Tribunales

El violador del Tamarguillo, ante el jurado por matar a una mujer en el Parque Amate

El acusado, un agresor sexual reincidente, acabó con la vida de la víctima porque no quiso tener relaciones sexuales cuando se volvió violento

Miguel Ángel Fernández es conducido a los juzgados para declarar hace un año ABC

Silvia Tubio

Miguel Ángel Fernández Delgado regresa este lunes a una sala de vistas para enfrentarse a un nuevo juicio por un ataque sexual a una mujer. Es la segunda vez que este extremeño de 40 años será juzgado por este mismo delito. En 2003 violó a una joven en Zalamea de la Serena , un pueblo de Badajoz próximo a su localidad de origen. Fue condenado a nueve años de prisión. En 2015 salió en libertad, se trasladó con su familia a Sevilla y en la capital hispalense agredió a otros dos mujeres el año pasado. A una de ellas la mató en el Parque Amate . Ese crimen será juzgado a partir de hoy por un tribunal popular en la Audiencia de Sevilla .

Su víctima se llamaba Pilar y sufría una fuerte adicción a las drogas. Eso le llevaba a mendigar y a ejercer la prostitución a cambio de una dosis. Así fue como conoció a Miguel Ángel la tarde del 27 de julio del año pasado. El acusado frecuentaba ambientes marginales en Los Pajaritos . La Fiscalía detalla cómo coincidieron. La víctima accedió a mantener relaciones a cambio de droga y 20 euros.

Se fueron al Parque Amate y esperaron a que cayera la noche y cerraran el recinto para ocultarse tras unos matorrales. Consumieron droga y él le entregó el dinero acordado. «Al llegar el momento de mantener relaciones sexuales , la fallecida se quitó el pantalón pero no el body que llevaba abrochado, por lo que se inició una fuerte discusión entre ambos al interpretar el acusado que pretendía engañarle», detalla la fiscal en su escrito de calificación donde pide una pena de 21 años y cinco meses de prisión para Miguel Ángel.

La fiscal pide para este depredador sexual una pena de 21 años y cinco meses por los delitos de homicidio, agresión sexual en grado de tentativa y profanación de cadáveres

Pilar, que desconocía los antecedentes de su cliente, quien ejerce mucha violencia para doblegar a sus víctimas, quiso marcharse entonces. Sin embargo, él se lo impidió: «La agarró con su brazo por detrás del cuello, apretando hasta que la hizo caer al suelo (...) momento en que el acusado, sentado a horcajadas sobre ella, siguió apretándole fuertemente el cuello con una mano y con otra la inmovilizaba» hasta que la fallecida « dejó de respirar ».

Después le cogió los 20 euros que le había pagado, se marchó por más droga, regresó y la consumió junto al cadáver. Cuando acabó, tapó el cuerpo con una manta y le prendió fuego.

El ADN encontrado en el escenario del crimen lo delató y ante el juez acabó confesando. Eso ocurría en noviembre del año pasado. Para entonces ya estaba en prisión preventiva por otra agresión sexual que había cometido después de haber matado a Pilar en el Parque del Tamarguillo. Esa víctima sí sobrevivió a la violación y su caso será juzgado en los próximos meses . Esos hechos bautizaron al acusado, que pasó a llamarse el violador del Tamarguillo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación