Turquía se prepara para recibir al Papa Francisco
Las comunidades católica y greco-ortodoxa, expectantes ante el amistoso acercamiento entre el Pontífice y el Patriarca
En la puerta de la iglesia católica de San Antonio, en la céntrica avenida Istiklal de Estambul, cuelga una enorme fotografía del Papa Francisco y el Patriarca Ortodoxo Bartolomé I. Debajo, un rótulo en turco e inglés reza: «Bienvenido», una muestra de cómo la pequeña pero activa comunidad católica de Turquía se prepara para recibir a Su Santidad.
El interior también ha sido engalanado de forma especial. En el patio, una exposición de fotografías recuerda algunos de los anteriores encuentros entre un Pontífice y un Patriarca: Pablo VI y Athenagoras, hace exactamente medio siglo (durante el viaje oficial del primero a Tierra Santa en 1964), y los propios Francisco y Bartolomé en mayo de este año, también en Jerusalén .
«Es muy emocionante», dice Carine, una anciana francesa residente en Estambul, que ha acudido a rezar en el interior del templo, como hace al menos una vez al día. «Creo que este viaje va a suponer un gran acercamiento entre las dos iglesias, lo cual es un paso muy importante. Al fin y al cabo, todos somos cristianos, ¿no?», afirma con una sonrisa.
Özcan, un treintañero turco, asegura sentirse «muy contento» por la visita de Francisco, y dice que tratará de ir a alguno de los lugares de la visita abiertos al público para verle en persona. «No creo que vaya a tener muchas oportunidades más en mi vida de ver a un Papa en carne y hueso», dice este joven, hijo de un antiguo emigrante que se convirtió al catolicismo en Berlín. «Además, me cae bien Francisco», comenta. «Tendrán que cortar algunas calles y demás, pero con lo complicado que está el tráfico normalmente, no creo que se note mucho», bromea.
Imponente despliegue policial
En Ankara, las autoridades han realizado un importante despliegue de seguridad para la llegada de Francisco, el cuarto Papa que visita Turquía. Un millar de policías serán situados a lo largo de las calles y carreteras que utilizará el Pontífice, y desde hace varios días, los agentes tienen autorización para registrar todos los vehículos que circulen por dichas rutas, en busca de elementos sospechosos. Un dispositivo similar está siendo preparado para el día y medio que Francisco pasará en Estambul, este sábado y domingo.
A nadie se le olvida que fue un pistolero turco, Mehmet Ali Agca , quien trató de acabar con la vida de Juan Pablo II en 1981. Aunque en esta ocasión, la postura de Agca es radicalmente opuesta: ayer dio una rueda de prensa para insistir en su deseo de reunirse con Francisco , asegurando, Biblia en mano, que «es bienvenido si está sirviendo a la paz internacional y la justicia». Aunque no todo lo que tiene que decirle es tan positivo: Agca afirma que, si logra reunirse con Francisco, le dirá que «Jesús no es Dios» y que la doctrina de la Santísima Trinidad «es una mentira diabólica», según ha informado la agencia EFE.
El número de católicos en Estambul se estima en varias decenas de miles, en su mayoría inmigrantes llegados de países católicos (especialmente Polonia) y los llamados católicos «levantinos», familias de origen francoitaliano establecidas en el Mediterráneo Oriental desde hace muchas generaciones.
De hecho, encontrar a auténticos turcos de antiguas estirpes católicas en Turquía no es fácil. La mayoría de los cristianos turcos pertenecen a alguna de las minorías de estatus reconocido: griegos ortodoxos y armenios apostólicos (también los judíos gozan de esta protección). Sin embargo, durante la época de los «millet» o sistemas legales paralelos durante el Imperio Otomano, también los armenios católicos y evangélicos, los siriacos y los católicos romanos estaban designados como minoría con sus correspondientes privilegios.
Aunque la libertad de culto está garantizada, las dificultades legales convierten la construcción de nuevas iglesias en una tarea casi imposible. Hoy, los misioneros protestantes están logrando un número nada despreciable de conversiones en Anatolia, lo que a menudo les ha convertido en el blanco de las iras de los fundamentalistas . Estos radicales han asesinado a media docena de sacerdotes y feligreses en la última década, tanto protestantes como católicos, incluyendo al cabeza de la iglesia católica turca, Monseñor Luigi Padovese , en 2010. En los últimos años también se ha producido la llegada de miles de refugiados cristianos de otros países de la zona, especialmente asirios y caldeos procedentes de Irak , así como conversos iraníes, expuestos a la pena de muerte por apostasía.
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