Lauren Hill y Brittany Maynard, dos maneras de hacer frente a un cáncer terminal
El mismo día en que la primera cumplía su sueño de jugar un partido de baloncesto en la NCAA antes de morir, EE.UU. se conmocionaba por el suicidio asistido de otra joven
A Lauren Hill y Brittany Maynard una devastadora enfermedad sesgó su futuro en plena juventud. Ambas habían acudido al médico preocupadas por unos dolores de cabeza que no cesaban y el diagnóstico al que se enfrentaron no podía ser peor. Un cáncer cerebral las abocaba a una muerte segura en dos años, probablemente en menos.
Brittany Maynard, de 29 años, recibió la noticia un año después de casarse. El cáncer avanzó con rapidez. Solo le quedaban unos meses de vida en los que la enfermedad le causaría gran dolor, le explicaron los médicos.
La joven de California decidió entonces dedicar su último aliento en defender el derecho a una muerte digna. Creó el fondo Brittany Maynard y protagonizó una intensa campaña en las redes sociales.
El sábado se acogió a la ley de suicidio asistido de Oregón y se quitó la vida. «Hoy es el día que he elegido para morir con dignidad debido a mi enfermedad terminal, este terrible cáncer cerebral que se ha llevado tanto de mí... pero que se podría haber llevado mucho más», escribía en su despedida «a todos mis queridos amigos y la familia que amo» desde Facebook.
Había elegido para morir el 1 de noviembre, dos días después del cumpleaños de su marido, Dan Díaz. La organización Compassion & Choices anunciaba ayer la muerte de esta joven que «sufría cada vez más frecuentes y largos ataques, severos dolores de cabeza y de cuello y otros síntomas».
«Falleció en paz, en su cama, rodeada de la familia cercana y los seres queridos», se leía en el último mensaje de su Facebook. En el último que ella escribió, Maynard aseguraba que «el mundo es un lugar precioso» y se despedía con un «¡Adiós mundo. Difundid buenas energías. Retribuid!».
La última canasta
La noticia de su muerte conmocionó a Estados Unidos el mismo día en que Lauren Hill cumplía su sueño de jugar un partido de la NCAA (liga universitaria) antes de morir. Brillante promesa del baloncesto en el instituto, también esta joven de 18 años sufre un cáncer cerebral no operable, pero ella ha decidido aprovechar cada minuto que le queda de vida.
Ha viajado con su familia por todo el país visitando el Gran Cañón, Hawai o las cataratas del Niágara y promocionando la lucha contra el cáncer. Quería aprovechar cada segundo de vida, pero aún le quedaba un sueño por cumplir, que hizo realidad este domingo. Quería jugar un partido de la NCAA con su equipo de baloncesto de la Universidad de Mount St. Joseph de Cincinnati.
Este debía haber sido su primer año como jugadora en el equipo y quería salir a la cancha aunque solo fuera unos segundos. Para ello hizo falta adelantar el encuentro ante Hiram, antes de que el avance de su enfermedad le impidera jugar. La NCAA accedió y el partido se convirtió en una fiesta para los más de 10.000 espectadores que abarrotaron el pabellón, pero sobre todo para Lauren, que saltó a la cancha con el dorsal 22 entre aplausos y anotó la primera canasta en los primeros 17 segundos que jugó.
El pabellón en pie ovacionó a Hill, que aún volvió a la cancha a falta de 30 segundos para el final para anotar su última canasta con una sonrisa y aupada por sus compañeras. «Ha sido el mejor día de mi vida. Gracias. No sé qué más decir, gracias», dijo esta joven a la que le quedan pocas semanas de vida.
«No tengo miedo de irme. Pero me preocupa la gente que dejaré atrás.... Nunca me di por vencida. Nunca pensé ni por un segundo sentarme y no vivir más», explicaba a la emisora WKRC de Cincinnati.
El sueño de Lauren sirvió para recaudar 25.000 dólares para ayudar en la lucha contra los tumores cerebrales como el suyo.
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