entrevista
Jorge Robles: «En Sevilla todo se eterniza por el cortoplacismo de los partidos pero a los empresarios también nos ha faltado iniciativa»
El empresario turístico Jorge Robles, que cita proyectos como la SE-40, el metro o la conexión del aeropuerto con Santa Justa, cree que hay que mirarse en Málaga y Bilbao y en su modelo de colaboración público-privada que transformó estas ciudades «con estrategias pensadas para una generación»
«Menos turistas y de mayor calidad es la ecuación perfecta para Sevilla»

Jorge Robles del Salto es fundador y CEO de Past View y preside actualmente la Asociación Sevillana de Empresas Turísticas (ASET). Este experto en turismo es también fundador y miembro del Consejo de Administración de Alminar Servicios Culturales, aunque en esta entrevista ... habla a título personal y no en nombre o representación de ninguno de esos organismos
-ASET acaba de llegar a un acuerdo con la asociación de empresas turísticas malagueñas. ¿Qué cree que se puede aprender de Málaga?
-Desde el desarrollismo de los años 60 Málaga ha sido la bandera del turismo en Andalucía y los hechos están ahí. La experiencia de colaboración público-privada de Málaga es un ejemplo donde mirarse. En Sevilla tenemos mucho más camino que recorrer allí. Málaga lleva ventaja en ese sentido.
-¿Málaga cuenta con más apoyo público que Sevilla?
-Creo que sí, pero diría que sobre todo allí tienen mucho más interiorizada la opinión del empresariado de la Costa del Sol. Eso es muy importante. En Sevilla no venimos de esa tradición aunque ahora se están dando, en mi opinión, los pasos correctos. Cambiar las inercias cuesta mucho.
-¿Sólo las de las administraciones públicas?
-No, también las de los propios empresarios. Los empresarios debemos ser mucho más proactivos, proponer más proyectos porque la Administración también está interesada en escucharlos y llevarlos a cabo. Aquí quizá hemos sido más impasibles y hemos dejado pasar mucho tiempo con los proyectos, pero hay que reconocer que a los propios empresarios nos ha faltado iniciativa. Ahora estamos reactivándola.
-¿En qué campos podemos mejorar más?
-ASET engloba a un parque temático como Isla Mágica, a un acuario, a los autobuses turísticos, a las empresas de tours guiados y a otras actividades muy variadas. En todos se puede mejorar lógicamente aunque lo que vale para uno quizá no valga para las demás. Somos fundamentales en la diferenciación del destino.
-¿No son sus monumentos y su riquísimo patrimonio histórico lo que diferencia a Sevilla de cualquier otra ciudad?
-No sólo. Es un conjunto de cosas, un ecosistema en el que debe tener un papel importante el propio ciudadano de Sevilla. Debe haber una simbiosis perfecta entre el turismo y la ciudadanía. Y para eso tenemos que trabajar mucho la sensibilización. Ser muy pedagógicos explicando lo importante que es el turismo para la ciudad y los beneficios que nos trae.
-¿Teme que pueda rebrotar esa corriente de turismofobia que surgió en ciertos sectores de la ciudad algunos años antes de la pandemia y a la que puso fin el Covid con su cierre de fronteras?
-Toda industria, sea la que sea, tiene sus impactos. El turismo no es una excepción y debemos tratar de minimizarlo de mano de las administraciones públicas. Del turismo vive muchísima gente en Sevilla, se trata de un sector muy transversal con algunos negocios muy pequeños. Pero la pandemia hizo ver a muchos ciudadanos lo que significa y creo que esa turismofobia está ya en un segundo nivel. No digo que vaya a desaparecer porque el impacto siempre existirá, pero no creo que vaya a alcanzar el nivel anterior a la pandemia. En todo caso, se combate con mucha pedagogía y reconociendo aquello que no funciona bien.
-¿Cómo se podría frenar el turismo ruidoso, de despedidas de soltero y borrachera, que deja tan pocos dividendos a la ciudad y ocasiona tantas molestias?
