Senegal y Nigeria se libran de la epidemia de ébola
El primero ha sido declarado ya libre de la enfermedad y en el segundo se da por controlada

Alcanzar la barrera de los 42 días. Ésta es la esperanza a la que se agarra el oeste de África ante la epidemia de ébola que sacude la región. Y el primero en hacerlo, Senegal, que este viernes declaraba finalmente sus fronteras libres del virus después de haber superado esta cifra (el doble del periodo de incubación, 21 días) sin que se hubieran registrado nuevos contagios.
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A finales de agosto, Senegal anunciaba su primer caso de ébola. Entonces, el paciente, un estudiante que había viajado desde Guinea Conakry (origen del foco), fue ingresado en el hospital Fann de la capital senegalesa, Dakar, donde acudió de forma voluntaria, aunque entonces ocultó haber tenido contacto directo con contagiados en su país. No obstante, las autoridades guineanas ya habían notificado la desaparición del joven, tras eludir la vigilancia a la que fue sometido por su exposición a víctimas de ébola. Pese a ello, no se registraron nuevos contagios.
Motivos para el optimismo
Tras la confirmación de que Senegal ha superado la epidemia, la esperanza se centra ahora en Nigeria. Y aquí hay motivos más que evidentes para ser optimistas. El primer contagio se produjo en un aeropuerto y se extendió a la ciudad más populosa de África, Lagos, con una población de 20 millones de habitantes. Incluso, se sucedieron infecciones en otra segunda localidad, Port Harcourt, a más de 400 kilómetros. Pero el último caso de ébola en Nigeria se remonta ya al periodo entre finales de agosto y primeros de septiembre, con lo que se han superado los 21 días de incubación de la enfermedad y, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, la epidemia está totalmente controlada. Sin embargo, Nigeria deberá esperar que se cumplan 42 días desde el último caso y dar el brote por erradicado.
En este sentido, la puesta en cuarentena de los posibles infectados fue capital para el fin de la crisis. En el inicio de las investigaciones, se estimó que hasta 70 personas estuvieron en contacto directo con el primer caso, Patrick Sawyer, un ciudadano estadounidense-liberiano que había acudido a Lagos desde la capital de Liberia, Monrovia (las cámaras de seguridad del aeropuerto muestran que siempre evitó cualquier roce innecesario). Y para entender lo exponencial de los contagios, valga una cifra: hasta ahora, al menos 529 personas han sido puestas en vigilancia en la región.