Más fumadores empiezan por el porro que por el cigarrillo

Cae el consumo de drogas ilegales y aumenta el de las legales, sobre todo sedantes

El número de personas que empezaron a consumir cannabis (169.000) durante 2013 superaron a los que se iniciaron en el tabaco (142.000). Esta es una de las principales conclusiones de la Encuesta domiciliaria sobre Alcohol y otras Drogas , que incluye por primera vez el dato de la incidencia de consumos de drogas, es decir, cuántas personas se inician en la adicción de sustancias psicoactivas.

El estudio, presentado ayer por el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Francisco Babín, revela que el consumo de sustancias ilegales (cannabis, cocaína, heroína, drogas sintéticas) disminuyó en España durante los dos últimos años, alcanzando «la cifras más bajas de toda la serie histórica». Sin embargo, el 36% de los nuevos consumidores de cannabis son menores de edad. De hecho, la franja entre los 15 y los 17 años contó con la mayor tasa de adicción a esta sustancia.

«Un dato preocupante que pone de manifiesto la baja percepción de riesgo que tienen los ciudadanos respecto a esta sustancia en comparación con otras», apuntó Babín. El consumo diario de esta droga además subió dos décimas hasta el 1,9% de la población entre 15 y 64 años, lo que supone que alrededor de 620.000 personas fuman cannabis todos los días.

La encuesta, que cuenta con una de las mayores muestras poblacionales en adultos de toda Europa y permite conocer desde 1995 la evolución del consumo de sustancias psicoactivas en nuestro país, pone de manifiesto también un ligero aumento del consumo de sustancias legales (tabaco, alcohol e hipnosedantes). El alcohol sigue siendo la droga de mayor consumo (el 78,3% admite haberla consumido en los últimos doce meses); seguida del tabaco (40,7%) y los hipnosedantes (12,2%). De hecho, la proporción de personas que consumió estos medicamentos superó a la de cannabis (9,2%).

Por edades, las prevalencias de consumo son mayores en el grupo entre los 18 y los 64 años en el caso del alcohol, tabaco, hipnosedantes y cocaína. En cambio, con respecto a la práctica del botellón y las borracheras, son mucho más elevadas entre los más jóvenes, el grupo que va de los 15 a los 17 años. Lo mismo sucede en el caso del cannabis, que es cinco puntos más elevado entre los los menores edad que entre los adultos (18-64 años).

Entre las medidas menos populares para prevenir el consumo de estas sustancias, el estudio revela que dos tercios de la población no considera la legalización de la marihuana como una medida eficaz para resolver el problema de las drogas.

El 36% de los nuevos consumidores de cannabis son menores

Aunque el consumo de cannabis descendió levemente en la población general, el 36% de los nuevos consumidores en 2013 fueron menores de edad (61.000). De hecho, la franja de edad de entre 15 y 17 años contó con la mayor tasa de adicción a esta sustancia, al consumirla 47 adolescentes por cada 1.000 habitantes. «Esta cifra nos tiene que preocupar porque evoluciona de manera negativa y responde a esa banalización de los efectos negativos del cannabis.

Esta sustancia se vende como que lo cura todo, sirve para todo y no presenta ningún conflicto cuando la evidencia científica ha demostrado que su consumo entre adolescentes hace que la maduración del sistema nervioso central sea deficitaria reduciendo el nivel de concentración además de ser la primera causa de acceso a Urgencias», recordó Francisco Babín, delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. Por primera vez, el cannabis se ha convertido en la droga que más demandas de tratamiento genera entre las personas que solicitan ayuda por primera vez. Más que la cocaína y la heroína.

Una cuarta parte de los consumidores de canabis (700.000 personas) entre los 15 y los 64 años presentan patrones de consumo problemático, es decir tienen más dependencia.

Las mujeres doblan a los hombres en la toma de sedantes

El consumo de sedantes sigue su escalada ascendente desde 2005. De hecho, el 6,8 por ciento reconoce consumirlos a diario (4,6 por ciento en el estudio anterior). En concreto, en 2013, el 22,2 por ciento de los encuestados señalaron haberlos consumido alguna vez en su vida, el 12,2 por ciento en los últimos 12 meses y el 8,9 por ciento en el último mes. Las mujeres además doblan a los hombres en el consumo de estos fármacos (16 por ciento frente a 8,5 por ciento de los varones).

Pese a lo llamativo del dato, Babín explicó que este repunte en el uso de este tipo de sustancias se debe a la incorporación de nuevos fármacos al vademecum para tratar enfermedades que antes no tenían curación. «Solo un 1,2% de los sedantes se consumen sin receta», recordó el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, quien, sin embargo, explicó que esta cifra pone en evidencia que «hay una parte de la población que está tomando estos medicamentos como una droga más, aunque se trata de una parte mínima de consumo».

