Año y medio de cárcel por amenazar en Sevilla a un amigo por Whatsapp: «Machota en mano, gasolina, mechero y se acabó»
La Audiencia de Sevilla condena al acusado, que está inscrito en el Registro Civil como José Manuel pero que se encuentra en proceso de cambio de género y a la que el tribunal se dirigió como Rosaura; se ha librado de una petición de 20 años
La Audiencia de Sevilla ha condenado a año y medio de cárcel por un delito continuado de amenazas a José Manuel, como está inscrito en el Registro Civil, a quien se dirigió el tribunal como Rosaura porque esta persona se encuentra en proceso de tratamiento hormonal para cambio de género . El pasado mes de noviembre se sentó en el banquillo enfrentándose a una petición de 20 años de cárcel por un delito de maltrato, dos delitos continuados de amenazas y un delito de incendio, aunque finalmente ha resultado absuelta de todos los delitos menos uno continuado de amenazas.
Según la sentencia facilitada por el gabinete de prensa del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía a este periódico, la Audiencia señala que José Manuel , «conocido como Rosaura» , vivía en un piso situado frente al inmueble habitado por Francisco Javier, en el barrio de San Jerónimo de la capital. El tribunal señala que ambos mantenían una relación de amistad desde hacía unos tres años, no eran pareja, algo que afirmaron ambos en el juicio, aunque Rosaura admitió relaciones sexuales puntuales .
Por motivos que no constan determinados, aunque la Sala señala que «el acusado se encontraba en tratamiento hormonal para cambio de género que le producía una alteración de ánimo y carácter», de manera reiterada, entre el 7 de junio y el 21 de agosto de 2018 , se dirigió a su amigo, enviándole mensajes de texto y voz por Whatsapp de contenido «conminatorio y perturbador que causaron en la víctima una fuerte sensación de miedo y desasosiego».
El primer mensaje se lo envió a la hermana de su amigo, a la que solo conocía de vista y a la que también se dirigía con expresiones amedrentadoras, diciéndole: « Hola, buenas noches, soy Rosaura, vecina de su queridísimo hermano , dile a tu querido hermano de mi parte que donde le pille la cabeza le va a dar dos vueltas en el hombro, y te lo digo a ti que eres su hermana, y si no, ya verás mañana chica, lo que le voy a hacer a tu hermano, contigo ajustaré cuentas luego (...) soy Rosaura de Algeciras, mañana justo vas a saber quién soy yo, esa con la que un día hablaste siendo transexual de Algeciras y lo sabrás mañana cuando veas a tu hermano en la residencia ingresado, lo entenderás cuando descoyunte o decapite a tu hermano».
«Hoy va a arder Troya»
El 17 de agosto la condenada se dirigió a Francisco Javier diciéndole: «Pues nada Javier, como aquí no se hace nada, porque no se hace nada, lo voy a hacer a mi manera, a la manera que puedo hacerlo, metiendo fuego, derribándolo todo , hoy sí que sí, así que se te van a quitar todos los males, te lo advertí, y lo voy a cumplir con creces».
Las amenazas continuaron en forma de mensaje: «Hoy, viernes 17 de agosto, aquí va a pasar lo más grande en tu casa, ya lo sabes, te lo advertí ayer con bastante tiempo de antelación, pero como aquí no se hace nada, lo voy a hacer a mi manera, a mi manera es a lo loco, a lo salvaje, a lo bestia, y ya está. Voy a cumplir lo que digo, machota en mano, gasolina en botella, mechero en mano , y se acabó. Así voy a solucionar las cosas».
Ahí no quedaron sus palabras, sino que Rosaura siguió amenazando a Francisco Javier: «Me voy a cobrar en la situación en que me encuentro, y me voy a cobrar tu vida , junto con un pacto que he hecho con el diablo, tu vida por un sacrificio. Así que si viene tu hermano, adviértele que no venga, porque puede salir ardiendo junto contigo. Puta, a ver si te mueves de una puta vez, cabrón de mierda (...) Yo no aguanto más. Así que nada, si esto prende fuego, como si se derriba por completo tu piso con el mío, Se acabó. No puedo hacer nada, si no haces nada pedazo de maricón, ¿qué estás haciendo? Lo dicho, voy a cumplir con hechos. Tú me conoces mejor que nadie, hoy va a arder Troya «. »Aquí hay familias en el bloque, todas ellas van a ver cómo sacan tu cuerpo sin vida y lo montan en un coche fúnebre dirección al tanatori o , maricón, y ya lo sabes, lo que Rosaura P. S. dice, Rosaura P. S., cumple», terminaba el mensaje. No era el último.
El 21 de agosto volvió a la carga, dirigiéndose a Francisco Javier: «Aquí estoy, con ganas de liarla, de coger una machota y volverme loca, con tu casa, con la mía y con todo lo que pilla por delante. Sí, más te vale porque vas a parecer una antorcha como te prenda fuego, con lo delgadito y poco hueso, te van a arder los pelos. Tómatelo a cachondeo y verás por donde te va a salir, ja ja ja«.
Sobre las 15.30 horas de ese mismo día, según la Audiencia de Sevilla, Francisco Javier regresó a su domicilio y se le cayó por la escalera un saco con arena y cemento que llevaba, por lo que varias vecinas, al escuchar el ruido que ello provocó, salieron al descansillo de la escalera y al ver lo que había pasado le recriminaron tal acción y le dijeron que tenía que recoger la arena, volviendo seguidamente a sus viviendas, desde donde escucharon a los diez minutos, aproximadamente, a Francisco Javier gritar «fuego, fuego» , estando el piso donde él vivía ardiendo junto a dos hermanos, habiéndose detectado tres focos de ignición, uno en un colchón que estaba detrás de la puerta, otro en el colchón de la cama y un tercero en ropa que estaba amontonada sobre un mueble a la que se le había arrojado, previamente, gasolina.
Absuelto de maltrato, incendio y más amenazas
El incendio estuvo a punto de propagarse a las viviendas colindantes, lo que fue evitado por la rápida intervención de los bomberos. Los daños causados en el inmueble han sido tasados en 35.819,86 euros , sin que conste determinada que el fuego fuera provocado por el acusado. Días antes del incendio, Francisco Javier sufrió un traumatismo craneoencefálico con pérdida de conciencia moderada. Primero dijo que se había caído por las escaleras. Después acusó a Rosaura de haberle dado con un tubo de pvc en la cabeza , lo que para el tribunal no ha quedado probado.
El tribunal, en base a las pruebas existentes, sólo condena a Rosaura por un delito continuado de amenazas contra su amigo, y lo absuelve del delito de maltrato y de incendio en aplicación del derecho a la presunción de inocencia que beneficia al acusado, al no constar probado con la certeza que una sentencia penal condenatoria exige que fueran causados por el acusado. Existen «importantes y racionales dudas» sobre la agresión que dice la víctima haber sufrido a manos del acusado. La víctima tenía antecedentes de «enolismo» .
También existen ciertas dudas sobre la autoría del incendio. Las versiones de los protagonistas son contradictorias. Los testigos no sitúan a Rosaura en el lugar en el momento de los hechos. En definitiva, la Audiencia le impone dieciocho meses de prisión a Rosaura, la prohibición de acercarse al domicilio de la víctima ni comunicarse con él.
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