas, sino que «también las empresas deberían avanzar en dotar de formación a los empleados», plantean.
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