Vuelven a Sevilla las comuniones en familia

Las limitaciones de aforo por el Covid se traducen en ceremonias reducidas y celebraciones más íntimas

Elena hace la comunión con el mismo traje que la hizo su madre ABC

Mercedes Benítez

Las primeras comuniones han vuelto a celebrarse. Si en mayo de 2020, en pleno confinamiento, tuvieron que aplazarse a octubre, este año ya se celebran en su fecha tradicional:cada fin de semana de mayo . Sin embargo, la pandemia ha hecho que sean muy distintas de las de antes.

Elena, Alejandro y Lola son tres de los niños que este mes de mayo se estrenan en el sacramento en Sevilla en unas celebraciones marcadas por los protocolos sanitarios de la pandemia . Desde la iglesia a la celebración posterior todo será diferente.

A casi todos les han dado unas normas muy estrictas que deben seguir rigurosamente. En la iglesia, como ocurre en la eucaristía, los grupos de niños serán más reducidos. Si antes hacían la comunión una veintena de escolares juntos, ahora son sólo nueve. Y eso ha provocado que, como relata Noemí, madre de Alejandro, tengan que hacer tres turnos. Han dividido la clase en tres grupos . Y cada día habrá tres ceremonias:a las 9, las 11 y las 12.30 horas. Como son tres tandas, van más rápido y las ceremonias son más cortas.Hay que aligerar porque, además, tienen que limpiar la iglesia entre grupo y grupo .

Otro efecto del Covid es que no sólo son menos niños, sino también menos acompañantes. Cada colegio lo ha organizado a su manera pero, en general, únicamente permiten la familia directa y unos pocos asistentes más. «Nos dan un banco por familia y luego podemos repartir seis invitaciones» , explica Noemí. Por eso tendrán que hacer una selección y elegir entre tíos, sobrinos y demás familiares, ya que sólo unos pocos entrarán en la capilla.

Esa no es la única restricción. A los padres les han explicado que deberán guardar las distanciasen todo momento y que, cuando llegue la hora de levantarse a comulgar, deben hacerlo de familia en familia. Es decir, no pueden cruzarse con otros padres. Todo con la idea de mantener las distancias en todo momento . En la mayoría de los casos entrarán por una puerta y saldrán por otra. Y les han pedido que registren el nombre y datos de los que asisten para tenerlos localizados en caso de posible contagio.

La mayoría opta por invitar sólo a la familia yalgunos lo celebrarán a la antigua: con un desayuno

Otra de las cuestiones que disgusta a las familias es el hecho de que no se podrá cantar como solía hacerse en estas ceremonias. No hay coro ni tampoco cánticos. El temor a la transmisión de los aerosoles está detrás de esta prohibición que supondrá probablemente que las celebraciones sean «más sosas».

Alejandro hizo la comunión el sábado ABC

Sin embargo, los niños no llevan mal estas restricciones, pese a que no podrán quitarse la mascarilla más que para la comunión. «Por lo menos, puedo hacer la comunión. No como las del curso anterior, que tuvieron que esperar» , explica Elena, que hace la primera comunión en la capilla del colegio Nuestra Señora delRosario con el mismo traje que se pusieron su madre y su hermana mayor.

Ella se considera afortunada porque podrán ir dos amigas suyas y sus primos. Sus padres han optado por reducir la celebración. A pesar de que tienen una extensa familia, los protocolos mandan. Sólo serán cuarenta. Han tenido que elegir e incluso estaban a expensas de si abrirían la movilidad porque algunos parientes vendrán de fuera de la provincia.

Algo parecido le ocurre a Alejandro, que hizo la comunión en su colegio de Las Esclavas pero que luego tuvo una fiesta. Su madre planeaba invitar a 90, pero con las reducciones se han quedado en la mitad. «He tenido que recortar mucho» , dice lamentando que con los aforos las mesas tengan que ser más reducidas. Sólo ha podido invitar a los íntimos. E hicieron dos turnos:primero los niños y mientras los mayores se quedaron fuera tomando el aperitivo para tener más espacio. Aun así, el protagonista, Alejandro, está «encantado». Tuvo sus «chuches» aunque fuera en raciones individuales.

En el caso de Lola, sus padres han vuelto a lo tradicional. Como hizo la comunión a las 9.30 horas, los asistentes (unos 25) tuvieron un desayuno buffet en un restaurante del centro. Hubo tostadas, café, zumo, ensaimadas... Y por supuesto churros con chocolate. Les pareció buena idea volver a lo de antes .

La mayoría lleva la mascarilla a juego. De hecho, ya hay modistas que están haciendolas con telas especiales e incluso algunas con una cruz. Por lo demás, en la vestimenta hay pocos cambios . Las niñas van con trajes tradicionales y los chicos, de marinerito o chaqueta. No se permite misal ni rosario. Tampoco silbato. Algo positivo tenía que dejar el Covid.

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