El obispado de Gerona critica la nueva asignatura de Religión

Un día después de que la Conferencia Episcopal Tarraconense (CET), que representa a los obispos catalanes, diera su visto bueno al nuevo currículo previsto en la Lomce para la asignatura de Religión , el obispado de Gerona se desmarca y critica públicamente algunos de los cambios introducidos en la materia, que pasa a ser evaluable.

En un documento de 14 puntos, que ha sido enviado a los profesores que imparten la asignatura, la delegación episcopal de enseñanza de la diócesis gerundense les advierte de que no deben adoctrinar desde las aulas ni hacer rezar a los alumnos y critica con contundencia el hecho de que el contenido curricular obvie otras religiones y se centre solo en una. En el texto, consultado por ABC, el obispado advierte también de que «no se puede mezclar el debate de la conveniencia o no de una religión confesional en la escuela pública con el currículum de religión» y añade que «los contenidos de práctica religiosa no deben impartirse en las clases de religión».

El documento del obispado, comentado este viernes por el delegado episcopal de Enseñanza de Gerona, Pere Micaló, reconoce que «el marco legal de la materia de religión y moral católica no ha sufrido ningún cambio sustancial» sino que «lo que se ha cambiado es el currículum, adaptándolo a la estructura de la Lomce».

Respecto al polémico tema de «hacer rezar en las aulas» apunta que «no se puede deducir que para hacer memorizar y recoger unas oraciones, eso sea rezar». Matiza, no obstante, que «si algún docente de religión hace rezar en las aulas en los centros públicos, no hace lo que debe hacer». En el mismo sentido, se posiciona con respecto al supuesto adoctrinamiento. «No se adoctrina desde un texto curricular. Se podría adoctrinar a partir del trabajo que se hace en las aulas», apunta el documento. Aclara, igualmente, que «si algún docente aprovecha el currículum de religión para adoctrinar a sus alumnos no hace lo que debe hacer».

En el texto, el obispado defiende que la asignatura no debe ser de religión, sino de religiones, e insiste en que los contenidos de la prática religiosa no deben explicarse desde las aulas de la escuela pública. Considera, asimismo, que «la religión debe entenderse desde la óptica de los conocimientos culturales y no desde la práctica de la fe».

Por último, en el texto, el obispado catalán alude a que pese a que «es un currículo único para todo el Estado», «las adaptaciones a la realidad social de nuestro país deberán hacerlas, tal y como ya hacíamos en el currículo LOE, los docentes de religión en las aulas».