Así se vigilan las zonas de encuentros íntimos en público de Sevilla

La red de parques, descampados y jardines en los que se dan cita quienes quieren encuentros íntimos al aire libre no son territorio sin ley. Según ha podido saber ABC de Sevilla , la Policía y la Guardia Civil están al tanto de dónde se dan estas situaciones y, además, mantienen un discreto dispositivo de vigilancia .

En la proximidades de estos lugares -sobre todo en los accesos a la Cartuja , especialmente en la rotonda de entrada a los aparcamientos del Charco de la Pava-, es muy normal ver a la Guardia Civil haciendo controles . Tanto de alcoholemia como de drogas. Fuentes próximas a estas operaciones señalan que no es raro que las zonas de «cruising» y «dogging» coincidan también con las de menudeo de droga. Al tratarse de sitios alejados , de difícil acceso y con poca iluminación, es terreno abonado para que se venda no solo encuentros íntimos, sino también estupefacientes .

También la Policía Local y la Nacional tienen presencia en estos lugares. A ambos cuerpos se les ve patrullar por las inmediaciones y, de cuando en cuando, parar a conductores para realizar controles rutinarios. Esta presencia «disuasoria» , aleja a quienes quieren aprovechar la oscuridad para algo que no sea legal y, además, aleja el tráfico de droga de estas zonas de la ciudad. Además, da algo de seguridad a quien se aventura en la oscuridad de un descampado a las afueras de Sevilla.

No solo la Policía está al tanto de dónde y cuándo se producen estos encuentros sexuales al aire libre. También Lipasam realiza limpieza en estas zonas. Tal es el caso de Carmen, la limpiadora del parque de María Luisa que guardó pruebas fundamentales para atrapar al presunto asesino de la joven del parque. Siempre con mucha precaución -los restos que se recogen son sensibles , al tratarse en algunos casos de restos biológicos -, la empresa pública de limpieza moviliza a sus efectivos para dejar sin rastro de los encuentros íntimos los parques y descampados donde se cita la gente en Sevilla.

El problema se da cuando estos encuentros se producen en zonas que no son de titularidad pública . Es decir, cuando los amantes se reunen en fincas o campos privados. Allí es más difícil tanto el control como la limpieza.