Cinco cosas repugnantes que hacen los pasajeros durante sus viajes en avión

Andar descalzos y poner los pies en el reposacabezas de otro pasajero

Desde dejar que su perro defeque cerca del resto de viajeros , hasta cortarse las uñas el mismo asiento . Al igual que existen pasajeros educados y respetuosos, durante un viaje en avión también hay decenas con todo tipo de manías que pueden llegar a provocar arcadas. Por ello, el portal « Passenger Shaming » (una web donde tripulaciones de todo el mundo comparten imágenes vergonzosas de sus «estimados clientes») ha realizado una lista con los actos más desagradables que han podido ver en pleno vuelo.

En primer lugar, los auxiliares consideran que uno de las manías más desagradables y usuales entre los pasajeros es la de quitarse los zapatos y andar descalzos durante el trayecto . En este sentido, no son pocos los que, en travesías largas, no tienen reparos en despojarse de su calzado y poner los pies encima del reposacabezas del viajero ubicado justo delante .

Cortarse las uñas

A pesar de que un avión no es, a priori, el lugar más idóneo para hacerse la manicura, en « Passenger Shaming » abundan las imágenes en las que se puede ver a los viajeros descalzos y cortándose las uñas . A su vez, y como señala un antiguo auxiliar de vuelo en declaraciones recogidas por el « Daily Mail », algunos incluso se atreven a tratarse las verrugas de los pies con fármacos. Todo ello, al lado de un desconocido. Una práctica que, sin duda, puede revolver el estómago de cualquiera.

Cambiar pañales sucios en la bandeja para la comida

Cuando un pequeño se va de vientre en un avión comercial, no queda más remedio que acudir al lavabo y cambiarle el pañal. A ser posible, cuanto antes. No obstante, y según afirma « Passenger Shaming », hay pasajeros que lo hacen en la bandeja que se encuentra instalada en el propio asiento. Es decir, encima de donde –durante los viajes más largos- la gente come .

La situación se pone peor al saber que, en muchos casos, estas mesas no se limpian después del vuelo. ¿Puede haber algo peor? Sí, el momento en que los «papás» dejan el pañal de su hijo en el propio asiento.

Comer alimentos con olor fuerte

A pesar de que, a primera vista, comer algo con un olor fuerte parece inofensivo, los auxiliares de vuelo no están de acuerdo. «En lugares cerrados, cada uno de nosotros tiene la obligación de limitar los malos olores que pueden ser ofensivos para los demás . Los pasajeros tienen que entender que no están en sus casas y que puede que, si comen anchoas , el olor moleste al resto de pasajeros», señala en el diario británico uno de los miembros de la tripulación de un vuelo comercial.

Tener sexo en el asiento

Para los auxiliares de vuelo, no hay nada más desagradable que encontrar un preservativo usado sin envolver debajo de un asiento algo que, aunque no lo parezca, les suele ocurrir bastante a menudo. Y es que, aunque muchos viajeros se toman la molestia de dirigirse a los lavabos para dar rienda suelta a sus deseos sexuales, a otros les vale con ponerse una manta encima mientras dura el viaje.