Los otros túneles que sí se hicieron por todo el mundo bajo el agua

M. B.

Sevilla

22/09/2022
Actualizado a las 16:32h.

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El descarte de los túneles de la SE-40 que supondrá que Sevilla se quede sin una de las principales infraestructuras reclamadas desde hace años significa dejar a un lado un proyecto, el de infraestructuras bajo el agua, que sí han podido hacerse en otros lugares del mundo. De hecho hay numerosas ciudades tanto europeas como americanas que han salvado los obstáculos y demostrado que el de Sevilla no sería el primer túnel construido bajo el agua y seguramente tampoco el último ya que hay otro proyectos en otros emplazamientos.

Uno de los primeros fue el de Londres, que se hizo en el siglo XIX. Fue en el año 1843 cuando se culminó el proyecto con un túnel a 23 metros de profundidad y con una longitud de 400 metros. Sería el primero conocido en un río navegable usando el método inventado por Marc Isambard Brunel. Se inauguró para carruajes de caballos y luego pasarían los trenes de East London Line del metro. Hoy día forma parte de la red del London Overground. A finales del XIX, los londinenses construyeron otro túnel, el de Blackwall, para el comercio y el transporte entre los distritos de Tower Hamlets a Greenwich.

En Berlín, se edificó otro túnel bajo río a finales del siglo XIX. En 1899 se ejecutó bajo el Spree erigiéndose en el primero subfluvial de la Europa continental, con 455 metros de longitud. Esa fue la opción que se eligió dado que este río comunica con el mar Báltico por medio de canales y era necesario preservar la navegación. Años después, en 1911, el túnel del Elba o túnel de St. Pauli supuso una mejora para miles de trabajadores de Hamburgo, ya que es uno de los principales puertos del mundo con una importante actividad comercial. Tenía 425 metros de recorrido y fue muy innovador con cuatro grandes ascensores que trasladaban a peatones y a los vehículos de la superficie hasta el fondo antes de recorrer el trayecto bajo el Elba. El trabajo se realizó bajo presión porque el túnel estaba debajo de la capa freática del río. Los dos túneles todavía están en funcionamiento, aunque debido a su capacidad limitada, se han construido otros.

Nueva York tiene desde los años 20 cada uno de los túneles que pasan por debajo de los ríos Este y Hudson. Fueron prodigios de la ingeniería en su época. El Holland, el más antiguo fue inaugurado en 1927 como el primer túnel submarino ventilado de forma mecánica. Fue una infraestructura pionera gracias a sus ventiladores gigantes de 24 metros de diámetro. Debe su nombre a Clifford Milburn Holland, ingeniero jefe del proyecto.

El de Queens-Midtown se inauguró en 1940 para descongestionar los puentes de la ciudad. Cada uno de sus tubos se diseñó con medio metro más de anchura que el Holland para los coches de esa época, de mayores dimensiones. Luego llegaría el de Brooklyn-Battery en 1950 que se convirtió en el túnel para coches submarino continuo más largo de América del Norte. Más tarde, el Lincoln se construyó para enlazar Manhattan con Nueva Jersey. En 1945 se abrió el Lincoln II, con 2.950 metros de trazado, el más largo de Nueva York, donde hay ya una decena de túneles más. Mantienen una enorme densidad de tráfico a pesar de las restricciones tras los atentados de las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001.

En Cuba también tienen túneles submarinos bajo el mar Caribe. El Túnel de La Habana discurre por debajo de la bahía y figura entre las siete maravillas de la ingeniería civil francesa ya que lo construyó la compañía gala Société de Grands Travaux de Marseille. Tiene 733 metros, y se construyó se prolongó durante un par de años y se abrió el 31 de mayo de 1958 después de una ardua labor en condiciones muy difíciles debido a la necesidad de trabajar bajo agua. El ingeniero cubano José Menéndez Menéndez diseñó un sistema de tubos de hormigón reforzado, capaz de soportar grandes toneladas de agua y el empuje de la corriente marina a 15 metros de profundidad. La ingeniería local no sólo logró cruzar la bahía, sino también bajo el río Almendares, donde se construyeron hasta dos túneles: el Túnel del Almendares, que une al Malecón con la Quinta Avenida de Miramar, y el túnel de la avenida Línea.