-Se han dado algunos pasos últimamente para fomentar el turismo de calidad, que es mucho más eficiente. Sin embargo, no podemos evitar que vengan despedidas de soltero porque no podemos poner puertas al campo. Pero la estrategia de ciudad y de destino debe ir enfocada al turismo de calidad.
-Fondos de inversión internacionales están invirtiendo mucho en la ciudad. ¿Puede ser esa nueva planta hotelera la clave para que ese turismo de calidad vaya poco a poco imponiéndose?
-Esos fondos estan invirtiendo mucho en hoteles de cuatro y cinco estrellas y el turismo de calidad crecerá, sin duda, con ellos. Otra clave puede ser la redistribución de flujos. Debemos configurar una oferta más diversa que vaya más allá de la almendra del casco histórico, que incluye Catedral, Alcázar, Archivo de Indias y barrio de Santa Cruz. Hay fuera de esa almendra otros puntos de gran interés turístico pero muy desconocidos, especialmente en el casco norte, donde están las murallas de la Macarena, muchos conventos y casas-palacio. Así podremos evitar, además, la sensación de agobio en las zonas tradicionales de mayor turismo. El casco histórico de Sevilla es uno de los más grandes de Europa y no es fácil salir de ahí teniendo en cuenta que estamos en una media de 2,2 noches de pernoctaciones por turista y que no da tiempo de ver más cosas con esa estancia.
-¿Qué zonas de la ciudad están menos aprovechadas desde el punto de vista turístico?
-Aparte de las que comento de la zona norte, diría que potencialmente encierra un gran interés turístico aún por explotar la zona de la Exposición de 1929 con unos edificios espectaculares en torno al Parque de María Luisa, aparte de la Plaza de España, que sí es muy conocida y visitada. Ahí hay un eje fundamental para crecer turísticamente. También destacaría las dos orillas del río y creo que proyectos como el de Altadis y otros en el Puerto y el Muelle de las Delicias ayudarán a diversificar esos usos turísticos.
-Altadis es un proyecto del que lleva hablándose más de diez años, como el de la antigua fábrica de Artillería. ¿Por qué en Sevilla cuesta tanto poner en marcha algo y, luego, terminarlo?
-Hay algunos proyectos que llevan muchos tiempo sin resolver y otros que afectan mucho al turismo, como las infraestructuras, que se están eternizando. Llevamos casi veinte años con la SE-40, la ronda Urbana Norte o la conexión del aeropuerto con Santa Justa y no hay manera de cerrarlos. Quiero decir también que los sevillanos debemos poner esa presión para que todo eso se lleve a cabo porque el factor de revindicación es muy importante. No podemos estar seis años hablando de túnel o puente para cerrar la SE-40.
-¿Somos los sevillanos demasiado pasivos en estas cuestiones?
-Deberíamos ser más proactivos como sociedad. Y no sólo me refiero a la queja sino también a la proposición. Hay que quejarse pero también proponer. Que no se diga que no hemos hecho propuestas para solucionar los problemas. No nos podemos quedar en la primera parte de la queja.
-¿En esto podríamos seguir el ejemplo de los malagueños?
-Sí, tanto Málaga como Bilbao han vivido una transformación estratégica muy profunda. La principal diferencia en esos dos casos es que la estrategia fue a largo plazo. De nada sirve el cortoplacismo habitual que tenemos en Sevilla. No se puede pensar a cuatro años y es muy difícil cambiar las cosas en cuatro años. Tiene que haber un consenso de todas las fuerzas políticas que incluya también al empresariado y la ciudadanía para que estemos todos en el barco de esa estrategia conjunta y a largo plazo. Si no, el barco va a dar vueltas y vueltas y no nos va a llevar a ningún puerto. El rumbo lo tenemos que marcar y se debe mantener con independencia de que cambie el signo político en el Ayuntamiento o en la Junta de Andalucía. Sevilla necesita una estrategia a largo plazo pactada con todos los partidos que no dependa de quién gane las siguientes elecciones.
-¿Quién debería liderar ese proceso en Sevilla?
