El Papa simplifica la Curia vaticana agrupando los pontificios consejos en dos grandes departamentos
«Laicos y familia» y «caridad y justicia» asumen las tareas repartidas ahora por un ramillete de comisiones
Diez personas: el Papa Francisco y el consejo de nueve cardenales que le ayudan en el gobierno de la Iglesia ultiman desde ayer lunes el proyecto de simplificación de la Curia vaticana que presentarán este jueves a los cardenales de todo el mundo. La reforma está a punto de “pasar el Rubicón”. La Curia vaticana será más simple y más reducida pero, sobre todo, más servicial y más espiritual.
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En la reunión de todo el colegio cardenalicio el jueves y viernes participarán ya los 20 prelados que recibirán la birreta el sábado.
Ambos departamentos asumirán las tareas repartida ahora en un ramillete de comisiones
Se trata de 15 nuevos cardenales electores -entre los que figura el español Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid- , y cinco obispos de más de ochenta años que, sin participar en el Cónclave ni en cargos de gobierno, aportan mucha sabiduría.
Los casi doscientos cardenales recibirán el proyecto de simplificación de la Curia vaticana mediante la creación de dos grandes departamentos, uno dedicado a “laicos y familia” y otro dedicado a “caridad y justicia” que asumirán tareas repartidas hasta ahora en un ramillete de pontificios consejos llamados a desaparecer, igual que algunas pontificias comisiones y, probablemente, academias.
El objetivo es pasar de treinta departamentos a menos de una veintena, para que no haya duplicación de tareas y las consultas sean más fáciles. El reajuste significa disminuir el número de “jefes” pero, sobre todo, pasar a una “cultura de servicio” al Papa y a las diócesis de todo el mundo.
Según el prefecto de la Doctrina de la Fe, Gerhard Müller, “el Papa Francisco está realizando un purificación espiritual del templo que es, al mismo tiempo, dolorosa y liberadora”. La reforma de Francisco consiste en tres cambios sucesivos: primero la cultura, después la estructura, y -solo después- las personas. Por eso ha habido tan pocos relevos hasta ahora.
El paso «revolucionario»
Su “reforma de la cultura” dio un gran paso el pasado 22 de diciembre con el vigoroso discurso sobre las quince “enfermedades de la Curia vaticana”. Según el cardenal Müller, ese discurso es “un examen de conciencia para toda la Iglesia”, pues en toda diócesis pueden darse esas patologías.
Aunque muchos no se han dado cuenta, buena parte de la reforma está ya hecha. El paso “revolucionario” tuvo lugar el 14 de abril del 2013 cuando, al mes de su elección, Francisco anunció el nombramiento de ocho cardenales para “aconsejarle en el gobierno de la Iglesia universal y el proyecto de revisión de la Curia Romana”.
Los ocho cardenales, coordinados por el hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga, pasaban a constituir un enlace directo de los cinco continentes con el Papa por encima de la burocracia vaticana. El segundo paso fue la reforma del Sínodo de Obispos para cambiar su estilo de trabajo: estudio a fondo de los temas y debates verdaderos sin excluir ningún tema “tabú”, lo cual todavía asusta a algunos.
El tercer paso fue la reforma económica, culminada en febrero del 2014 con la creación de la secretaria y el consejo de Economía . En paralelo se saneó, por fin, el banco del Vaticano.
El cuadro se completó dando mayor contenido y vivacidad a las reuniones de todo el colegio cardenalicio, como la del año pasado sobre la familia. Buena parte de la reforma está hecha y funcionando. La constitución apostólica, en 2016, será la constatación de un cambio realizado suavemente por etapas.