Fallece un paciente con un infarto por estar cerrada la Unidad de Hemodinamia del Hospital de Tarragona
El centro lo envió de urgencia a Bellvitge y murió en el trayecto
Enrique Gheron, de 76 años, podría estar aún con vida si el pasado día 25 de diciembre la Unidad de Hemodinámica del Hospital Joan XXIII de Tarragona hubiera estado abierta. El paciente llegó en pleno día de Navidad con un cuadro de infarto al centro tarraconense pero tuvo la mala fortuna de ingresar fuera de horario, ya que el servicio que podría haberle reanimado estaba cerrado, por lo que fue trasladado al Hospital de Bellvitge de Barcelona y falleció en el trayecto.
Fuentes del departamento de Salud reconocieron este miércoles en declaraciones a ABC que investigan si pudo haber una actuación negligente por parte del hospital. Por este motivo, han abierto un expediente informativo al hospital tarraconense, que pertenece al Instituto Catalán de la Salud (ICS). «Solo queremos averiguar si el paciente fue atendido correctamente», precisaron portavoces de la Región Sanitaria en el Camp de Tarragona.
Josep Mercader, responsable en esta Región del departamento de Salud, reconoce que se está investigando el caso, aunque, según apunta, «tengo la impresión de que se actuó bien». «Por la información que tenemos hasta ahora, la atención fue la adecuada y falta saber por qué no se diagnosticó en un primer momento el infarto porque, al parecer, el paciente presentaba síntomas compatibles con otras patologías», afirma Mercader en declaraciones a Efe. Admite, no obstante, que se hubiera atendido «mejor y más rápido» al enfermo si el servicio hubiera estado abierto.
La Unidad de Hemodinámica del Hospital Joan XXIII entró en funcionamiento en el año 2009. Hasta 2012 funcionó ocho horas diarias solo en días laborales, aunque a partir de ese año su horario se amplió a doce horas diarias los 365 días del año. Según precisaron portavoces de Salud en Tarragona, la intención del departamento es que en 2015 funcione las 24 horas del día todo el año. «No es una previsión de ahora, entra dentro de los objetivos de la Región para 2015 que ya presentamos en rueda de prensa en diciembre», aclararon.
Portavoces sindicales consultados por este diario, criticaron el anuncio y aseguraron que «es lamentable que no lo hayan abierto 24 horas antes y se haya tenido que producir una muerte». Relacionaron el hecho de que no se haya abierto todo el día desde un principio «por motivos de ahorro ».
Varias entidades, sindicatos y personal sanitario ya habían reivindicado en varias ocasiones que la Unidad de Hemodinámica del Hospital Joan XXIII esté abierta las 24 horas del día. En diciembre, los sindicatos presentaron a los servicios del departamento de Salud 10.810 firmas avalando la apertura de la unidad las 24 horas.
La viuda se plantea denunciar
La viuda del vecino de Tarragona, María Victoria Viu, ha atribuido la muerte de su marido al hecho de que estuviera cerrada la unidad y ha anunciado que se plantea una denuncia contra la Generalitat «para que no vuelva a pasar».
Según ha explicado a la emisora RAC-1 la viuda del paciente, el día de Navidad, su marido ingresó a las siete de la tarde en el Hospital Joan XXIII donde les atendieron «de lujo». «Me comunicaron que en aquel momento mi marido tenía un infarto y que la unidad de hemodinámica estaba cerrada y nos enviaban a Bellvitge», ha recordado.
La mujer ha explicado que intentaron trasladarle a Bellvitge, pero cuando iba a subir a la ambulancia sufrió una crisis cardíaca, por lo que le volvieron a entrar en urgencias.
«Intentaron dos veces llevarle a Bellvitge, pero si hubiese estado abierta la Unidad de Hemodinámica, en 15 minutos habrían podido subir y se habría podido salvar o, como mínimo, tener más posibilidades», ha denunciado la viuda.
Enrique Gheron, farmacéutico de profesión, falleció a las 22:42 horas del día 25 en la ambulancia que le trasladaba al Hospital de Bellvitge, situado a casi 90 kilómetros de Tarragona, casi cuatro horas después de ingresar en el Hospital Joan XXIII.
La familia de Gheron, una persona muy arraigada en la actividad social del barrio de Torreforta de Tarragona, cree que el traslado del fallecido al hospital de Bellvitge evidencia que los médicos creían que se podía hacer algo por salvarle la vida y que si hubiese estado abierta la unidad del Joan XXIII podría haberse salvado.
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