La Ley de Vagancia de 1824 prohíbe mendigar en Inglaterra y Gales
La norma, que todavía sigue en vigor, restringe sobre todo la presencia de los mendigos en las entradas de los medios de transporte
La resaca de las guerras napoleónicas llenó ciudades y pueblos de Gran Bretaña de veteranos sumidos en la miseria que pedían en las calles. En ese contexto, en 1824 se aprobó la Vagrancy Act (la ley de vagancia), que prohíbe todavía hoy pedir en las calles de Inglaterra y Gales, aunque no lleva aparejada penas de prisión. La norma se extendió en su día también a Escocia e Irlanda del Norte, que la retiraron en los años 80. En 2003, Inglaterra aprobó también un registro de mendigos reincidentes, que suscitó quejas en las agencias de auxilio social.
En la actualidad sigue habiendo mendigos en las calles del Reino Unido, pero la persecución se ciñe más bien a las entradas de los medios de transporte. Están presentes en las puertas de muchos supermercados, pero casi siempre bajo el pretexto de vender revistas para homeless, al modo de “La Farola” en España. El 80% de los que piden en las calles son también gente sin techo. De cuando en vez, algunos ayuntamientos siguen sancionando a los mendigos, con multas y penas de trabajo comunitario, pero los perseguidos suelen ser personas relacionadas también con pequeños hurtos.
En Londres hay un activo tejido asociativo para ayudar a los sin hogar que duermen a la intemperie. El alcalde Boris Johnson anunció en su día que en 2016 ninguna persona pasaría en Londres más de una noche pernoctando en la calle. Pero la fecha se acerca y siguen constituyendo una imagen lacerante del paisaje de la metrópoli, incluso en las calles más exclusivas. Para sensibilizar sobre el tema y ayudar en la campaña filantrópica de un periódico, hace tres semanas el propio alcalde pasó una noche durmiendo entre cartones en plena acera, metido en un saco de dormir.
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