PATRIMONIO

Visita nocturna al mejor Barroco en el Hospital de los Venerables

Focus-Abengoa abre las puertas de su sede para mostrar sus obras de arte y la historia del edificio de la mano de Engranajes Culturales

Interior de la iglesia de Los Venerables JUAN FLORES

AURORA FLÓREZ

Entre la fuente escalonada del patio que trasmina aires de convento y que arrancaba agua al fondo de Sevilla hasta la torre mirador Altana , enorme logia para secar ropas y alimentos y ahora para espiar el vis a vis de la Giralda con el tiempo y buscar los fantasmas del Alcázar, la historia, los personajes y los entresijos del Hospital de los Venerables Sacerdotes van revelándose al amor de las velas, convertidas en trasunto de la luz creadora de los contrastes de la edad del Barroco . La noche veraniega de Sevilla ofrece la visita a un edificio único, sede de la Fundación Focus-Abengoa , que, de la mano de Engranajes Culturales, abre sus puertas al lujo de retornar al pasado y reconocer el papel de grandes nombres de los anales de la ciudad, como Justino de Neve , el canónigo que creó este reducto para recoger a curas viejos y enfermos en la época de los mayores contrastes de Sevilla entre los ricos, los nobles y los potentados mercaderes de la Carrera de Indias y los mendigos, pícaros y menesterosos conviviendo en un espacio urbano que iba transformándose y que ya fue humana y anímicamente devastado por la virulenta epidemia de peste de 1649.

El Hospital de los Venerables , incardinado en la retícula de la Judería que se mezcla con ese barrio de Santa Cruz que salvó y reinventó el marqués de la Vega Inclán, visionario ministro de Turismo de Alfonso XIII, es de verdad. Son reales su presencia física, de monumento reconocido como Bien de Interés Cultural desde 1971 aunque poco conocido por los sevillanos; su colección de obras de arte y su patrimonio inmaterial , compuesto por aquellas personas que tienen que ver y que contar del espacio ciertamente incomparable, que se asoma al callejón Consuelo, la «Callejuela de la Sucia» en la época en la que parte del terreno sobre el que se levanta fue el corral de comedias de Doña Elvira , el más famoso y frecuentado del Siglo de Oro en Sevilla, en el que Lope de Rueda y Cervantes , que firmó siete comedias con su empresario, Diego de Almonacid, estrenaron alguna de sus obras. Aquel teatro de madera en el que se bebía aloja mezclada con vino trae a la vida en este viaje en el tiempo a otro de los nombres que perviven en Los Venerables, el de la condesa de Gelves, Catalina de Portugal , descendiente de Doña Elvira, que cedió una zona de sus jardines al monopolista de los espectáculos en Sevilla.

La prensa ha sido invitada a una de estas visitas, de 90 minutos de duración, guiada por Sergio Raya , socio fundador y creador de contenidos de Engranajes Culturales, en un itinerario que juega exitosamente a huir de superficiales visiones turísticas al uso y aporta la suficiente información para espolear la imaginación y abrirla a la curiosidad entremezclando la pura historia con el más detallado anecdotario .

Visitantes al hospital de los Venerables con velas JUAN FLORES

Exaltación sacerdotal

La iglesia, que se advocó de San Fernando, y en la que se encuentra el magnífico órgano que tanto quiere el padre José Enrique Ayarra , maestro organista titular de la Catedral, es el primer hito del recorrido por este edificio que se construyó entre 1676 y 1697 en los terrenos cedidos del antiguo corral y casas que fue adquiriendo De Neve para ampliarlo mientras que refundaba la Orden de los Venerables Sacerdotes , que tenían privilegio de pedir limosna en las gradas de la Catedral.

El templo, de una sola nave, muestra el panorama iconográfico en torno al sacerdocio diseñado por Justino de Neve y plasmado por Valdés Leal y su hijo Lucas Valdés , desde el lienzo de la Sagrada Cena del retablo mayor a las pinturas de las bóvedas, la cúpula y los tapices pictóricos de los muros, en los que se recrea el poder de la Iglesia y de sus santos y mártires sobre cualquier poder temporal de reyes y emperadores, con la excepción de Fernando III conquistador de Sevilla —cuyo proceso de canonización llevó el propio Neve—, retratado triunfante, en la aparición de la Virgen de la Antigua o entregando las llaves de la ciudad al Infante Don Felipe en la estampa anacrónica de una Catedral que aún no existía. De esta iglesia expolió Soult obras de Murillo encargadas por De Neve, como la Inmaculada (hoy en el Prado), «La Virgen dando pan a los sacerdotes» (en Budapest) o el San Pedro Penitente , recuperado por Focus-Abengoa, que puede verse en su Centro de Arte, de 10 a 18 horas.

La visita lleva a conocer la Sacristía , en cuyo techo pintó Valdés Leal un sorprendente trampantojo :«La exaltación de la Cruz», que a la luz de las velas muestra relieves en tres dimensiones , y admirar la azulejería, los crucifijos de marfil, las piezas de orfebrería y los muebles, diseñados por Juan de Oviedo, son del siglo XVII.

Para dar idea de cómo fue el hospital en el que se empeñó De Neve tras su iniciativa con la Hermandad del Silencio con los que inició el proyecto en la calle la Palma (hoy Jesús del Gran Poder), que también pasó por la calle Amparo, se muestra una de las dos salas destinadas a los enfermo s, una en el piso bajo y otra gemela en la segunda planta. Cada una de ellas dividida por arcos con yeserías con motivos de enaltecimiento del sacerdocio , contenía cincuenta camas , y pronto se llenaron de sacerdotes, que para ingresar tenían que demostrar su virtud, moral y vida recta.

Los guías van desentrañando la madeja de la vida y las funciones del edificio, desde su escalera, desgastada en los peldaños junto a los pasamanos, con una cúpula elíptica , con elementos cerámicos de Triana.

En la segunda planta, la Biblioteca de Focus , en lo que fue el antiguo refectorio, con 33.000 volumenes de tema sevillano y barroco , es la penúltima estación de este periplo por Los Venerables, abierta a los investigadores que quieran consultar la documentación. Desde ella se accede a la sorprendente Altana, la torre mirador que no se vislumbra desde el exterior pero que ofrece inéditas vistas de Sevilla.

Días para visitar el Hospital

El Hospital de los Venerables puede visitarse los días 7, 12, 21 y 26 de julio, y 4, 9, 18 y 23 de agosto . Las visitas, de 90 minutos, dan comienzo a las diez de la noche entrando por la puerta de la Plaza de los Venerables, 8. Las entradas pueden adquirirse a través de la web www.engranajesculturales.com, o bien en la taquilla de Engranajes Culturales, en la calle Habana, 17 izquierda (Casa de la Moneda), de lunes a viernes, de 10 a 14 horas.

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