El choque entre EE.UU. y China aboca al fracaso la cumbre de cambio climático de Lima
Las diferencias entre ricos y pobres sobre su contribución a la reducción de emisiones impide un gran acuerdo

Los más de 10.000 delegados de casi 200 países desplazados hasta Lima se encontraban este sábado tratando de salvar al menos un acuerdo de mínimos ante su fracaso para adoptar compromisos de calado contra el calentamiento global. La Cumbre de Cambio Climático que se abrió hace ya dos semanas en la capital peruana parecía abocada a concluir con la enésima decepción en el largo proceso para limitar la emisión de gases con efecto invernadero.
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Esta cita se suponía que debía preparar el terreno para un gran acuerdo en la cumbre de París de 2015 que sustituya al protocolo de Kioto a partir de 2020, pero apenas se ha avanzado y el núcleo de la discusión quedará pendiente para el año que viene.
Pulso entre ricos y pobres
El objetivo último es alcanzar un acuerdo sobre cómo limitar el calentamiento global, en el horizonte del año a 2ºC por encima de la temperatura de los tiempos preindustriales. Si se sobrepasa ese nivel, los expertos consideran que los perjuicios para el medio ambiente serán irreversibles.
Una de las claves del fracaso de Lima radica en las diferencias entre los países pobres y los ricos sobre cómo contribuye cada uno a frenar las emisiones. El acuerdo «histórico» anunciado por China y Estados Unidos durante la visita el pasado noviembre de Barack Obama a Pekín ha quedado en agua de borrajas.
El representante chino Liu Zhenmin reconocía este sábado el «punto muerto» en que se encontraban las negociaciones, al entender que el último borrador de conclusiones de la cumbre impone demasiadas exigencias a los países pobres en comparación con las de los ricos.
Mientras, el enviado estadounidense, Todd Stern, urgía a firmar un acuerdo de compromiso, ya que lo contrario supondría un gran descalabro y dañaría la credibilidad del sistema de Naciones Unidas para combatir el cambio climático.
Por otra parte, distintos países en desarrollo se quejan de que el borrador apenas compromete a las naciones con más recursos en la creación de un fondo de 100.000 millones de dólares anuales en 2020 para ayudar a luchar contra el calentamiento de la Tierra.