El alcalde de Puerto Serrano denuncia las condiciones de «semiexclavitud» en el verdeo
Lamenta la forma en la que se han tenido que se han tenido que ganar la vida muchos vecinos de la comarca, ya que los empresarios no respetan convenios del campo
Actualizado: GuardarDenuncian que sus vecinos han sufrido condiciones «infrahumanas» en la recién terminada campaña del verdeo, recogida de las aceitunas de mesa. El Ayuntamiento de Puerto Serrano ha dado a conocer que ha recibido información de policheros por la «peligrosísima dinámica de explotación y semiesclavitud que se ha instalando en esta pasada campaña». Razón que ha motivado que el alcalde, Francisco Javier Galvín (IU), se haya ofrecido a intermediar con los sindicatos, «tratando los casos particulares de forma anónima si así lo requieren ellos mismos, ya que hay mucho miedo en las familias a que se tomen represalias y no vuelvan a llamarlos para el tajo».
Galvín ha explicado que el hecho de que haya miles de jornaleros necesitados de trabajo en la Sierra, algunos del Régimen Agrario de toda la vida y otros extrabajadores de la construcción reincorporados por necesidad, ha dado pie a algunos empresarios de la comarca y de otras zonas vecinas, incluso de las provincias de Sevilla y Málaga, a rebajar los sueldos al nivel de los años 70.
Asegurando que algunos empresarios han llegado a pagar hasta tres euros por canasta, siendo el tope de canastas posibles de recolectar por jornada de 25 por pareja, por lo que «un jornalero sólo se puede llevar 37 euros a su casa, a los que hay que descontar la gasolina, el traslado a la finca y otros gastos, quedándose un mísero sueldo de 600 euros por la campaña, en el mejor de los casos».
El alcalde también denuncia la «cobardía y falta de vergüenza» de esos empresarios que advierten «el primer día que las condiciones son innegociables y que no hay convenio que valga ni sindicatos», y que «en caso de que un sindicalista pise el campo, se despedirá en bloque a todos los trabajadores, tengan o no algo que ver con el tema». Esos empresarios advierten que «hay muchas cuadrillas en paro», amenazan con avisar «a trabajadores extranjeros que, según ellos, lo harían por un plato de comida», e incluso se excusan en que «la recolecta del verdeo es un favor que se hace a los trabajadores, porque en el fondo no les resulta rentable».
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