Cigarrillos a la baja desde la ley de 2005

El consumo de tabaco está muy por debajo del niveles que tenía antes de que se pusieran en marcha la ley antita de 2005 y 2010. Solo el 30,8 por ciento de la población reconoce haber fumado diariamente en el último mes frente al 30,4 por ciento del estudio anterior realizado en 2011. «Ese pequeño repunte no es importante, porque la disminución que se ha registrado en el consumo de cigarrillos desde que entraron en vigor las leyes antitabaco ha sido notable», aseguró Babín.

El tabaco sigue siendo además la droga, en este caso legal, cuya edad de inicio es la más precoz (16,4 años) contra los 16,7 del alcohol y los 18,6 del cannabis. La encuesta revela además que en 2013 el número de personas que se fumaron su primer porro (169.000) fue superior a las que se fumaron su primer cigarrillo (142.000). «Este dato demuestra que estamos en una dinámica muy peligrosa sobre la banalización del consumo de cannabis», insistió Babín, quien reclamó mensajes «más claros y contundentes» sobre los efectos negativos del consumo de esta droga ilegal.

Otro de los datos aportados por estudio, que analiza el consumo de 23 drogas, es que solo el 13,6 por ciento de la población reconoció no haber consumido ninguna sustancia adictiva en los últimos 12 meses. Del resto de personas que sí consumieron alguna sustancia, cuatro de cada diez solo tomaron una, mientras que tres de cada diez mezclaron dos y una de cada diez consumieron tres a la vez.

Cocaína y heroína continúan la caída iniciada en 2007

La cocaína consigue el mejor dato, con mínimos históricos. El consumo del polvo blanco continúa disminuyendo, confirmándose la tendencia descendente iniciada en España en 2007. En este sentido, el 10,2 por ciento dice haberla consumido alguna vez en la vida, el 2,1 por ciento en los últimos 12 meses y el 1 por ciento en los últimos 30 días. La edad media de inicio en el consumo se sitúa en los 21,3 años.

El consumo de heroína también está estabilizado, manteniéndose las «mismas prevalencias» que en años anteriores. Un 0,7 por ciento lo ha probado alguna vez en la vida y un 0,1 por ciento en el último año. Además, sube la edad de inicio que se sitúa en los 21,5 años, frente a los 20,7 años de la encuesta anterior. «Seguimos en valores mínimos y no hay datos que nos hagan aventurar cambios en el patrón de consumo de esta sustancia», apuntó Babín.

El éxtasis, anfetaminas y alucinógenos también se mantienen estable y cuentan con una prevalencia «muy por debajo» del 1 por ciento. De hecho, el 0,7 por ciento de la población señala haber consumido éxtasis alguna vez en los últimos 12 meses, el 0,6 por ciento haber consumido anfetaminas y el 0,3 por ciento alucinógenos en el mismo periodo.

Por otra parte, la prevalencia de consumo de las nuevas sustancias (hierbas, pastillas, polvos, inciensos) sigue siendo baja. Solo el tres por ciento de la población admite haberlas consumido mientras que tres de cada cuatro personas «no han oído nunca hablar de ellas» lo que muestra su bajo grado de penetración.

Los jóvenes de entre 15 y 29 años, los que más se emborrachan

El alcohol sigue siendo la sustancia psicoactiva más consumida en España. Respecto a la encuesta anterior del año 2011, su ingesta ha registrado un ligero aumento. Concretamente, el 78,3 por ciento de la población ha ingerido alcohol en los últimos doce meses (en la muestra de 2011 fue el 76,6%) y el 64,4 por ciento lo ha hecho alguna vez en los últimos 30 días (frente al 62,3%). En números absolutos supone que 1,6 millones de españoles (1,3 millones de hombres y 300.000 mujeres) presentan un consumo problemático de alcohol y otros 120.000 tienen dependencia de esta sustancia. «Esta cifra deben generarnos una cierta conciencia en relación a que hay «mucho trabajo por delante que hacer y deben movernos a una reflexión», afirmó Babín.

La prevalencia de borracheras en ambos sexos y para todos los grupos de edad se muestra estable, aunque se mantiene en niveles «elevados», dado que dos de cada diez personas aseguran que se han emborrachado en el último año. El consumo en forma de atracón («binge drinking») asciende también ligeramente, puesto que el 15,5 por ciento lo ha hecho en los últimos 30 días (15,2% en 2011), especialmente entre los adultos jóvenes de 15 a 29 años. El botellón también se concentra en el grupo de adultos jóvenes de 15 a 24 años.

«Hay pocos cambios en los patrones de conducta de los menores de edad. Esta práctica sigue siendo mucho más frecuente y creciente entre la población adolescente y joven», explicó Babín, quien atribuyó este hábito «a que la percepción de peligro sobre el consumo de alcohol, al igual que en el caso del cannabis, es muy baja respecto a la evidencia científica».