rector univ. camilo josé cela
Eduardo Nolla: «Si la universidad no se adapta a los cambios, desaparecerá»
El único miembro de la CRUE que votó en contra de retrasar la implantación de grados de tres años reclama una reforma profunda de la universidad
El rector de la Universidad Camilo José Cela fue el único que se opuso en la última asamblea de la CRUE a la «automoratoria» de dos años en la reducción de la duración de los grados.
-¿Por qué ha decidido poner grados de tres años el próximo curso?
-Porque encaja con nuestra idea de lo que debe ser la universidad. Ahora hay 2.631 grados, que son hiperespecializados. Se puede justificar en alguna titulación por sus características, pero en la mayoría funcionan mejor grados de tres años, más generalistas. No sólo por la experiencia en el resto de Europa, sino por un entorno laboral donde ya no existe eso de entrar en un trabajo y permanecer hasta la jubilación. Ahora exige formar trabajadores que se adapten a la movilidad laboral y geográfica. Si no, pueden ser más una condena que la puerta al mercado laboral. Aunque el cambio producirá cierto desorden, cuanto antes se realice, mejor.
-¿Por qué cuanto antes?
-Es lo misma que con el ancho de vía, que llevamos cerca de dos siglos con uno distinto al europeo. En esto tampoco queremos adaptarnos al ancho europeo, con lo que supone. No vale con decir que nosotros lo hacemos mejor. Además, el decreto permite que coexistan grados de tres y cuatro años. De hecho, nosotros vamos a mantener algunos de cuatro.
-¿No teme la confusión de la que habla la CRUE?
-Es lo mismo que cuando pasamos de cinco a cuatro años. Al final, el desorden fue menor del que se prevía. Además, en este caso no es una medida general ni obligatoria, con lo cual no debería producirse mucho desorden.
-¿Con un grado de tres años hace falta un máster de dos?
-No hay ninguna obligación de que sea 3+2, como se presenta. Puede ser ser 3+1 o 3+1+1, o no hacerse ninguno, salvo para un doctorado, que exige 300 créditos [cinco años]. Y en el caso de las profesiones reguladas, no les afecta este decreto.
-La CRUE aduce también falta de tiempo para estudiar la medida.
-Resulta paradójico, porque fue la CRUE la que pidió grados de tres años para homologarnos al resto de Europa. Ha habido tiempo más que suficiente. El problema es no haberlo hecho en su momento.
-¿Los rectores temen que, con un año menos, tengan menos ingresos?
-Supongo que sí, y lo entiendo. La mayor parte de las universidades públicas tienen una masa salarial funcionarial que no pueden adaptar fácilmente, infraestructuras costosas y mucha menos agilidad y movilidad que una universidad como la nuestra, más joven, con más facilidad de adaptación.
-El suyo ha sido el único voto en contra. ¿Por qué los rectores actúan de forma conjunta en este asunto?
-Me resulta curioso que sea yo el único que vaya a empezar con grados de tres años. Habrá que ver dentro de unos meses si de verdad nadie más va a solicitar grados de tres años...
-Aparte del cambio en la duración de los grados, ¿necesita la universidad una reforma más profunda?
-Sí, sí. Tiene que adaptarse a un mundo que ha cambido mucho desde el origen de la universidad, tanto en organización como en capacidad de adaptación. Son instituciones hiperreguladas, con márgenes de maniobra escasa. Eso tiene que cambiar. La misión de la universidad de trasmitir conocimiento se está transformando, ahora es formar personas capaces de interpretar, criticar, producir conocimiento. Hoy en día la información está en todas partes. Si no la universidad no aprende más que a trasmitir conocimientos, desaparecerá. Esa misión, formar ciudadanos, no la estamos haciendo suficientemente bien.
-¿Qué medidas propone?
-Ir a un modelo de acreditación de universidades y no de títulos, para que la universidad pueda reaccionar con más rapidez al entorno. No tiene mucho sentido que tenga que cerrar su oferta con un año de antelación, es una cortapisa importante. Además, tenemos que llegar a una internacionalización mucho mayor, no en el sentido de tener muchos alumnos extranjeros, sino de hacer más internacional la formación, incorporar otras culturas, puntos de vista, tradiciones... Y preparar a todos los egresados con conocimientos transversales que les sirvan toda su vida, no sólo en idiomas, sino en el manejo de redes sociales, conocimientos de programación o gestión de sus propios proyectos de emprendimiento, indispensables para cualquiera que pase por la universidad.
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