El Papa invita a los jóvenes a no ser machistas, aprender a llorar y evitar la «psicología de ordenador»
«No creamos que lo sabemos ya todo. ¡Dejémonos sorprender por Dios!», arenga Francisco a los feligreses de Manila
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Después de haber desatado una explosión de entusiasmo a su llegada, el Papa Francisco hizo reír e hizo pensar a treinta mil jóvenes reunidos en el campus de la Pontificia Real Universidad Santo Tomas, la más antigua de Asia, fundada hace cuatrocientos años por la Corona española.
El Papa comenzó dándoles, «en primer lugar, una noticia triste. Ayer en Tacloban se cayó un andamio e hirió a una muchacha que estaba trabajando, y falleció. Se llamaba Kristel. Era joven como vosotros, y voluntaria de Catholic Relief Services».
Después de un minuto de oración en silencio, el Papa y los jóvenes rezaron un Ave María por Kristel y un Padre Nuestro por sus padres pues «Kristel era hija única. Su madre está viniendo de Hong Kong y su padre la espera ya aquí en Manila».
El primero en tomar la palabra fue Jun Chura, un chaval de 14 años, que escapó de su casa y era un «niño de la calle» hasta que fue rescatado y acogido precisamente en el hogar que el Papa visito el pasado viernes. A medida que contaba su vida en la calle, entre pequeños robos, drogas de pegamento y abusos, los jóvenes se conmovían.
El Papa agradeció su testimonio, y animó a los treinta mil jóvenes a tener más corazón y «aprender a llorar, como lloraba Jesús en el Evangelio por la muerte de su amigo Lázaro, o como lloraba en su corazón por una viuda que llevaba a enterrar a su hijo, o al ver a la muchedumbre como ovejas sin pastor». Aprender a llorar da sabiduría, pues «algunas realidades de la vida se ven sólo con los ojos limpios por las lágrimas».
En respuesta a la pregunta de Leandro sobre la sobrecarga de información y de aparatos tecnológicos, el Santo Padre afirmó que «estar informado es bueno, pero la asignatura más importante que hay que aprender en la universidad y en la vida es aprender a amar».
Por eso les invitó a «amar y dejarse amar. Con buen humor, les animó a «no tener la ‘psicología del ordenador’, que cree que lo sabe todo, que tiene todas las respuestas», y a «dejarse sorprender por Dios, que siempre nos ama primero».
Sigue el mal tiempo
El tifón «Amang», que obligó el sábado al Papa a recortar su visita a la zona destruida por el supertifón «Yolanda» , parece perseguirle por el archipiélago filipino, pues la lluvia y las ráfagas de viento eran cada vez más fuertes en un encuentro con los jóvenes, limitado a treinta mil por la capacidad del campus, mientras millones de personas, en su mayoría también jóvenes caminaban ya hacia el Rizal Park para la misa de la tarde.
El encuentro alternaba canciones, breves lecturas bíblicas y testimonios interesantísimos como el de Rikki Macolor, un ingeniero electrónica de 29 años que fue voluntario en la zona destruida por el «Yolanda» e inventó la Luz Nocturna Solar.
Se trata de un pequeño juego de acumulador fotovoltaico y bombilla dentro de una botella de plástico trasparente de litro y medio, llena de agua, que se instala en un agujero practicado en los techos habituales de latón ondulado. Es un sistema sencillo que ilumina gratis las casas de cientos de miles de personas todavía sin electricidad por el tifón Yolanda o en barrios de chabolas en que nunca se han instalado los cables.
El Papa invitó a Rikki y a todos no sólo a ayudar a los pobres sino también «a aprender de los pobres», sin ir por la vida pensando que uno sabe más que ellos pues «las personas a las que ayudamos, pobres, huérfanos, vagabundos… tienen mucho que darnos».
Las tres presentaciones largas habían sido hechas por chicos, pero la pregunta mejor, sobre la indiferencia general ante «los niños que viven cosas terribles como la droga o la prostitución», fue hecha por Glyzelle Palomar , una niña de 12 que vive ahora en un centro católico de acogida.
Francisco afirmó que «las mujeres tienen mucho que decirnos en la sociedad de hoy. A veces somos demasiado machistas y no dejamos lugar a la mujer».
El Papa insistió en que «la mujer es capaz de ver las cosas con ojos distintos de los hombres. Es capaz de hacer preguntas que los hombres no terminamos siquiera de entender. Así que cuando venga el próximo Papa a Manila, ¡que haya más mujeres!». Todos estaban de acuerdo y le aplaudían a rabiar, tanto las chicas como los chicos, que habían recibido un buen consejo para la vida.
Entretanto la lluvia y el viento habían arreciado a media que se acercaba el tifón «Amang», y Francisco tuvo que ponerse de nuevo el chubasquero de plástico amarillo traído de Tacloban para saludar a algunos de los jóvenes en la explanada y realizar después el traslado a la nunciatura en papamóvil descubierto.
Como siempre, todo el recorrido por las calles de Manila estaba repleto de personas que aplaudían y tomaban fotografías a su paso. A esas alturas, más de dos millones de personas habían entrado ya en el Rizal Park para la misa de la tarde y el flujo de multitudes que caminaban con tranquilidad hacia la enorme explanada continuaba por toda la ciudad. Estaba claro que, a pesar del mal tiempo, podían batir el record mundial de cinco millones de fieles, establecido con Juan Pablo II en 1995.
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