ébola
Javier Limón: «De una forma o de otra han intentado echarle a Teresa toda la mierda encima»
El marido de la auxiliar de enfermería ha revelado que primero le ofrecieron llevar a Excálibur a una residencia y al día siguiente le dijeron que había que sacrificarlo
Javier Limón, el marido de la auxiliar de enfermería contagiada por ébola, ha denunciado que «de una forma o de otra han intentado echarle a Teresa toda la mierda encima». En su primera entrevista en televisión tras ser dado de alta, Limón ha criticado que un médico hiciera público que su mujer podía haberse contagiado al tocarse la cara con un guante. «Esas declaraciones las tendremos que valorar también (con sus abogados). Está faltando a su secreto de profesionalidad», ha señalado. Limón ha asegurado que su mujer no recuerda haber hecho esta confesión a los médicos y que cuando se hicieron públicas estas declaraciones, Teresa llevaba «cinco días sin comer y hasta arriba de medicación». «A lo mejor se ha sentido un poco presionada», ha argumentado.
Sobre la polémica de si Teresa informó o no a su doctora de cabecera de que había estado en contacto con los misioneros, Limón respalda la versión de su mujer, que ahora asegura que sí se lo dijo, aunque en un primer momento dijo que no se lo había comunicado . «Yo cuento lo me ha dicho a mí. No estaba en esa consulta. En un principio yo me creo lo que me dice mi mujer. Cuando ella salga se lo tendrán que preguntar a ella», ha matizado.
En cuanto a su perro Excálibur , Limón ha revelado que en un primer momento le ofrecieron la posibilidad de llevarlo a una residencia canina, pero que al día siguiente lo llamaron diciendo que había que sacrificarlo. «Me negué a dar las llaves para hacer eso y les dije que buscaran otr alternativa», ha relatado. Finalmente, Excálibur fue sacrificado por orden judicial .
El marido de Teresa Romero ha explicado que los bomberos le «echaron la puerta abajo, con el consiguiente estrés para el perro». «La casa ahora mismo está sin puerta. La puerta está tapiada por pladur», ha revelado.
Limón ha asegura que ya ha dado permiso para que desinfecten su casa, aunque no ha precisado cuándo se producirá. «No voy a entorpecer la limpieza», ha asegurado. Ha explicado que cuando entraron a por Excálibur le dijeron que también iban a limpiar, pero que luego le llamaron para decirle que no lo habían hecho y que querían entra otra vez para hacerlo. «Les digo que se esperen a que yo salga. Mi casa no puede ser la corrala de la tía Pacheca que todo el mundo esté entrando y saliendo», ha dicho .
No ha querido revelar dónde está viviendo actualmente para poder estar tranquilo y ha confesado que no sabe cuándo saldrá Teresa del hospital, aunque ella ya está «harta» del aislamiento. «Le están haciendo test de todo tipo de fluidos. Si sale virus no se sabe si está vivo o muerto y el cultivo tienen que hacerlo fuera de España, en Alemania», ha explicado.
Ha reconocido que cuando Teresa enfermó en casa, dormían separados, pero no por temor a un posible contagio, sino porque él había sufrido un accidente laboral y le dolía mucho la pierna. Además, ha asegurado que durante todo el fin de semana que ella estuvo en cama, él se tumbaba al lado de ella. «Ella pensaba que era una gripe común», ha afirmado.
La auxiliar estuvo tomando paracetamol e ibuprofeno, hasta que la noche del domingo al lunes Javier Limón asegura que, al ver que su mujer emporaba, llamó al 061 para informar de que podía ser un posible caso de ébola. «Vinieron dos personas con un maletín. Uno se quedó en la puerta y el otro entró y la auscultó. Vio que le salía sarpullido en los brazos, uno de los síntomas del ébola. Y aún así nos recetó más paracetamol», ha recordado.
Sobre las declaraciones del consejero de Sanidad madrileño, Javier Rodríguez , Limón considera que «se le ha faltado el respeto» a su mujer. «Queremos que se haga justicia y se depuren responsabilidades. Me parece inusto que por ser de clase trabajadora se nos haya dado este trato y se nos haya faltado al respeto», ha criticado. Ha reconocido qur Rodríguez quiso ir a verle al hospital y que se negó a recibirlo. «Estaba muy enfadado y con el perdón no se arreglan las cosas».
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