misa de beatificación alvaro del portillo
El niño, cuya curación milagrosa permitirá beatificar a Álvaro del Portillo, llevará hoy la reliquia
Su madre asegura que su hijo «no debería correr, ni saltar, ni bailar. Todo en José Ignacio es un milagro»
El milagro que ha permitido beatificar a Álvaro del Portillo, el primer sucesor del fundador del Opus Dei, san Josemaría Escrivá de Balaguer es la curación inexplicable de un niño que hoy tiene 11 años. Su madre, Susana Wilson, aseguraba ayer en Madrid que su hijo, «José Ignacio, no debería correr, ni saltar, ni bailar. Todo en él es un milagro».
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Oriundo de Santiago de Chile, José Ignacio Ureta vino al mundo el 10 de julio de 2003 con un cuadro clínico grave, en el que destacaban un onfalocele (hernia a nivel umbilical que contenía el hígado y otras vísceras) y una «tetralogía de Fallot» (una combinación de defectos cardíacos que comporta la mezcla de sangre oxigenada con la que no lleva oxígeno).
«Nunca perdí las esperanzas»
Tras pasar por varias operaciones y crisis epilépticas y con apenas 22 días de vida sufrió una parada cardiaca que se prolongó durante 45 minutos. Los médicos decidieron reducir las maniobras de reanimación porque le daban por muerto, pero en ese momento su corazón volvió a latir.
«Yo nunca perdí las esperanzas. Cuando me dijeron que mi hijo se moría cogí la estampa de Don Álvaro y me puse a rezar. Pedí a Dios por intercesión de Don Álvaro que hiciera lo que no podían hacer los médicos», explicó ayer Susana, acompañada su marido, Francisco Javier. Para el matrimonio, que tiene otros tres hijos varones, esta experiencia les cambió su vida. «Volveríamos a pasar por todo ese dolor —decía ayer Javier— por todo lo bueno que ha provocado».
Este sábado el niño llevará junto a su madre la reliquia de Álvaro del Portillo, durante la ceremonia de beatificación, que tendrá lugar al mediodía en el barrio madrileño de Valdebebas y a la que se esperan que asistan más de 150.000 personas de 80 países. «Hemos pedido que José Ignacio además pueda llevar una lista con los nombres de todas las personas que nos han pedido que recemos por ellas», contó su madre.
La misa estará presidida por el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Angelo Amato, y concelebrada por 150 obispos de todo el mundo y 17 cardenales, entre ellos, el arzobispo emérito de Madrid, Antonio María Rouco Varela;el prefecto de la nueva Secretaría de Economía, el australiano George Pell; el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Ludwig Müller, y el prelado del Opus Dei, Javier Echevarría.