-En Málaga, Bilbao y otras ciudades han sido los alcaldes. Este Ayuntamiento está trabajando en la captación de inversiones y también en el desarrollo de infraestructuras. El alcalde actual ha ayudado en lo del metro y creo que esa debería ser la línea.
-En mayo hay elecciones.
-Quien salga elegido en esas elecciones debería, en mi opinión, acabar con el cortoplacismo y propiciar con altura de miras un pacto con todos los partidos. Y, como digo, con empresarios y ciudadanos. No tenemos la tradición de otras ciudades en esto en hacer planes no para cuatro años para una generación y las piezas no están tan engrasadas. Lo que no puede ocurrir es que dentro de diez años sigamos hablando de los mismos temas: metro, conexión del aeropuerto con Santa Justa, SE-40.
-El centro de Sevilla está perdiendo su identidad y cada vez se parece más al de cualquier otra capital española o europea con la desaparición de comercios históricos y su sustitución por franquicias y apartamentos turísticos. ¿Cómo se podría luchar contra esto?
Han cambiado los hábitos de consumo y esto quizá sea imparable, aunque esto ha pasado siempre. Hay negocios que subsisten a los hábitos del momento y otros que no. No obstante, hay que hacer todo lo posible por que no se pierda esa identidad y por proteger esos comercios y negocios que generan esa diferenciación entre una ciudad y las demás. La Cámara de Comercio y el Ayuntamiento han dado algunos pasos con la categoría de establecimientos emblemáticos para que puedan seguir adelante. Debemos esforzarnos más por protegerlos y mimarlos.
-¿Por qué no compramos los sevillanos en esos establecimientos emblemáticos y nos quejemos luego de que cierren y en su lugar aparezcan franquicias sin personalidad?
-Es una pregunta que hay que hacerse. Porque si no compramos en esos comercios, se volverán insostenibles. Quizá nos falte concienciación y la ciudadanía en general deba ser más proactiva. Si lo compramos todo en Amazon no podemos quejarnos después de que desaparezcan. Pienso que con nuestros hábitos de consumo actuales dificilmente sobrevivirá el comercio de cercanía. Debemos hacer más pedagogía con esto para que la gente se dé cuenta.
-¿Flamenco y gastronomía pueden ser claves para atraer un turismo de mayor calidad?
-La gastronomía como experiencia es un reclamo fundamental para el turismo de Sevilla. Por eso es importante que no perdamos el liderazgo en las tapas y que ciudades que nada tenían que ver con ellas sean ahora más conocidas por ellas que Sevilla. La Bienal de Flamenco también hay que potenciarla y veo que cada edición tiene mucho menos fuerza. Para mí no hay duda de que el flamenco y Sevilla deben ir unidos de la mano y que la gente busca esas experiencias. No podemos esperar a tener flamenco de dos años en dos años, de Bienal en Bienal. Aparte de los tablaos, el flamenco debe estar mucho más presente en el día a día de la ciudad. Creo que deberíamos hacer rutas de flameno y sobre los antiguos café cantantes de la calle Sierpes y la zona de la Campana. Hay que potenciar mucho el flamenco a nivel de marketing y promoción.
-¿Ve algún nicho desconocido que podría tener tirón turístico y mejorar la imagen de la ciudad?
-Veo la artesanía. Los artesanos deben estar presentes en las tiendas de recuerdo de la ciudad para que los turistas puedan visitarlos. Deberíamos tener una representación de lo autóctono en este campo y no sólo lo que esté fabricado fuera de Sevilla. Creo que hay darle más sitio a los artesanos para que tengan mayor presencia en las zonas de gran afluencia turística de Sevilla y provincia. Porque al final es lo que nos va a distinguir de otros destinos que compiten con Sevilla. Ahora, con la segmentación de los clientes, hay miles de clasificaciones de turismo; antes apenas había cuatro. Y se están creando negocios de nicho como el del enoturismo. Hay experiencias muy originales que generan nuevas actividades que se van incorporando al catálogo turístico.
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