Helicóptero del 061
La vida despega en cuatro minutos
El equipo aéreo de Emergencias de Sevilla está listo para llevar el médico allá donde haga falta una asistencia en pocos minutos;Tres, dos, uno.... volando
El Augusta 109 Power no es un helicóptero cualquiera. Es un moderno modelo amarillo de once metros que con la punta de palas (las aspas) abiertas mide trece metros, pesa 3.000 kilos y gasta 250 litros de queroseno (el combustible que los alimenta) por cada hora de vuelo. Es uno de los vehículos aéreos de los que dispone la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias en Andalucía para acudir en un espacio muy corto, normalmente en unos pocos minutos, al lugar donde se encuentran pacientes graves a los que, de otra manera, no podrían llegar a tiempo. Un helicóptero que está preparado para salir en cualquier hora del día (normalmente vuela entre las 8.30 y las 18.30 de la tarde, aunque en verano su horario se extiende mientras haya luz) siempre que sea necesario. Una especie de ángel volador que despega de forma inmediata tras recibir la llamada de emergencias.
En Sevilla permanece habitualmente en el helipuerto de la Cartuja, listo para salir en cualquier momento. Sólo un temporal o una niebla espesa le impiden volar, pero eso no suele pasar a menudo. Normalmente cuando se produce una llamada de emergencia son los equipos terrestres, las ambulancias, las que realizan esa asistencia. Sin embargo, cuando la distancia es larga, cuando hay una «crona» de más de veinte minutos (como llaman en su argot al tiempo que puede tardar el médico en llegar al lado del paciente), se utiliza el helicóptero. E so supone que el vehículo suele acudir a llamadas de urgencias de algunos pueblos de la provincia de Sevilla y otros de Huelva y Cádiz cuando son localidades que están más cerca de la capital hispalense que los vehículos aéreos de otras provincias o en el caso de que aquellos estén ocupados.
Seguramente por eso el de Sevilla es el que más vuelos hace de toda Andalucía y según su piloto, Gaspar Pérez, suele salir al año 450 o 500 veces de media , lo que supone 350 horas de vuelo . O lo que es lo mismo, una o dos salidas al día aunque ocurre que, según el piloto, «hay días que no te bajas y otros que vuelas tres veces». Desde el 061 corroboran estos datos: el equipo aéreo de Sevilla es el que más veces se ha movilizado con 386 asistencias este año convirtiéndose en la ciudad española con más actividad.
En cuanto a las patologías para las que se utiliza, evidentemente, no vuela para una cuestión menor sino para casos de gravedad. Lo habitual es que sea cuando se producen accidentes de tráfico, cardiopatías isquémicas (infartos) o ictus. Y esa gravedad es la que motiva que la salida tenga que hacerse de manera inmediata. Se tiene que activar en unos pocos minutos. Para llegar muy rápido.
El proceso comienza con la llamada que se recibe en el centro de coordinación en un edificio también ubicado en la Isla de la Cartuja, a unos metros del helipuerto. En esa sala trabajan día y noche un buen número de operadores dirigidos por los médicos y la enfermera de coordinación. La llamada del 061 es atendida por uno de esos operadores que pregunta los síntomas del paciente además de la dirección y, bajo la supervisión de los médicos, decide si es necesario que se active una asistencia en un proceso que también tiene su propio contador:el ordenador determina el tiempo exacto que dura esa llamada.
Con esas preguntas que hace el telefonista, ya se decide si hay que enviar un recurso al lugar donde se encuentra el enfermo . Pero, mientras se atiende esa llamada, ya se está pidiendo al equipo de médico y los enfermeros que se pongan en marcha.Ellos reciben toda la información de la sintomatología y hacen un diagnóstico de lo que se van a encontrar y preparan el material que deben llevar al helipuerto. Paralelamente la operadora ha puesto en marcha el proceso para activar el helicóptero que se encuentra preparado. Ese aviso lo reciben piloto y copiloto . El piloto recibe la información exacta del lugar donde deben dirigirse y busca las coordenadas, algo fundamental para llegar en el menor tiempo posible. «Si el familiar del paciente facilita las coordenadas se gana mucho tiempo», explican. Mientras el piloto recoge toda esa documentación, el copiloto se ha montado en el helicóptero y lo ha puesto en marcha. Las aspas comienzan a dar vueltas a la espera de que se suba toda la tripulación: piloto, copiloto, médico y enfermero. Un proceso que puede durar cuatro o cinco minutos hasta el despegue.
Entonces empieza a volar en busca del punto exacto donde se encuentra el enfermo. En el trayecto, el médico, que ya había sido informado, lleva preparada la medicación y la historia digital . Ese helicóptero está equipado con todo el material electrodoméstico necesario para que los profesionales del 061 atiendan a los pacientes como si estuvieran en una UVI móvil: disponen de desfibrilador, marcapasos transcutáneo, monitor de presión arterial no invasiva y de unidad de respiración y aspiración entre otros elementos esenciales para la atención de personas en situaciones críticas.
El vuelo puede durar, según a dónde se dirijan, diez minutos o una hora. Pero, tanto los pilotos como el equipo médico que se sube a bordo para acudir a atender al enfermo lo consideran vital. «Te das cuenta de que eres útil. No hace mucho llegamos a tiempo para salvar la vida a un joven que hubiera fallecido en cuestión de minutos», dice Gaspar Pérez que explica que normalmente aterrizan en el punto de encuentro previamente establecido. Si es una localidad con chare lo hacen allí. Si no es así, en un lugar adecuado previamente buscado.
Es un proceso que tanto el piloto como José María Villadiego Sánchez, coordinador de investigación del 061, ven apasionante. «Es un trabajo que me permite estar a tiempo en el lugar de la asistencia» , dice el médico recordando como hace poco pudieron llegar en uno de esos vuelos a salvar a un joven ciclista que cayó por un barranco gracias a que los familiares que llamaron también facilitaron las coordenadas exactas. O cuando en Villanueva del Río y Minas un chico de 32 años sufrió un infarto y cuando llegaron estaba en parada cardiorrespiratoria. Fue uno de esos casos en los que el helicóptero cumplió su misión e hizo un servicio rápido y vital: llevar al médico a tiempo.