Las prospecciones de Canarias alcanzan el «techo» del posible almacén de petróleo
Perforará esta semana la roca impermeable que estaría taponando la bolsa de crudo
Después de 28 días de exploración en aguas Canarias, el Rowan Renaissance, el buque de última generación contratado por Repsol para buscar petróleo a 50 kilómetros de las islas de Fuerteventura y Lanzarote, ha iniciado la cuarta fase del sondeo exploratorio en el cuadrante adjudicado (Sandía). En esta etapa, descenderá desde los 1.883 metros ya alcanzados (885 de lámina de agua más 998 de subsuelo marino) hasta los 2.876 metros, atravesando a 1.955 metros su primer objetivo. Allí extraerá muestras significativas, mientras continúa su camino hacia los 3.092 metros de su objetivo final.
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Lo que la compañía española va buscando es lo que se conoce como una trampa de hidrocarburos, «una estructura geológica donde el petróleo podría haber quedado atrapado», explica a ABC, Mariano Marzo, catedrático de Estratigrafía y profesor de Recursos Energéticos de la Universidad de Barcelona. «Se trata una disposición de tres elementos: primero, una roca madre en el punto más profundo, que es la que genera el “aceite de roca”, el petróleo; segundo, una roca porosa llamada almacén, que actúa como una esponja que se empapa de crudo; y en tercer lugar, una roca sello impermeable que hace de tapón e impide que este siga fluyendo hacia el exterior», concluye Marzo.
Tercera fase completada
Según fuentes de Repsol, «tras haber completado este fin de semana la tercera fase del pozo exploratorio, se procederá ahora a perforar hasta los 1.955 metros, donde se tomarán muestras de turbiditas del Mioceno». Esas rocas, las turbiditas, señala a este diario el presidente del Ilustre Colegio Oficial de Geólogos, Luis Suárez, «se formaron hace entre 5 y 23 millones de años, mediante el depósito de movimientos del talud oceánico, la pendiente que hay entre la plataforma continental y el fondo oceánico. Debajo, estarían otro tipo de rocas porosas, como calizas calcificadas o arenas, y en el fondo de la estructura, la roca madre. Ahí, en un ambiente sin oxígeno, es donde durante millones de años se ha acumulado la materia orgánica y se ha formado una roca con alto contenido en hidrocarburos».
En caso de ser muy compactas, las turbiditas podrían actuar como sello y taponar la migración del petróleo desde la roca madre hacia el exterior, bloqueándolo en la roca almacén. Esta podría ser la explicación por la que, aventuran a ABC otros expertos, los perforadores del Rowan tienen como objetivo último alcanzar en la quinta y última fase -a 3.092 metros de profundidad total- unas arenas cretácicas del Paleógeno que podrían ser la esponja empapada de petróleo.
De momento, en la tercera fase se ha encofrado todo el agujero perforado -hasta los 1.883 metros- y en la cabeza del pozo, sobre el fondo marino, a 885 metros, se ha colocado ya el “Blow Out Preventer” (BOP), una enorme válvula con un triple sistema de seguridad que evitaría cualquier posible fuga cuando al perforar en la cuarta fase la roca sello, el petróleo se viese liberado hacia el exterior.
Pero todo esto, aún es solo una posibilidad. La probabilidad de encontrar petróleo en este primer sondeo -en cantidad y calidad suficiente como para que sea rentable- es del 19%, «alta para los márgenes con los que trabajamos normalmente», reconocía hace unas semamas a ABC uno de los ingenieros de perforacion a bordo del Rowan. Si se consiguiese, Repsol estima que «se dispondría de un total de recursos recuperables de 330 millones de barriles de petróleo» en este, de momento, posible yacimiento.