Consejos básicos para que disfrutar de la nieve estos días no termine en drama
La montaña no es un parque de atracciones, aunque algunos así lo piensen. Conocer las nociones básicas y no perderle el respeto a la sierra es imprescindible para pasar un buen día
La nieve siempre es un reclamo en invierno para acudir a la sierra. Pero la montaña no es un parque de atracciones, y mucho menos en invierno. En estas fechas, y después de los últimos temporales, el color blanco predomina en todas las zonas montañosas de España. Y eso obliga a tomar precauciones especiales para que disfrutar de las nevadas no termine convirtiéndose en una amarga experiencia.
Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de adentrarnos por la sierra en invierno es la previsión del tiempo , para la montaña pero también para las carreteras. A ver si vamos a ir de himalayistas por la vida, pero no sabemos poner unas cadenas para subir o bajar el puerto. Lo mejor son unas fundas textiles; se ponen en un minuto cada una (en las ruedas que llevan la tracción). De cara a las cumbres, mejor olvidarnos de medir fuerzas con los elementos.
Consulte antes el parte del tiempo y lleve cadenas en el coche
El viento, por sí solo, sin que tenga que venir acompañado de precipitación, puede desplomar el termómetro hasta los 10-15 grados bajo cero en cualquier cota elevada medianamente elevada; por no hablar de la espeluznante sensación de tener que avanzar en altura perdiendo constantemente el equilibrio. Si el parte da posibilidad de tormenta, viento o nevadas, lo mejor es no salir; la montaña no se va a mover y habrá más ocasiones. Pero si aún así insistimos en salir, optemos por una ruta de muy fácil progresión, corta y que conozcamos al detalle, por si hay que volver palpando el terreno.
Siempre seco y caliente
Lo segundo es el material que debemos llevar, que debe adaptarse a la actividad que vayamos a realizar en la montaña. A la nieve podemos ir a pasear, a esquiar o a tirarnos en trineo con los peques. De los plásticos, ni hablamos. Cada cual es libre de matarse como quiera por deslizarse a toda velocidad por una pendiente con el propio cuerpo como chasis. Cualquier piedra o rama oculta en la nieve ya sabemos contra qué va a impactar.
Volviendo a las actividades sensatas, es importante saber que vamos a introducirnos en un ambiente húmedo y muy frío, por lo que unas botas y guantes impermeables o resistentes al agua son imprescindibles hasta para las actividades más suaves. En los dos casos conviene que lleven una membrana o un sistema de aislamiento que impida al agua entrar y mantenga el calor. Tampoco se olvide de proteger sus ojos con unas buenas gafas (la nieve deslumbra) y los labios y la nariz con vaselina y crema protectora.
Si vamos a disfrutar de los trineos, debemos tener en cuenta que pasaremos buena parte del tiempo con el cuerpo en contacto con la nieve, pero sin realizar una actividad física intensa. Así que en este caso es más importante que las prendas sean impermeables y calentitas. Si se trata de pasear, tenga en cuenta que la nieve, cuando se pisa, puede esconder un mundo debajo. Las raquetas o esquís son obligados si vamos a salir de los caminos fáciles. Caminar solo con botas hundiéndote hasta la rodilla agotaría a Hércules a los 500 metros. En una senda pisada y con la nieve compactada, se puede caminar con unos bastones, que nunca sobran en invierno en la montaña, sin necesidad de raquetas o esquís.
No se olvide nunca de gorra, botas, guantes y gafas
En cuanto a la ropa, todo lo que implique actividad física, conlleva sudoramiento. Recuerde la técnica de las tres capas. Una primera que le mantenga seco (nunca use algodón, pues retiene la humedad), una segunda caliente y una tercera aislado de la lluvia o la nieve. Todas tienen que ser transpirables para ir expulsando el sudor hacia el exterior pero sin dejar que el agua entre hacia dentro. Hoy en día hay multitud de materiales, de todos los precios, que cumple esos requisitos. Si es un incondicional de los tejidos naturales, para la primera y segunda capa nada le mantendrá tan caliente como la lana (es capaz de retener el calor incluso mojada) e incluso la seda (da menos calor pero es muy ligera). Para la capa exterior, el plumón natural es lo mejor para el calor, aunque pesa más que el sintético, pero si se moja (para lo que tiene que diluviar) no sirve para nada.
Cuidado con desorientarse
Ya en ruta, no olvide que en la nieve es muy fácil desorientarse y que una travesía que calculamos para dos o tres horas acabe en el doble de lo previsto. Lo que sumado a que las horas de luz son todavía escasas, puede obligarnos a afrontar una delicada travesía nocturna. Una ventisca, niebla espesa o una copiosa nevada pueden cambiar en cuestión de minutos el paisaje de tal manera que si no conocemos bien el terreno perdamos los puntos de referencia. Por eso, siempre es mejor dejar la exploración de terrenos desconocidos para estaciones más benévolas, y apostar por rutas que conozcamos perfectamente.
Ante cualquier emergencia llame al 112 y no se mueva
El GPS y los aparatos de geolocalización están muy bien, y no son complicados de manejar en un día de sol radiante. Pero con los elementos meteorológicos desatados, cansados y estresados porque la noche se echa encima y no vemos por donde caminamos, tareas antes extremadamente sencillas se convierten en un suplicio. Estudie la ruta antes de salir y memorice puntos de referencia altos por corta que le parezca. Además, una linterna, un poco de agua y algún alimento energético no están de más en la mochilita. Aunque haga frío, la nieve y el viento deshidratan a velocidades vertiginosas; y si perdemos muchas sales minerales, los calambres están asegurados, que es lo que nos faltaba para completar el martirio de que te sorprenda una tormenta. Para saber siempre nuestra posición, ahora hay multitud de Apps que en caso de necesidad avisan de nuestra posición exacta. Y no pesan. Ante cualquier emergencia, avisa al 112. Indica tu posición y no te muevas del lugar hasta que lleguen los equipos de rescate.
Para los que vayan progresando en altura, conviene no olvidar que en zonas señalizadas como de alta montaña es obligatorio llevar piolet y crampones y que el riesgo de aludes es muy alto estos días. Donde veamos acumulación de nieve o hielo, mejor no aventurarnos. Se sorprendería de la cantidad de gente que ha muerto en rutas habitualmente fáciles pero convertidas por el hielo en trampas letales. Recuerda, la montaña no es un parque de atracciones, no le pierdas jamás el respeto.