La contaminación de Pekín supera 20 veces los límites de la OMS
Como cada invierno, la polución se dispara en el norte de China por las calderas de carbón y el humo de fábricas y coches
Como suele ser ya tristemente habitual cada invierno, la contaminación ha vuelto a dispararse en Pekín por las calderas de la calefacción, que funcionan con carbón y se suman así al humo de las fábricas e industrias pesadas de sus alrededores. Según los medidores oficiales del Ayuntamiento y de la Embajada de Estados Unidos, ampliamente seguido por su mayor independencia, la polución superó este jueves veinte veces los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
Las partículas inferiores a 2,5 micras (PM 2,5), tan pequeñas que se cuelan en los pulmones y originan enfermedades como cáncer, dolencias coronarias y derrames cerebrales , alcanzaron concentraciones de entre 568 y 631 microgramos por metro cúbico. Muy por encima de los 25 microgramos que la OMS considera ya nocivos para el cuerpo humano.
Aunque las autoridades insisten en que hacen todo lo posible por reducir la contaminación que asfixia a China, la industrialización que ha traído su insostenible crecimiento económico impide una solución a corto plazo. La prueba más clara es que dichas partículas PM 2,5 proceden de la quema de carbón en las plantas térmicas, que aportan el 70 por ciento de la electricidad que se consume en China, así como del humo de las fábricas y del tubo de escape de los coches.
A todo ello se suma, como ocurre estos días en Pekín, la falta de viento y lluvia para dispersar la nube tóxica que cubre la ciudad, que eclipsa el sol y envuelve sus calles en una espesa niebla que impide la visión más allá de unos pocos metros. A su lado, la famosa “boina” de Madrid no es más que la humareda que deja una traca de petardos porque, además, no se reduce solo a una ciudad. Tal y como advirtió el servicio de meteorología, la capa de polución (“smog”) continuará durante unos días en todo el norte de China, aquejado de una fuerte sequía que agrava aún más el problema.
En enero, lo peor
La contaminación está tan extendida que el 70 por ciento de la población china estuvo en 2012 expuesto a unos niveles de partículas PM 2,5 mayores a 35 microgramos por metro cúbico. En las grandes áreas urbanas de la industrializada costa china, plagada de fábricas y centrales térmicas , 157 millones de personas sufrieron una concentración de dichas partículas diez veces superior a la recomendación de la OMS. Con una espesa nube cubriendo el cielo, la contaminación empezó a repuntar el pasado mes de octubre en Pekín, cuando el encendido de las estufas hizo marcar hasta 400 microgramos por metro cúbico de partículas PM 2,5. Y lo peor aún está por llegar porque en enero se alcanzan cotas máximas como las de 2013, cuando los niveles de polución se salieron de los límites de los medidores al superar los 1.000 microgramos por metro cúbico.
Sendos informes oficiales estimaban las muertes por contaminación entre 300.000 y 670.000 en 2012, pero otro estudio anterior de la revista “The Lancet” elevaba dicha cifra a 1,2 millones en 2010, un 40 por ciento de las registradas en todo el mundo.
La OMS, ya ha relacionado la polución con el cáncer de pulmón, calcula que en 2012 la insalubridad del aire se cobró en todo el planeta siete millones de vidas, la mayoría en Asia, donde es el más común junto al de estómago e hígado. A tenor del centro de Prevención y Control de Pekín, el cáncer mata cada año en China a dos 2,5 millones de personas, pero subirá hasta los tres millones en 2020.
En Pekín, donde las muertes por cáncer de pulmón se han disparado un 56 por ciento entre 2001 y 2010, dicha enfermedad ya copa una quinta parte de todos los tumores diagnosticados en la ciudad. La capital china sufre unos niveles altamente dañinos para la salud por las emisiones de los tubos de escape de los coches, que generan el 22 por ciento de las partículas PM 2,5; el carbón de las centrales térmicas y fábricas (17 por ciento) y el polvo que levantan sus obras por doquier (16 por ciento).
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