El ébola no es imparable: el caso de Nigeria

El país africano ha controlado totalmente su epidemia, pese a que el primer caso se produjo en un aeropuerto de la ciudad más populosa del continente

El ébola no es imparable: el caso de Nigeria afp

EDUARDO S. MOLANO

El nombre de Patrick Sawyer permanece ya grabado en la historia. Cuando este ciudadano estadounidense-liberiano de 42 años aterrizó en la ciudad nigeriana de Lagos el pasado 20 de julio, nunca habría podido imaginar la tormenta sanitaria que sus últimos pasos desatarían al oeste de África. Por primera vez, el brote de ébola «saltaba» desde Guinea-Liberia-Sierra Leona hacia un país sin frontera terrestre con el foco.

Sawyer había acudido a la mega-urbe desde la capital de Liberia, Monrovia (con escala en Lomé, Togo), para una cumbre organizada por la Comunidad Económica de los Estados Africanos Occidentales (Ecowas).

Su estado era totalmente decrépito. No en vano, según algunas fuentes, la empresa para la que trabajaba, ArcelorMittal, dedicada a la minería de hierro, le había obligado a bregar con sus últimas obligaciones desde su residencia, dado el lamentable porte físico (a Nigeria viajó como representante del Ministerio de Finanzas, no de su compañía). Más aún, al conocerse, que su hermana había fallecido de ébola el 8 de julio.

Sawyer decidiría acudir finalmente a la reunión. Su mujer, Decontee, aduce que no confiaba en el sistema sanitario liberiano. Solo cinco días sucumbiría al virus.

Desde entonces, el número total de contagios de ébola en Nigeria es de 19 casos confirmados, uno probable, así como ocho muertes .

Aunque hay motivos más que evidentes para ser optimistas. Pese a que el primer contagio se produjo en un aeropuerto, éste se extendió a la ciudad más populosa de toda África (Lagos, su población se estima en 20 millones) e, incluso, se sucedieron infecciones en otra segunda localidad (Port Harcourt, ambos centros urbanos distan más de 400 kilómetros), el último caso de ébola en el país africano se remonta al 31 de agosto. Con ello, se han superado los 21 días de incubación de la enfermedad, por lo que, para los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, la epidemia está totalmente controlada.

Sin embargo, Nigeria deberá esperar a mediados de este mes para que se cumplan 42 días desde el último caso y dar así el brote por erradicado.

Vigilancia adecuada

En este sentido, la puesta en cuarentena de los posibles infectados fue capital para el fin de la crisis. En el inicio de las investigaciones, se estimó que hasta 70 personas estuvieron en contacto directo con Sawyer en Lagos hasta su ingreso hospitalario (las cámaras de seguridad del aeropuerto muestran que siempre evitó cualquier roce innecesario). No obstante, para entender lo exponencial de los contagios, valga una cifra: hasta ahora, al menos 529 personas han sido puestas en vigilancia en la región.

De igual modo, entre otras medidas, el Gobierno de Abuya decidió en agosto aplazar el inicio del curso escolar para prevenir posibles contagios del virus. Finalmente, la mayoría de centros reabrieron sus puertas el 22 de septiembre, una vez contenida la crisis.

¿El interés? Que Patrick Sawyer fuera solo un caso de estudio en los libros de historia.

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