Aplican el método Harvard en la ikastola
Un centro escolar de Bilbao implanta el modelo de la prestigiosa universidad, basado en la comprensión, y aparca el examen clásico
¿Qué diferencia un alumno malo de uno bueno? Que el malo olvida lo estudiado cinco minutos antes del examen y el bueno lo olvida cinco minutos después… Partiendo de este sarcasmo sobre el viejo modelo de aprendizaje memorístico, la ikastola Begoñazpi de Bilbao , que acoge a 1.693 alumnos de 2 a 18 años, inició hace cuatro años la revolución de su método educativo. Y lo ha hecho implantando un nuevo programa avalado por la Universidad de Harvard, que centra la enseñanza en la comprensión del alumno y potencia su motivación mostrándole la aplicación práctica de lo aprendido. Sergio Fernández, responsable de metodología de Primaria de la ikastola, pone un ejemplo ilustrativo de la clase de matemáticas de segundo curso: «Hacemos una maqueta de Bilbao con los sitios más emblemáticos y sus bloques de viviendas, que tienen siete alturas y cuatro ventanas por cada piso. En lugar de contar y sumarlos todos, los niños entienden que la fórmula para saber cuántas ventanas hacer es multiplicarlas», señala el entusiasta profesor, que en 2009 viajó a Harvard junto a otra docente de Begoñazpi para formarse en el llamado Project Zero. Este proyecto fue ideado por los expertos Howard Gardner, autor de la teoría de las inteligencias múltiples y Premio Príncipe de Asturias en 2011, y David Perkins. La ikastola ya lo usa en Matemáticas, Conocimiento del Medio y Euskera.
Para almacén, «Google»
Un equipo de Harvard visita el centro ayer y hoy para comprobar in situ los avances con los alumnos, que asumen «conocimiento para toda la vida», asegura la directora, Nerea Begoña. «El profesor es el arquitecto de la educación», señala la responsable de la ikastola, que redunda en que la clave en la vida escolar ya no es tanto la acumulación de contenidos –«hoy todo lo almacena Google»–, sino «aprender a aprender». Otro ejemplo: los niños aprenden las partes del cuerpo como «un todo», es decir, se le plantean preguntas como qué pasaría si a un esqueleto le quitamos el fémur, ¿qué otros huesos pierde? o ¿cómo sería su vida sin una pierna? «Algo que comprenden de manera tan natural, sin memorizar cada hueso de una lista, no lo olvidan», destaca la directora.
Otra de las revoluciones de este marco metodológico es que se suprimen los tradicionales exámenes. ¿Cómo se evalúa entonces al alumno? Sergio responde: «Si la forma de aprender es distinta, obviamente la forma de evaluar es distinta. El propio diseño de la actividad que desarrollamos en el curso está pensado para observar el proceso de mejora de cada niño». Y entra en juego también la autoevaluación. Con las herramientas necesarias, explica el profesor, es el propio alumno quien trabaja su capacidad crítica, es consciente de cómo puede mejorar en lo que está haciendo. En Begoñazpi usan un «manojo de llaves del pensamiento» para que el niño sea consciente de que piensa, reflexione sobre qué decisión toma o, si ha errado, qué cambiaría. «Es el pensamiento visible», indican los docentes.
En todo caso, las pruebas escritas y orales se mantienen, pero sin el peso del examen de toda la vida. «La evolución ya no es vista por el niño como una sanción, sino como una oportunidad de mejora continua», señala la directora, convencida de que la escuela básica es fundamental para el desarrollo personal del futuro ciudadano. «Tenemos la obligación de preparar al alumno para toda la vida», asume Nerea, quien apunta a que este modelo educativo ha reducido el número de repetidores. El porcentaje de promoción de Primaria a Secundaria en el centro ha subido del 96 al 98 por cien.
¿Y los padres, qué dicen? «Te lo transmiten en las reuniones. Están encantados. Ven que los críos disfrutan aprendiendo, les piden ir a internet para buscar lo que han visto en clase. La clave está en la motivación. Hasta ahora, en la escuela se ha ahogado la curiosidad», lamenta el profesor vasco aventajado en este método Harvard, que se apoya en una corriente, la de aprender para la comprensión, que ha cogido fuerza a nivel mundial.