TESTIMONIO
«No hay que perseguir al cliente ni a la prostituta, sino al proxeneta»
Maribel Martin, la primera prostituta que consiguió que le reconocieran sus derechos laborales, recuerda que «el que comete el delito es el dueño» del local de alterne
Aumentar la presión sobre los clientes de la prostitución, como planteó hace unos días el director de la Policía Nacional, Ignacio Cosidó, para acabar con la lacra de la trata de personas, es «una medida populista». Así lo ve Maribel Martín, exprostituta y primera chica de alterne que consiguió que se le reconocieran sus derechos laborales.
«El que comete el delito es el que tiene el negocio de la prostitución. Al que se tiene que perseguir es al proxeneta y no al cliente ni a la prostituta», aseguró a ABC, Maribel, quien, sin embargo, denunció que «no hay ningún interés en perseguir a los dueños de los locales de alterne».
En este sentido, señaló que «todo el mundo se lucra con el negocio ilegal de la prostitución y por eso es tan difícil erradicarla». Entre ellos, Maribel también cita los propios ayuntamientos «que dan permisos a ciertos locales sabiendo que allí se ejerce la prostitución». «Hay mucho engaño. Hay locales que se anuncian como 'la cervecería escocesa', como un sauna, un hotel o incluso como una peluquería y si uno se planta allí a las cinco de la tarde están todas las chicas desnudas», explica.
A sus 63 años Maribel no ejerce la prostitución. Desde que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña le reconociera en 2004 sus derechos laborales por su trabajo durante un año en un club de alterne en Granollers (Barcelona), dedica su vida a denunciar la explotación de las mujeres que ejercen la prostitución «la esclavitud del siglo XXI», como ella misma la denomina.
«Con tres gobiernos diferentes, nadie ha actuado contra la explotación de las mujeres que ejercen la prostitución y siguen sin reconocerse sus derechos laborales», apunta.
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