Ébola
Fernando Simón: «Ahora mismo, no tiene la enfermedad ni la puede transmitir»
El portavoz del Comité especial para la gestión del Ébola insiste en que la cooperante española que será repatriada desde Mali se ha pinchado al tratar a un paciente con ébola pero que no presenta síntomas
Una cooperante española de Médicos Sin Fronteras se ha convertido en el cuarto ciudadano español en ser repatriado a causa del ébola. Según ha explicado el director del centro de coordinación de emergencias y alertas sanitarias, Fernando Simón , la médica tuvo esta mañana un incidente de alto riesgo al pincharse con una aguja mientras trataba en Malí a un paciente confirmado de infección por ébola y se la trae a España para que cuente con «las máximas oportunidades» en el hospital Carlos III de Madrid, en caso de haberse infectado.
Noticias relacionadas
- Dos muertes por ébola sacuden la capital de Malí
- MSF comenzará en diciembre las pruebas de tres tratamientos experimentales contra el ébola en África Occidental
- El caso de las tres casas infectadas de ébola
- Comienzan en Ginebra las pruebas de la vacuna contra el ébola
- Las incógnitas sobre el contagio de Teresa Romero todavía pendientes de aclarar
- «No estamos haciendo lo suficiente para acabar con la crisis de ébola»
- Fernando Simón: «No coaccionaron a Teresa para que dijera que se infectó al tocarse la cara»
Aunque la facultativo se haya pinchado con una aguja, no es seguro cien por cien que el virus haya entrado en su cuerpo. Eso sí, las probabilidades de infección por vía parenteral «son altas», ha señalado Simón, «como nos demuestra la experiencia de las epidemias de 1976, cuando no se esterilizaban las agujas y se comprobó que la transmisión entre pacientes era elevada».
Carrera contra reloj
La rapidez en organizar el traslado de la posible paciente de ébola se debe, según Fernando Simón , a que «en las primeras 48 horas después de la exposición no se manifiestan síntomas y por tanto no hay riesgo de contagio para quienes la acompañen en el vuelo». Por esa razón, el avión medicalizado en el que se la trasladará «no contará con medidas de seguridad de alto nivel».
Desde el mismo momento en el que se produjo la exposición se activó el protocolo y MSF se puso en contacto inmediatamente con su seguro para iniciar la repatriación. Aun así, desde Defensa se preparó un avión medicalizado que, finalmente, la organización rechazó.
Está previsto que la paciente saliera del aeropuerto de Bamako, capital de Malí, con destino a Madrid, para ser trasladada al Carlos III de Madrid, centro que ha asegurado Fernando Simón «tiene el honor, o la desgracia, de ser el que cuenta en España con más capacidad y experiencia frente al ébola».
No es el primero de este tipo
El incidente sufrido por la médica española no es el primero de este tipo. En 2009, una investigadora alemana que trabajaba en un laboratorio de alta seguridad en el Instituto de enfermedades tropicales de Hamburgo fue puesta en cuarentena después de haberse pinchado también accidentalmente con una jeringuilla.
En aquella ocasión, la cepa del virus con la que trabajaba la científica tenía unos porcentajes de mortalidad de 90% de los casos y se decidió que en esa situación era apropiado, al tratrarse de una enfermedad sin cura y con tan alta probabilidad de muerte, administrarle un tratamiento en un estadío pre-clínico en Estados Unidos. La investigadora consiguió superar la enfermedad, pero no se llegó a saber si fue por el tratamiento profiláctico que se le suministró o porque su propio cuerpo fue capaz de generar los anticuerpos que neutralizaron al virus.
Los religiosos españoles
Antes que esta cooperante, los religiosos españoles Miguel Pajares y Manuel García Viejo y la misionera de origen guineano con pasaporte español Juliana Bonoha fueron los primeros españoles en ser repatriado por ébola. Los tres eran miembros de la Orden de San Juan de Dios y se contagiaron mientras ayudaban a frenar una epidemia del virus hemorrágico que ya se ha cobrado la vida de 5.420 personas en África Occidental. Pajares y Bonoha fueron evacuados desde Liberia y Garcia Viejo desde Sierra Leona.
En el caso de los dos religiosos, Pajares y García Viejo, aunque se intentó por todos los medios disponibles, incluyendo la administración de sueros experimentales, no se pudo hacer nada por su vida. Bonoha, por su parte, no llegó a contagiarse de ébola, y sus síntomas se debían a una malaria.
Primer caso conocido en el mundo
Después de la muerte de García Viejo se produjo el primer caso conocido en el mundo de contagio de ébola fuera de África. Teresa Romero, una de las técnicas de enfermería que había trata a los dos misioneros, era trasladada el 7 de octubre desde el hospital de Alcorcón al Carlos III al confirmarse que estaba infectada del virus hemorrágico.
El 21 de octubre, las últimas pruebas realizadas a Teresa Romero confirmaban que la auxiliar había superado la enfermedad, después de quince días en los que estuvo al borde la muerte en varias ocasiones, principalmente por el daño que el virus había ocasionado en sus pulmones.