Los vecinos del Museo promueven la reconstrucción de la Puerta Real

Para Manuel Antonio Ruiz-Berdejo «daría un impulso turístico a la zona»

Azulejo en el que se representa la Puerta Real P. Y.

PEDRO YBARRA

El presidente de la Asociación de Vecinos Museo Entorno, Manuel Antonio Ruiz-Berdejo , promueve la reconstrución de la Puerta Real en la misma localización que se encontraba antes de que fuera derribada en 1865, al final de la calle Alfonso XII, en la plaza que hoy conserva el mismo nombre.

Para Ruiz-Berdejo «se trataría de un monumento cuya construcción no tendría mucha dificultad ni coste excesivo, y sin embargo enriquecería el patrimonio monumental del barrio rescatando una de las puertas que tuvo esta ciudad, con la que desgraciadamente acabó la piqueta a finales del siglo XIX»

Para el presidente de los vecinos del Museo, su reconstrucción «se convertiría en un atractivo turístico para extranjeros y sevillanos, que daría la posibilidad de hacerse una mejor idea de como eran los accesos a la ciudad de antaño, hoy visibles casi exclusivamente gracias a maquetas o fotografías antiguas», y se pregunta como «si en tiempos de Soledad Becerril conseguimos algo tan difícil como fue quitar el aparcamiento indiscriminado y reurbanizar la plaza, ¿cómo no va a ser posible reconstruir la Puerta Real?».

Como explica el «Diccionario histórico de las calles de Sevilla», se trata de «un espacio cuadrado de dimensiones medias, que asciende en ligera pendiente hacia San Laureano y que hasta el derribo de la puerta en 1865 presentaba mayor estrechez». Hoy la zona se encuentra adoquinada y mantiene caseríos antiguos , sobre todo en los lados sur y este. Se trata de construcciones del siglo XIX, aunque también existen casas más antiguas con algunos de los pocos soportales sobre pilares que se conservan en la ciudad. Se conserva también la capilla de Nuestra Señora de las Mercedes, donde se rinde culto a la Virgen homónima que tradicionalmente ha tenido mucha devoción entre los habitantes de los barrios vecinos.

La Puerta Real en la Edad Media fue un baluarte con entrada acodada, como el resto de puertas que existían en la ciudad. Reedificada en el siglo XVI , estaba formada por un gran arco de medio punto con pilastras, y un segundo cuerpo a manera de templete o frontispicio cuadrado y cerrado rematado con pirámides. González de León la describió como una puerta «sin vista por el exterior, porque el terreno que ocupa está tan bajo, que el campo inmediato está al nivel de la clave de su arco, y por consiguiente cubre todo el claro de la puerta», y en su frontal oeste tenía grabada la leyenda: «Ferrea Ferrandus periregil claustra Sibillae. Ferrandi, et nomen splendet, ut astra polli» («Fernando rompió los férreos cerrojos de Sevilla y el nombre de Fernando brillará como las estrellas del cielo»).

Por el lado interior se adosaban las capillas de San Antonio de Padua y la referida con anterioridad. Aunque la tradición cuenta que fue Fernando III quien entró por esta puerta en la ciudad tras la conquista, fue Felipe II quien lo hizo en 1570 entre arcos triunfales y festejos.

Fue derribada en 1865 para dar amplitud a la zona y facilitar la conexión con la ronda de circunvalación de la ciudad. Ello potenció su función residencial y en 1900 discurrió por la plaza el «Tranvía de la Puerta Real».

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