El juez pide al Vaticano el expediente canónico sobre el caso de abusos sexuales en Granada
El escrito se hará llegar a la Nunciatura Apostólica en Madrid
El Juzgado número 4 de Granada, encargado de la instrucción del «Caso Romanones», ha acordado pedir a la Santa Sede todos los datos que obren en su poder sobre este procedimiento. El magistrado Antonio Moreno ha solicitado que desde el Vaticano se remita una copia autentificada íntegra de las actuaciones canónicas y de todas las actuaciones llevadas a cabo por parte de la jurisdicción eclesiástica en relación a los hechos denunciados por parte de un joven que aseguró ser víctima de abusos sexuales.
Además, el titular del juzgado ha dado un plazo de cinco días a las partes para que se pronuncien sobre la «posible responsabilidad civil» de la Iglesia Católica. El escrito del juzgado solicita, en una de sus partes, al Arzobispado de Granada que certifique si tiene constancia de que los sacerdotes que estuvieron implicados en este proceso «pidieron al Arzobispado el reconocimiento eclesiástico de la asociación o fraternidad o hermandad sacerdotal y de fieles, que han tenido constituida la menos en los últimos diez años».
En este sentido, el Juzgado quiere determinar si el Arzobispado ha tenido constancia de «quejas, reclamaciones o cualquier tipo de denuncias referidas al modo de proceder de dicha Asociación».
Este escrito se hará llegar a la Nunciatura Apostólica en Madrid, con el fin de que, en el ámbito de la cooperación internacional jurídica, la Santa Sede Apostólica, y más concretamente la Congregación para la Doctrina de la Fe, remita a este Juzgado todo lo solicitado.
Existe la posibilidad de que se lleve a cabo una petición muy similar sobre los años de ministerio sacerdotal del padre Román, de momento el único que continúa imputado, de las 12 personas denunciadas, diez sacerdotes y dos laicos, en Italia, Argentina y Bélgica.
Este escándalo salía a la luz pública el pasado 17 de noviembre, convirtiéndose en una de las tramas «más graves de supuestos abusos sexuales a menores» por parte del clero de la diócesis de Granada. El caso Romanones comenzaba con una carta de una de las presuntas víctimas enviada directamente al Vaticano, durante los meses de verano, y que llegó directamente a manos del Papa Francisco. A partir de ese momento el engranaje judicial llevó al banquillo a doce personas, entre ellas, el supuesto cabecilla de los mismos, el padre Román.
A día de hoy, tan sólo él sigue imputado, en un caso en el que según resolución judicial los delitos han prescrito para el resto de los denunciados.
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