Crece la presión interna contra la permanencia de Mato y el consejero de Sanidad

Rajoy destaca el contagio de Dallas y cree que demuestra que en Occidente se sabe aún poco del virus del ébola

Crece la presión interna contra la permanencia de Mato y el consejero de Sanidad efe

mariano calleja

La recepción oficial de este domingo en el Palacio Real, con motivo de la Fiesta Nacional, no fue ajena a la tormenta política y social que se está viviendo en España por el primer contagio del virus del ébola producido fuera de África. De los corrillos se desprendía, primero, preocupación por la salud de Teresa Romero y de las quince personas que permanecen en observación , pero también por la tensión producida desde el lunes pasado por una gestión que ha merecido críticas muy contundentes dentro y fuera del Gobierno y del PP. Entre los populares los errores cometidos en los primeros días de la crisis tienen dos nombres propios: la ministra de Sanidad, Ana Mato , y el consejero de la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez . Por eso algunos sectores creen que ha faltado dureza y han echado de menos la destitución fulminante de ambos políticos para frenar en seco el desconcierto y la confusión iniciales.

La crisis del ébola ha dejado medio noqueados a diversos representantes del Gobierno y del PP, sorprendidos por unos hechos que en los primeros días parecían descontrolados por completo, tanto en la gestión, como en la coordinación y la comunicación, lo que obligó al jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy , a tomar las riendas de la situación, relegar a la ministra Mato y poner a su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, al frente de un Comité Especial para gestionar una situación que se les iba de las manos.

Santamaría, junto a Mato, que es miembro del Comité, faltaron este domingo a la recepción del Palacio Real, ya que se encontraban en La Moncloa en el Comité Especial contra el ébola, que se está reuniendo todos los días, con la tarea encomendada por el presidente de Gobierno de dejarse asesorar por un Comité Científico, tomar las medidas oportunas en cada momento, en colaboración con organizaciones internacionales, y transmitir toda la información a la sociedad de forma transparente.

Fuentes del PP especialmente críticas con el desbarajuste originado desde el lunes pasado, con una comparecencia que dio más sombras que luces seguida de un desconcierto general, expresaron su alarma por la caída en picado que ha podido suponer esta crisis para la popularidad del Gobierno y del partido que le sustenta, a siete meses de las elecciones autonómicas y municipales. Creen que hizo falta una reacción fulminante contra los principales responsables políticos, y se muestran especialmente críticas con el consejero de Sanidad de Madrid, quien acusó a la auxiliar de enfermería contagiada de ébola de «mentir» al no haber informado de su contacto con el virus cuando acudió la primera vez al médico con fiebre. Fueron unas declaraciones inaceptables, según las fuentes consultadas, y quien las hizo no puede seguir, a su juicio, ni un minuto más en su puesto.

Ministra «abrasada»

Desde la Comunidad de Madrid se intenta quitar hierro al asunto. Por un lado, fuentes del Gobierno autonómico reconocen que el consejero estuvo muy desafortunado en sus formas, y se equivocó por hacer esas declaraciones, pero acto seguido añaden que en el fondo el consejero no dijo ninguna falsedad, sino que se limitó a repetir, de mala manera eso sí, una información que ya se había hecho pública.

Todos están pendientes del estado de salud de Teresa Romero y de los pacientes que permanecen ingresados en el Hospital Carlos III. Pero incluso los más comprensivos dentro del PP con la actuación del Gobierno y de la Comunidad sostienen que cuando se clarifique la situación de todos ellos y la crisis esté totalmente controlada deberán tomarse medidas, entre otras cosas porque se da por «abrasada» a Ana Mato.

Rajoy, sin embargo, ha apoyado a su ministra en momentos muy complicados para ella, por ejemplo cuando se hizo pública su vinculación con el caso Gürtel. Mato siempre ha sido de la máxima confianza del presidente del Gobierno, quien tenía muy claro desde antes de llegar a la Moncloa que quería tenerla en su equipo, entre otras cuestiones como agradecimiento al trabajo que había desempeñado en el cuartel general del PP, en la calle de Génova. La semana pasada se volvió a preguntar a Rajoy si apoyaba a la ministra, y el presidente revalidó su confianza en ella: «Si no tuviera mi apoyo no estaría ahí».

Días de confusión

El viernes, sin embargo, Rajoy tomó una decisión firme, al volver a confiar en la vicepresidenta, «apagafuegos» para casi todo, la gestión de esta crisis tras cinco días de confusión. Fuentes próximas al presidente del Gobierno explicaron este domingo, en uno de los corrillos del Palacio Real, en el mensaje de tranquilidad que ha querido transmitir Rajoy desde el primer momento.

El presidente del Gobierno se interesó ayer por el contagio de una enfermera en Dallas , Estados Unidos, tras una «clara ruptura del protocolo de seguridad». Rajoy transmitió a su equipo que este hecho es una muestra de que este virus y el tratamiento de la enfermedad es algo totalmente nuevo para occidente. De ahí los fallos en los protocolos que se están produciendo, y que habrá que analizar para evitarlos a partir de ahora con un refuerzo de las medidas de seguridad, como ha empezado a aplicarse ya en España tras el caso de Teresa Romero.

En el Gobierno de la Nación y en el madrileño se valora especialmente el trabajo del equipo médico que está atendiendo a la enfermera contagiada y a las personas que permanecen ingresadas en observación y que están asintomáticas.

Crece la presión interna contra la permanencia de Mato y el consejero de Sanidad

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