ENTREVISTA

«En España no habrá nunca una epidemia de ébola como la de África»

José Manuel Echevarría, jefe de Microbiología y Virología del Instituto de Salud Carlos III, asegura que «por aparatoso que sea el virus, su capacidad de contagio es muy baja»

«En España no habrá nunca una epidemia de ébola como la de África» ISABEL PERMUY

ALEJANDRO CARRA

El equipo que dirige José Manuel Echevarría en su laboratorio del Centro Nacional de Microbiología y Virología del Instituto de Salud Carlos III es el encargado de analizar todas las muestras de los posibles casos de ébola en España. Una pieza clave en la detección temprana de una enfermedad muy virulenta y en la que actuar sin perder tiempo es vital.

—Cuatro casos sospechosos de ébola este pasado viernes ¿Se puso a prueba el sistema de alertas?

—Menos de lo que pareció. Llevamos trabajando en alertas sanitarias desde hace décadas, con una asiduidad que la gente ni se imagina. Aquí estamos acostumbrados a esas situaciones, aunque sí es cierto que se vivió una sensación de crisis que hacía tiempo no experimentábamos. Los protocolos están funcionando y debemos ir habituándonos a que eso ocurra más veces, entre otras cosas porque se ha pasado a un criterio más sensible con la fiebre. De haberse seguido las recomendaciones de la OMS, ninguno de los pacientes del viernes habría sido ingresado porque no superaron nunca los 38,6 grados.

—¿Y ese exceso de celo no podría provocar un colapso de su laboratorio?

—De momento, es un lujo que nos podemos permitir. Tranquiliza mucho a la población y es cierto que, para un paciente que pueda estar infectado por el virus, ser diagnosticado antes sí puede suponer un impacto positivo sobre su pronóstico. Pero no hay que olvidar que el límite de 38,6 no estaba puesto al azar, estaba pensado para una situación de epidemia. Que no es el caso de España, y por eso hemos podido rebajarlo.

—El sistema aguantó bien. ¿Cómo lo pasó el equipo de su laboratorio?

—Desde que una posible muestra con ébola llega aquí, pasan de 6 a 8 horas hasta que se conoce el resultado de la prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR), eso trabajando rápido. Sin abrir la caja de seguridad, dos personas con los trajes de protección entran en el laboratorio de nivel de bioseguridad 3 (el máximo es 4), donde solo unos pocos equipos tienen cualificación para hacerlo, y allí abren la muestra para inactivarla y matar al virus sin destruir el ácido nucleico que confirma su presencia. Una vez eliminado el riesgo de contagio, ya se puede trabajar en un laboratorio de menor nivel de bioseguridad, y mayor comodidad para el personal.

—¿Tenemos suficientes laboratorios con ese nivel de seguridad en España?

—Me acaban de pasar la lista provisional, y puedo decirle que tenemos 30, de los cuales la mitad son centros de salud públicos, lo que es muy bueno.

—¿En todas las comunidades autónomas?

—En once de las diecisiete. Y Canarias es una de ellas.

—¿Y personal cualificado?

—Ya lo estamos formando. Partimos de unos profesionales con una excelente base técnica, con lo que es fácil ponerlos al nivel requerido en poco tiempo. Nos estamos preparando para que haya que hacer bastantes más PCR.

—O sea, que esto no acaba el 27 de octubre

—En África, la epidemia está ahora mismo fuera de control, en progresión geométrica. Las previsiones más optimistas del Centro para el Control de Enfermedades (CDC) norteamericano estiman que en enero del año que viene habrá medio millón de casos allí. Será inevitable que nos vayan llegando cooperantes o viajeros infectados en los vuelos. Pero lo malo será si se cumplen las peores previsiones, las que hablan de 1,4 millones de contagiados. Entonces, ni siquiera el Sahara podrá frenar su avance hacia Europa. Afortunadamente, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia ya están tomando medidas para que ese escenario no sea posible.

—¿Entramos en pánico ya?

—¡No! Aquí no va a haber nunca una epidemia como la de África, porque no se dan las condiciones para que se produzca el ciclo de transmisión intrahospitalaria que se está produciendo, por ejemplo, en Liberia, donde el 30% de los médicos ya han muerto a causa del ébola. Por aparatoso que sea este virus, tiene una capacidad de contagio muy baja. No solo no se transmite por el aire, sino que necesita de un contacto con fluidos y secreciones de un paciente con una carga viral alta. Nuestro sistema sanitario está preparándose ya para que en enero o febrero comiencen a llegar algunos casos. Pero nada más.

—Solo por si acaso. ¿Cuándo tendremos una vacuna?

—Con todas las garantías, en un año aproximadamente. Pero para principios de 2015 ya habrá una de uso en emergencias, con estudios de seguridad y eficacia limitados, pero viable para situaciones en las que no hacerlo tendría más riesgo. En Alemania, que tiene en Hamburgo un laboratorio de nivel 4 (trabajar con el ébola vivo requiere la máxima seguridad), están trabajando en la determinación de anticuerpos neutralizantes del virus en el suero de Teresa Romero , porque las defensas que ha fabricado su cuerpo pueden ayudar a otros. Pero la inmunoterapia solo es eficaz en las fases tempranas de la infección. Por eso la detección precoz es tan importante. Y por eso hemos extremado las precauciones en los protocolos.

«En España no habrá nunca una epidemia de ébola como la de África»

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