La FAD da la clave para evitar el consumo de drogas: las personas
La Fundación de Ayuda contra la Drogadicción inaugura una nueva línea de sensibilización social sobre el consumo de drogas recuperando imágenes de sus campañas más conocidas
Las campañas de hace ya casi 25 años fueron un referente para una generación que había visto cómo los que estrenaron una cultura del ocio nocturno desconocida hasta el momento en España, quedaron diezmados por drogas como la heroína y la absoluta falta de información sobre sus consecuencias. Después de aquel desastre con los jóvenes de los 80, se decidió que la información era clave. Aparecieron en los 90 aquellas impactantes campañas en las que un gusano se metía por la nariz de un joven, o las de otro que se esnifaba una moto, un coche, un viaje y una casa en una secuencia imparable. O el Pac Man -el juego del comecocos que entonces arrasaba en las máquinas de los billares o de los bares a 25 pesetas la partida- que avanzaba por el cerebro devorándolo todo a su paso.
Ahora, la FAD ha recuperado aquellas históricas campañas para volver a poner el acento en las personas. Como recuerda su director general, Ignacio Calderón, «sabemos que existen muchos riesgos en el consumo de drogas, pero la FAD entiende que la mejor forma de enfrentar y paliar esos peligros ahora es dejar de insistir sobre los riesgos, sobradamente conocidos, y tratar de reforzar la capacidad personal para enfrentarse a ellos».
Por eso la campaña utiliza de nuevo algunas de las imágenes más emblemáticas de las campañas de la FAD o el conocido lema de « Engánchate a la vida », realizando un recorrido visual por la historia de unas escenas que son reconocidas por más de un 90% de la población española de 15 a 65 años. Se trata de una estrategia de enfrentamiento dirigida a la prevención inespecífica, no dirigida en exclusiva a enfrentar el consumo de drogas sino «a la promoción de conductas, actitudes y valores que contribuyan a la construcción de personas capaces de gestionar su realidad y a la generación de estilos de vida positivos». En definitiva «educar en valores».
Como subrayaba el director de FAD, «para ser más eficaces es necesario asumir que, tras décadas de campañas informativas, los consumidores conocen los riesgos que implica el consumo de drogas, pero éstos se ven matizados por las expectativas de beneficios, por imaginarios que pudieran parecer. De hecho, el mayor riesgo que los jóvenes temen en relación con el consumo de drogas es el riesgo de exclusión; y ese riesgo se deriva no de consumir sino de no hacerlo».