«En internet puedes ligar con psicópatas, en una agencia matrimonial no»
Estos tradicionales establecimientos del amor han sobrevivido al boom de internet y aseguran ofrecer a sus clientes, previo pago, relaciones estables y de calidad
Pensamos que no existen, que están pasadas de moda, que han sido «devoradas» por internet, que no tienen razón de ser en una sociedad en la que aumenta vertiginosamente el número de divorcios, en la que se habla de sexo, aventuras , e incluso, relaciones poliamorosas . Pero ahí están, vivas y coleando. Presumen de tener un alto número de clientes, de no sufrir la competencia del monstruo Google, y de ofrecer un servicio de calidad, casi, casi infalible. Son las agencias matrimoniales.
Pero no solo por sus bondades la gente acude a ellas: «Todo el mundo ha pasado por situaciones amorosas complicadas. Las personas que acuden a nosotras no son ni raras ni solitarias, simplemente quieren aprovechar el tiempo en conocer gente que encaje con su estilo de vida», explica Alicia López Losantos, socióloga de Lazos, una de las agencias con más solera y experiencia de España.
«No se da la misma sinceridad a través de la pantalla»
Las agencias prometen un mundo perfecto en el que nadie miente y quizás utilizan ese argumento como su valor añadido respecto a internet. «Los individuos no actúan igual en una relación que se mantiene a través de la pantalla. No se da la misma sinceridad, ya que solo se muestra una pequeña parte, y además los estados de ánimo, tanto positivos como negativos, se distorsionan por completo. Esto puede desembocar en frustración cuando se da el paso para seguir conociéndose en la realidad. Es por ello, que cada vez más se produce un retraso a la hora de dar ese paso, consiguiendo así que la para entonces la relación esté tan hecha, que todo el proceso queda desnaturalizado: si antes conocerse en persona era el principio, ahora es el final», explica Fernando Alberca, psicólogo experto en relaciones familiares.
No se puede comparar a las agencias con las páginas webs de contacto como Meetic que prometen que «todo comienza aquí», eDarling diseñado para los «solteros exigentes» o Lovoo que asegura que allí puedes encontrar el amor de tu vida porque, según las agencias, prometen un servicio serio y donde realmente la gente busca una pareja estable. Pero hay que pagar un precio.
«La inscripción cuesta 363 euros en el caso de las mujeres y 438 en el caso de los hombres», explica explica José Luis Santos Domínguez, miembro de la agencia matrimonial . Asegura que el hecho de pagar es lo que hace precisamente que la gente que participa quiera relaciones serias y no perder el tiempo, como supuestamente se hace en internet. En contraposición, la agencia Lazos establece un precio en torno a los 700 euros que dura para toda la vida. «No importa que estes 10 años o 15 días con nosotros, ya que la finalidad es que encuentres el amor de tu vida», revela López Losantos.
«El contrato por un año es entre 600 y 1000 euros. Depende de la cantidad de tiempo y de los servicios añadidos: si es concoer gente, o si se trata de asesoría, seguimiento, psicología y sexología», explica Silvia Pérez Manjavacas, psicóloga de Alter Ego , una agencia matrimonial que prefiere más bien autodenominarse «gabinete de relaciones» puesto que también asesoran en el caso de que lo que se quiera hacer sea más bien lo contrario: romper con algún lastre del pasado.
No al matrimonio, sí a la compañía
Pese a llamarse agencia matrimonial, no todos quieren ponerse el vestido de novia o el chaqué, y en ello influye mucho la edad. «La persona más mayor tiene 86 años», cuenta López Losantos de Lazos. Sin embargo, la mayoría de los clientes oscilan entre los 30 y 50 años. También existe un marcado grupo que comprende entre los 50 y 65 años edad, y que a diferencia del rango más amplio, se corresponde más con casos de «padres divorciados cuyos hijos se han hecho ya mayores», o incluso «viudos que no quieren pasar el resto de sus días solos». Además, la sociológa de Lazos huye de falsas creencias y evidencia que el nivel cultural de las personas que acuden a una agencia matrimonial es medio-alto.
Para los que buscan el matrimonio, ninguna agencia promete la unión. «Lo más fácil de este mundo es que a una mujer le presentemos una docena de hombres plenamente compatibles y que no forme pareja con ninguno, pero que la relación crezca ya es otra cosa. En el amor, lo complicado es el largo plazo», cuenta Santos Domínguez de Amor&co.
«Aquí hay garantías de que no se va a encontrar en internet. Es decir, es un trato personalizado, le vamos a conocer y nos dirá qué es lo que busca y en base a ello, la química permitirá que puedan hablar y conocerse, pero el resto no puede controlarse», señala Perez Manjavacas, de Alterego.
Seriedad e ilusión
Aunque la atracción está compuesta por un sinfín de factores, son necesarios dos requisitos imprescindibles para no caer en la frustración: seriedad e ilusión. A partir de ahí, el trazo de los profesionales consiste en dibujar un puzzle de actitudes y aptitudes, donde las piezas puedan ir encajando con la certeza de que la armonía sea la tónica reinante en los posibles enlaces. «Para apuntarse es necesario estar dispuesto a conocer gente de forma pausada, sin querer avanzar abruptamente. Tanto nosotros como nuestros clientes buscamos relaciones estables», aspostilla López. «La gente que viene aquí no tiene tiempo. Se trata de este problema o que no le gusta acudir a los sitios de ocio como discotecas o que la experiencia de internet no les ha gustado. También han descuido lo personal y ahora que han conseguido todo dicen: ¿y yo que?», explica la psicóloga de Alterego.
