INMIGRACIÓN

Yassine se fue de casa con 15 años sin decirle a sus padres que se iba a España en los bajos de un camión

Este joven marroqui, acogido en Sevilla por cuatro salesianos en la comunidad Bartolomé Blanco, estudia un grado medio de Electricidad y quiere casarse y tener hijos

Yassine Amiri en la terraza de la comunidad Bartolomé Blanco de los salesianos de Sevilla Raúl Doblado

Jesús Álvarez

Yassine Amiri (20) estudia un grado medio de electricidad y quiere ser electricista, casarse y tener hijos. En Marruecos no tenía ninguna posibilidad de estudiar ni de labrarse un futuro y por esa razón, con 15 años, decidió irse de su país . No se lo dijo a sus padres porque sabía que no le dejarían, aunque ahora se declaren contentos, a la vez que resignados, con su traumática decisión.

«Les dije una tarde que me iba a dar una una vuelta y ya no regresé -reconoce-. Mi madre, la pobre , se fue a trabajar y, cuando regresó, ya no me encontró. Mi padre y ella estuvieron locos buscándome hasta que pude decirles que iba camino de España y no se preocuparan. No tenía otra forma de hacerlo porque no me hubieran dejado, pero ahora se alegran. Allí no tenía nada y ahora tengo un futuro. Estudio y me formo para poder ganarme la vida».

Primero fue a Nador y de allí, cuando pudo, a Melilla, donde estuvo dos meses viviendo en la calle. Hasta que un día salió el sol (siempre sale el sol) y pudo cruzar el Estrecho en los bajos de un camión. «Fui a Málaga y de allí me mandaron a Madrid y, más tarde, a Granada, Almería y Córdoba», cuenta. Recorrió todos los centros de menores de Andalucí a hasta que cumplió los 18 y llegó a esta pequeña comunidad salesiana de Sevilla. Es musulmán y le da gracias a los salesianos por su ayuda. Habla con su madre casi todos los días e incluso pudo arreglar sus papeles e ir a verla el verano pasado.

Rida Ennoury es marroquí y tiene 21 años Raúl Doblado

En el centro de internamiento para extranjeros de Ceuta -cuenta su compañero Rida Ennoury , 21 años, también marroquí-, se juntaron hasta 800 menores. Todos prefieren olvidarlo. « Fue muy duro y había algunas bandas que te quitaban todo lo que llevabas y te dejaban solo una camiseta. Estuve seis meses allí y me escapé varias veces. Prefería domir en la calle», dice.

Este chico cruzó el Estrecho viajando junto a los motores de uno de los ferrys que partían de Ceuta a la península . Tenía 15 años y cuenta que permaneció dos horas en el agua, muerto de frío, hasta que pudo colarse en el barco burlando la vigilancia de la Guardia Civil . Dice que aún recuerda el ladrido de sus perros.

En Algeciras lo detuvieron y lo condujeron en un centro de La Línea . Desde allí llegó a la comunidad que Pepe Núñez, Paco Jaldo, Miguel Angel Nuin y Ximo Ventura crearon en el centro de los Salesianos de Sevilla en 2014. Rida también quiere ser electricista.

Soumalia Doumbia, de 19 años, llegó aquí desde Ghana tras cruzar el desierto de Argelia y otros países africanos. Él sí le dijo a sus padres, cuando acababa de cumplir los 17, que se iba a Europa a buscarse la vida, aunque tardó un año en pisar territorio español Pasó todo tipo de penalidades y fue explotado laboralmente en Burkina y Mali antes de embarcarse en una patera con la que llegó a Algeciras. Dice que su experiencia en los centros de internamiento españoles no fue mala, pero cuando salió del último tras cumplir su mayoría de edad no tenía dinero ni un lugar a dónde ir. La casa de los salesianos en la calle María Auxiliadora de Sevilla le salvó de dormir en la calle.

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