Liverpool también usó túneles para superar el río Mersey, donde dispuso hasta tres túneles: el ferroviario, abierto en 1886, y dos de carretera. El más famoso, el de Queensway, inaugurado en 1934 con 3,1 kilómetros se convirtió en el más largo de su modalidad. En 1971 se abrió el de Kingsway, que une la ciudad con Wallasey.

Muchos años después entró en funcionamiento el largo túnel Blanka en Praga, que tiene un tramo que pasa bajo el Moldava. En la ciudad polaca de Gansk , la compañía española OHL construyó el túnel bajo el río Vístula, inaugurado en abril de 2016 con un kilómetro y medio de recorrido y las técnicas más modernas para conectar la desembocadura con el Báltico.

Sin duda el más emblemático y conocido es el Eurotúnel, un referente en ingeniería que desde el año 1994 conecta el Reino Unido con Francia bajo el Canal de la Mancha. La travesía se puede hacer en automóvil particular o en el tren Eurostar, en un viaje que dura unos 35 minutos y que une Londres con París en dos horas y veinte minutos mediante la alta velocidad. Con 50,5 kilómetros, 39 de ellos bajo el agua, y una profundidad media de 40 metros, es el tercer túnel más largo del mundo.

Otra infraestructura es la que une Dinamarca con Suecia a través del Báltico mediante el puente-túnel de Oresund. Inaugurado en julio del año 2000, se concluyó en tiempo récord, ya que comenzó sólo cinco años antes a pesar de tratarse de un complejo enlace con un puente de siete kilómetros y un túnel bajo el mar de más de cuatro. El proyecto ha cambiado por completo el mapa de comunicaciones de la zonae.

Este túnel nipón Seykan, sólo para trenes, es otro de los grandes prodigios de la ingeniería del siglo XX. Inaugurado en 1988, tras más de veinte años de obras, abarca 54 kilómetros, 23 de ellos bajo el mar. Es el túnel subacuático más largo del mundo para enlazar las islas de Honshu y Hokkaido a cien metros de profundidad bajo el fondo del Pacífico. Tiene dos estaciones que fueron las primeras del mundo en construirse bajo el mar. También en las islas japonesas, ya en 1997, se inauguró el túnel-puente Aqueline-Bahía, que une Kawasaki con Kisarazu, al extremo opuesto de la bahía de Tokio. Costó 8.100 millones de euros.

Abierto hace varios años, el túnel que conecta Shanghai con Pundong bajo el río Hangpu, es un fascinante y atípico paso subterráneo bajo el agua. Sólo se circula a bordo de pequeños vagones sin conductor que van y vienen de un extremo a otro con un recorrido de 700 metros. El viaje dura unos minutos y sus promotores han desarrollado un llamativo show con un sistema de iluminación con láser, hologramas y luces sobre las paredes del túnel, además de música. Ese sentido turístico y de ocio se ajusta a su denominación, el Mirador del Bund.

Además de estas infraestructuras ya hechas, hay otras que están en marcha y que también lograrán lo que no se ha hecho en Sevilla. Es el caso del túnel de Vizcaya que ya fue presentado por la Diputación de Vizcaya para aliviar el tráfico en el entorno de Bilbao. El enlace unirá Guecho y Portugalete.

Además hay otro proyecto en Londres que hará la empresa española Ferrovial que se encargará del túnel de Silvertown, que forma parte de la nueva autovía de Londres que conectará dos distritos bajo el Támesis. El proyecto guarda grandes similitudes con el descartado de la SE-40.

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