Los pasos a seguir para formar parte de estas agencias son bastante sencillos. «Hay un departamento, el gabinente de clientes, donde están las presentadoras que forman parejas. Son especialistas en relaciones humanas. La clienta es entrevistada y se le pide un perfil, se le preguntan cómo tienen que ser los caballeros: edad mínima, máxima, nivel cultural, estatura para poder usar los tacones...es lo que ellas exigen», explica Domínguez de Amor&co.
La personalidad, clave
La personalidad es clave, pero entendida dentro de un campo que va mucho más allá de una ociosa partida al «¿Quién es quién?». En el popular juego hay que adivinar quien es el personaje del adversario en función de parámetros como el pelo, color de piel, color de ojos, pendientes, gafas u otros atributos puramente físicos. Sin embargo, las agencias matrimoniales buscan distinguirse de toda relación impersonal a través de estudios exhaustivos de la personalidad. «Está todo super profesionalizado. En Lazos nunca frivolizamos, tenemos gabinetes psicológicos que profundizan en el estilo de vida y las inquietudes. El fondo de valor es conectar posibles parejas que compartan una misma visión de futuro», cuenta López Losantos.
«El valor es conectar parejas que compartan una visión de futuro»
Una vez trazados los perfiles y determinadas las preferencias, se pasa a la selección de candidatos para cada mujer. Cada uno de ellos recibirá el teléfono de la potencial enamorada para empezar la interracción. «A pesar de que todos los que la llamen habrá algunos con los que haya química y otros que no. Aquellos con los que no se siente identificados les pondrá una disculpa elegante, llama a la presentadora y le pide otro», resuelve sin rodeos Domínguez.
Sin embargo, no siempre se sigue el mismo procedimiento. En el caso de Lazos, por ejemplo, «tras seleccionar una potencial pareja, nos ponemos en contactos con las dos partes para hablarles a cada uno del candidato y candidata en cuestión. Si ambos están de acuerdo, se elige fecha, hora y lugar para celebrar la presentación».
«No es un examen de bachillerato, van solo a saludarse, con esa idea nada mas, y el resto lo hace el destino, lo ve él en los ojos de ella y ella en los de él... las parejas las forma el destino, no la agencia», explican en Amor&co. Aseguran que la gente tarde un promedio de seis a siete semanas en emparejarse. Lo que sucede después, si hay pareja o no, ya queda entre cuatro paredes.
Un vez que se encontró la media naranja, la mujer galanteada pide no recibir más llamadas de candidatos y él también comunica que encontró a su mujer ideal. «En esos casos, se congela la ficha de los dos. Pero en ese caso se trata de una pareja potencial. A partir de ahí hay un año de prueba, si falla la relación se vuelve a llamar pero no hay que volver a pagar, si no hay noticias, la agencia asume que la relación ha cuajado», concluye Domínguez.
Eso sí, si no se encuentra pareja su contrato con la agencia es para siempre, por lo que solo pagará una vez. ¿Rentable, no? En otros casos, se promete un año de seguimiento. «Garatizamos que vamos a trabajar durante un año con esa persona, obviamente verá el resultado pero no se puede garantizar una pareja eso depende de la química. Aunque tenemos estadisticas que en el sexto, septimo encuentro es cuando encuentras pareja», explica Silvia Pérez Manjavacas, psicóloga de Alterego.
Internet, un arma de doble filo
El boom de internet para encontrar pareja es un arma de doble filo que no siempre saben digerir sus usuarios. No obstante, aseguran que no hay competencia, puesto que lo que ofrecen ellos nada tiene que ver con conocidas páginas de contactos que pueden llevarte a conocer nada menos que psicópatas. Santos Domínguez de Amor&co expone un macabro caso: «Un hombre que se hizo pasar por un empresario. Conoció a una mujer en Huelva, ella se lo llevó a Granada y lo alojó en su casa. Una mañana apareció su hija muerta flotando en el agua». Y es que, a su juicio, «en internet puedes ligar con psicópatas, en una agencia matrimonial no». En situaciones no tan extremas, podemos encontrarnos con simples mentirosos, aunque muy hirientes.
Desde Lazos apuntan que a pesar de que hace siete años sufrieron una bajada de clientes a causa de internet, ahora este déficit ha remitido. Aunque las consecuencias las están notando desde el punto de vista psicológico. «La red nos parece un medio muy facil para hacer amigos y conocer gente, pero no para encontrar pareja. Si solo nos fijamos en los datos, está claro que un mercado con miles de clientes siempre va a ser superior a uno con cientos, pero si fuera un sistema tan bueno no tendrían numerosos anuncios en 'prime time' o tantos casos de gente frustrada».
«Aunque parezca increible, hemos comprobado que algunas webs de éxito de contactos se nutren del mundo del porno. Tenemos testimonios de personas que se meten en internet y luego han salido grabados haciendo el amor. Nadie da duros a pesetas», advierte López Losantos, quien concluye con una frase contundente: «Hay gente que no hemos cogido, porque psicologicamente no estaban bien. ¿Y esa gente a donde va? A internet».