Vuelven las puestas de largo a Sevilla

Las puestas de largo han vuelto para quedarse . Aunque muchas son algo descafeinadas: con respecto a aquellos «bailes de debutantes» de antaño. Se han convertido en fiestas de los 18 años pero la idea es la misma. Una celebración especial al alcanzar la mayoría de edad. En Sevilla los salones de celebraciones y catering lo corroboran. Desde Santa Teresa Catering aseguran que, si hace unos años lo que se llevaba eran fiestas mas formales, ahora lo que se estila es algo mas informal, mas dinámico , con cóctel en lugar de cena, que resulta mas juvenil. Cada año celebran unas pocas, sobre todo de chicas aunque también están organizando algunas de chicos. Ellas se siguen poniendo trajes largos.. . ya que además ahora los venden en casi todas las cadenas de moda. Y otras recurren al mono, una prenda mas informal y que ahora es tendencia. Y ellos, si necesitan el esmoquin, los alquilan por 45 ó 50 euros aunque algunos lo compran. Con unas cuantas fiestas está amortizado.

Las familias «echan el resto» con estas celebraciones , que pueden costar entre 45 y 80 euros por persona, lo cual supone un importante desembolso, según reconocen desde PyB Catering, otra de las empresas que se dedica a estos menesteres. S uelen celebrarse más a partir de junio, tras la Selectividad . Aunque el formato varíe algo con respecto a las bodas, en la mayoría sobrepasan el centenar de invitados y también ofrecen autobuses para trasladarlos cuando se celebran fuera de la ciudad. Hay «photocall». Eso sí, siempre debe haber varios mayores de edad para evitar gamberradas.

Una de esas chicas que se ha puesto de largo recientemente es María Gallego-Góngora, que el pasado septiembre celebró su mayoría de edad con una fiesta por todo lo alto en la bodega de sus abuelos en Villanueva del Ariscal, con cien invitados. Primero hubo cóctel porque no quería hacer una cena formal «para no sentirse como si fuera una boda». Y luego orquesta y barra libre . Se hizo un traje blanco especial para la ocasión diseñado por ella misma y tejido por su modista. A los chicos les pidió que fueran de esmoquin. Abrió el baile con su padre y luego hubo fiesta hasta el amanecer.

¿Por qué lo hizo? «Mi cumpleaños es en agosto y nunca lo celebraba y como mi madre tampoco tuvo puesta de largo, también tenía ganas. Ademas es la moda y todos mis amigos lo han hecho», cuenta María con emoción. Después de intensos preparativos, fue una noche especial. «Cuando vi a todo el mundo allí, me sentí súper contenta» , dice recordando que no faltó ni un detalle, con los jardines adornados, velas, barra de mojitos y hasta churros con chocolate. «Al día siguiente me dijeron que tenía una sonrisa de oreja a oreja», relata. En cuanto al comportamiento de los invitados, algunos aún menores de edad, María no tiene queja. «En otras fiestas acabaron en la piscina,en la mía se portaron bien».

Otra joven que se puso de largo el pasado marzo es Irene Berruga . El mismo día que alcanzó la mayoría de edad lo hizo en un restaurante sevillano. Primero cenó con los padres y luego organizó una fiesta con cien invitados en la que hubo barra libre, tarta, chuches, copas y baile. Llevaba un largo vestido rosa con un enorme escote en la espalda. En su caso optó porque los chicos fueran de chaqueta y corbata (media etiqueta). «Yo el año pasado había ido a muchas fiestas y nunca había celebrado mi cumpleaños así. Me hacía mucha ilusión», explica Irene , admitiendo que sus padres (que se gastaron 4.000 euros en la fiesta) le dieron a elegir un viaje o la fiesta. Y ella decidió celebrar los 18 años. Le regalaron muchas cosas pero se queda con el recuerdo. Ycon las fotos en las que aparece «llorando de felicidad».