La yesería robada en el Alcázar fue retirada por alguien que sabía hacerlo

Patrimonio Nacional asegura que el lugar del que desapareció la pieza es responsabilidad del Patronato del monumento, aunque está junto a las estancias de la Familia Real

Imagen del paño de yesería robado en el lugar en el que fue hallado ABC

ALBERTO GARCÍA REYES

La investigación efectuada por la Guardia Civil sobre la desaparición de un paño de yesería del siglo XIV en la zona de máxima seguridad del Alcázar, información que adelantó ayer este periódico, maneja el listado de personas que accedieron al camaranchón en el que se produjo el hallazgo durante las fechas en las que teóricamente fue sustraída la yesería, mayo de 2013. Los testimonios que ha tomado hasta la fecha, y que se han llevado a cabo con el máximo secretismo para no entorpecer la investigación, han permitido a los agentes reducir el círculo de sospechosos. Pero, además, según las fuentes consultadas, ya les ha arrojado una certeza: el paño, incrustado en el muro de la citada buhardilla, fue extraído de allí de manera limpia, lo que invita a pensar que lo retiró alguien con conocimientos sobre la materia .

Este fragmento de yesería con epigrafía árabe , que fue descubierto por el arquitecto Antonio Almagro durante sus investigaciones sobre el Palacio Mudéjar , estaba sobre el salón oblongo que se adosa a la Sala de Audiencias del monumento y por encima de los cuartos reales. Esto demostraría, según las primeras investigaciones científicas, que la altura del Palacio de Pedro I era mayor y que, probablemente, tendría una tercera planta, ya que se trata de una faja de yesería idéntica a la que hay en la planta inferior, que está estudiada y datada en el siglo XIV. Se trata de unos paños encargados por Pedro I con una inscripción que dice, según el profesor de la Universidad de Sevilla, Pedro Cano, lo siguiente: «En el orto de la felicidad se erigió este palacio» .

La pieza desaparecida tiene unas dimensiones de 50 por 30 centímetros , lo que podría haber permitido a quien la sustrajo sacarla de la zona con una bolsa de viaje. En ese espacio trabajaban entonces distintos restauradores y arqueólogos , así como personal de mantenimiento y varios investigadores, entre ellos el citado Antonio Almagro, que fue el descubridor de la yesería. Las alarmas saltaron cuando una de las veces que Almagro trató de entrar en el camaranchón para seguir su estudio se topó con la prohibición por parte del director , Jacinto Pérez Elliot, hecho que se repitió hasta en tres ocasiones. Pérez había detectado la desaparición y había denunciado el caso a la Guardia Civil, que le solicitó máximo sigilo. No obstante, Almagro hizo referencia a este hecho en su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría el pasado 19 de enero, pero no trascendió.

No obstante, Patrimonio Nacional , que tiene cedida la planta alta del Palacio Mudéjar desde 1985 para uso de la Casa Real, aclaró que la zona en la que se produjo el robo no es de su incumbencia: «El robo tuvo lugar en mayo de 2013 en unas dependencias conocidas como “camaranchones”, situadas en una zona del monumento, por encima del Cuarto Alto , cuyo control de acceso y seguridad lo ejerce de forma exclusiva el Patronato del Real Alcázar ». Según este organismo, esas buhardillas no están incluidas en el contrato de cesión, por lo que la seguridad de ellas depende del Alcázar, aunque Patrimonio fue quien instó, «una vez conocidos los hechos», a que se pusieran «en conocimiento de la Unidad de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil », localizada en la Unidad Central Operativa del Cuerpo.

Sea como fuere, para acceder a ese espacio es necesario pasar por las estancias controladas por Patrimonio Nacional, por lo que el jefe de seguridad que estaba allí destinado entonces —cambió de destino el año pasado— se puso a disposición de los agentes para esclarecer los hechos, que todavía se investigan en absoluto secreto. El alcaide del monumento, Bernardo Bueno , certificó ayer que el lugar exacto de la desaparición de estos restos arqueológicos es un camaranchón de «difícil acceso» del Palacio Mudéjar concretamente ubicado entre las vigas de la techumbre y el tejado, es decir, por encima de las estancias reales. Bueno cree que la pieza habría sido «partida» para arrancarla de su ubicación original, una hipótesis que también barajan los agentes. Según las fuentes consultadas, una de las opciones que se investigan, además del robo, es que alguien hubiera roto la pieza de manera fortuita y la hubiera hecho desaparecer para no tener consecuencias por ello. En todo caso, el propio Bernardo Bueno asume que el autor es «alguna persona conocedora del Alcázar e interesada en este asunto», quizá algún «investigador».

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