¿Por qué es necesario demoler el mercado de la Puerta de la Carne?

Los promotores del mercado gourmet dicen que su estructura sufre riesgo de desplome por mal estado del hormigón

Interior del mercado de la Puerta de la Carne, construido entre 1927 y 1929 JUAN FLORES

M. J. PEREIRA

La Comisión Provincial de Patrimonio de la Junta de Andalucía solicitará al Ayuntamiento de Sevilla, propietario del mercado de la Puerta de la Carne, un informe que determine si realmente es necesario demoler la zona central del inmueble, protegido patrimonialmente, para llevar a cabo el mercado gourmet que plantean las empresas que ganaron un concurso para su explotación comercial durante 35 años, según ha podido saber ABC.

El Ayuntamiento adjudicó en 2014 la explotación del mercado a la UTE constituida en un 97% por «Inversport 2010», propiedad a partes iguales de Jesús León, accionista del 11% del Sevilla F.C. y Pedro Gómez, uno de los dueños del Mercado de San Miguel de Madrid. A cambio, la adjudicataria se comprometía a pagar un canon anual que irá creciendo durante el tiempo de la concesión, comenzando por 18.000 euros y acabando en 234.000 euros.

El proyecto redactado por la UTE ganadora para rehabilitar el edificio, construido entre 1927 y 1929, se ha topado con un importante obstáculo: el mal estado de su estructura de hormigón armado (vigas, arcos y pilares), que presenta riesgo de desplome. La estructura presenta una disgregación del hormigón, que no tiene capacidad de resistir y los hierros de los pilares se han oxidado, han perdido sección y han roto la capa de hormigón que los protege.

Para llevar a cabo el proyecto original y cumplir las exigencias del alcalde de Sevilla, Juan Espadas , de aumentar el espacio destinado a usos culturales, los promotores plantean demoler la zona central y aumentar la planta sótano. Por esa razón, el proyecto de rehabilitación y construcción ha pasado de un presupuesto de 4 millones de euros a los 7,5 millones, un 25% más. El edificio, de estilo racionalista y diseñado por Gabriel Lupiáñez Gely y Aurelio Gómez Millán, tiene un grado de protección «B» en el PGOU, por lo que existe la obligación de conservar la estructura completa del edificio. El inmueble fue inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía junto a otros edificios del Movimiento Moderno de Sevilla.

La seguridad del edificio es fundamental en un proyecto arquitectónico que plantea una galería perimetral en primera planta suspendida del techo mediante cables de acero. Para demoler la estructura central, la Ley de Patrimonio de España no permite modificar inmuebles protegidos salvo absoluta necesidad y siempre de forma justificada. Por esta razón, la Comisión Provincial de Patrimonio de la Junta de Andalucía no se conforma con las fotos y estudios que ha presentado la promotora, sino que ha decidido pedir a la propiedad, en este caso el Ayuntamiento, que haga un informe sobre la necesidad de demoler parte del edificio protegido por riesgo de desplome.

La pelota está, pues, en el tejado de la Gerencia de Urbanismo de Sevilla , que deberá decidir si realmente el inmueble está a punto de colapsar o se puede rehabilitar sin demolerlo parcialmente. El edificio, según Jesús León, está peor de lo que imaginaban, razón por la que los promotores temen que pudieran recaer responsabilidad legales sobre ellos si finalmente se derrumba y hay daños personales. Por otra parte, al dispararse el presupuesto hasta los 7,5 millones de euros por el mal estado del inmueble, los promotores han planteado al Ayuntamiento de Sevilla que revise el contrato, algo que aún no ha hecho el equipo de Juan Espadas.

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