Iglesia

«Venezuela está agonizando»

Ayuda a la Iglesia Necesitada presenta en Sevilla la campaña #YoContigoVenezuela

Julia Borges Figueredo trabaja en la secretaría de la Escuela Sevilla de Moda P. Y. B.

Pedro Ybarra Bores

La Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada , presentó recientemente en la Sala La Revuelta de Sevilla la campaña de Navidad por la Iglesia de Venezuela « #YoContigoVenezuela . Con la Iglesia das vida a un país que se muere», en la que se contó con el testimonio de la venezolana Julia Teresa Borges Figueredo. Durante el acto se ofrecieron cifras de la situación actual del país iberoamericano y de cómo la crisis tiene allí numerosos rostros. Entre todos ellos hay una parte de la población de la que poco se ha hablado en las noticias: Se trata de los sacerdotes, obispos, religiosas y otros miembros del clero.

La falta de un material como el papel, debido a la carencia de todo recurso, hace que tener una Biblia o editar material para la catequesis en Venezuela sea un objeto de lujo. Un país en el que unos 4,5 millones de personas ha huido (el 15% de la población), dos tercios del sueldo es para pagar el transporte, el 30% de los niños sufre problemas de desnutrición, más del 50% de la población no recibe agua en sus hogares con regularidad o casi medio millón de personas son enfermos crónicos sin acceso a medicamentos, según informa el boletín recién lanzado por la Fundación Pontificia. Emocionante fue el testimonio ofrecido por Julia Teresa Borges, una de los aproximadamente 3.000 venezolanos afincados en Sevilla (más de 200.000 en España) desde 2003 y cuyo hermano sacerdote gestiona un comedor social en aquel país. La protagonista de la historia, que nació en una pequeña población cercanas a Caracas en 1972, es la cuarta de cinco hermanos, de padre comerciante y madre ama de casa. Recordó que su familia «era feliz en un país lleno de oportunidades» hasta que tras una catástrofe natural en diciembre de 1999 perdieron todo.

Tras la tragedia se trasladaron todos a vivir a casa de un hermano a Valencia (Venezuela), «nueve personas en un piso pequeño», «hasta que la Archidiócesis les cedió una pequeña casa parroquial». A su hermano sacerdote lo enviaron a estudiar a Pamplona y Julia quiso aprovechar «la oportunidad de visitarlo en vacaciones y así conocer el país natal de mis bisabuelos». En ese viaje conocería al que hoy es su marido, con el que contrajo matrimonio en 2009.

«Personas tristes»

Cuando su hijo especial tenía 1 año y 8 meses, regresó a Venezuela en 2013 para acompañar a su familia tras el fallecimiento de su sobrino Alejandro por un tumor cerebral a los 19 años. Al llegar «la impresión no pudo ser mayor, estar en el aeropuerto y ver la cara de las personas tristes, con los zapatos rotos, mal vestidos y un notable deterioro de las infraestructuras», recordó.

«Una de las experiencias más dolorosas de aquel viaje fue ver a mi padre infartado, no conseguir ambulancias para su traslado urgente a un centro de salud porque estaban todas averiadas y su posterior fallecimiento en el centro de salud, ya que no estaba preparado para su atención».

En 2014, al segundo de sus hermanos le diagnosticaron un tumor de vejiga y «tuvo que ir a un hospital público de Caracas en el que hubo que suministrarle hasta los guantes al cirujano», y donde fallecería por septicemia. Recordó la situación de inseguridad, la hiperinflación según el FMI, la escasez y la enorme devaluación de la moneda. «Mi sobrina licenciada con honores en Derecho quiso hacer un regalo a sus padres con su primer sueldo, pero sólo pudo comprar dos barras de pan y un cartón de huevos», dijo. «Venezuela está agonizando», añadió. Tras compartir varios testimonios, concluyó el suyo con un mensaje de esperanza recibido por un venezolano.

Durante el acto también se tuvo constancia de cómo se ha incrementado la ayuda a la iglesia de aquel país proporcionalmente desde la crisis, desde los 148.000 euros en 2016, al millón de euros en 2019 , principalmente dirigido al sostenimiento de sacerdotes y monjas (37%).

Por todo ello, la Iglesia pide colaboración para financiar proyectos de apoyo a comedores sociales, la construcción de pozos o generadores eléctricos. Más información y donaciones a través de la página web yocontigovenezuela.org o los teléfonos 91 725 92 12 ó 93 237 37 63

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